Este peligro aumenta en los que usan lentes de contacto, el rehidratarse con lágrimas artificiales es clave dicen los expertos.
Con la llegada del invierno y las temperaturas más bajas registradas en décadas en el país, el uso de la calefacción aumenta drásticamente. Lo que no es muy conocido es que esto afecta diréctamente a nuestros ojos. La baja humedad, sumado a la calefacción central, produce sequedad en la córnea, el llamado “ojo seco”. Esto es una falta de lágrimas para lubricar adecuadamente el globo ocular que puede provocar trastornos muy severos, sobre todo si se usa regularmente lentes de contacto.
El doctor Fernando Sánchez, de la Clínica Oftalmológica Providencia, agrega otro dato no menor: «la polución ambiental o contaminación, muy recurrente en meses invernales, también afecta que nuestros ojos se sequen con mayor facilidad. “La exposición excesiva al sol y al viento, la suciedad y el polvo, que reducen la producción de lágrimas, o los largos períodos de tiempo frente al computador o al televisor son factores determinantes en el sindrome del ojo seco” afirma el especialista.
¿Cuales son los síntomas? – El enrojecimiento de los ojos, el escozor, la quemazón, el picor o la sensibilidad a la luz. Además, los que usan lentes de contacto a diario tienden a dolerles, llegando al punto de la intolerancia a ellos. En éstos últimos el caso es más severo, ya que si no se previene e hidrata adecuadamente, pueden aparecer hasta úlceras y erosiones en los ojos, lo que aparte de ser muy doloroso, puede necesitar de intervenciones clínicas.
¿Como prevenirlo? – Gestos tan obvios como parpadear más a menudo, para evitar que se evapore la película lacrimal, beber mucha agua o tomarnos algún descanso mientras desarrollemos actividades como la lectura pueden protegernos de la sequedad ocular. Es importante vigilar la humedad de los espacios cerrados, instalando incluso un humidificador, o evitar los lugares altamente contaminados.
Tratamiento – Si siente que puede padecer el síndrome del “ojo seco”, el profesional de la Clínica Oftalmológica Providencia afirma que lo mejor es ver a un especialista para que determine la causa exacta del síndrome, lo que regularmente se trata con lágrimas artificiales o pomadas especiales que ayudan a rehidratar el ojo.