El tratamiento de la pérdida auditiva en personas de mediana edad podría reducir los casos de demencia en un 9 por ciento.
Por Clive Cookson
La demencia afecta a 50 millones de personas en el mundo y el costo de la enfermedad podría alcanzar US$1 billón el próximo año. Más de un tercio de los casos de demencia en el mundo podrían prevenirse abordando los factores del estilo de vida que aumentan el riesgo de que un individuo sufra un colapso cognitivo más adelante en su vida. Estos factores van desde niveles bajos de educación hasta la pérdida de la audición y el tabaquismo, de acuerdo a una comisión de expertos creada por The Lancet.
Su informe, presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer este jueves, es el primero de su tipo en cuantificar los “factores de riesgo potencialmente modificables” de la demencia desde la niñez hasta la vejez.
De los nueve factores mencionados, el más importante y sorprendente es la pérdida auditiva en la mediana edad, que podría reducir el número de casos de demencia en 9 por ciento si todos los afectados recibieran tratamiento antes de quedarse sordos.
«Aunque la demencia normalmente se diagnostica en personas de edad avanzada, los cambios cerebrales normalmente comienzan a desarrollarse antes, con factores de riesgo para desarrollar la enfermedad que ocurren a lo largo de la vida, no sólo en la vejez», dijo Gill Livingston, profesor de psiquiatría de University College de Londres, quien encabezó la comisión de 24 miembros.
“Nosotros creemos que abordar el tema de la prevención de la demencia con un enfoque más amplio — incluyendo estos factores de riesgos — beneficiará a nuestras sociedades en envejecimiento y ayudará a prevenir el creciente número de casos de demencia a nivel mundial”.
Si todos siguieran en la escuela al menos hasta los 15 años de edad, los casos de demencia a nivel mundial se reducirían en un 8 por ciento, según los estimados del informe. Se piensa que la educación ayuda a establecer una “reserva cognitiva” mientras el cerebro fortalece sus redes, así incrementando su resiliencia conforme el individuo va envejeciendo.
La sordera parcial o completa sólo ha surgido recientemente como un importante factor de riesgo. Los resultados recientes de un estudio realizado con 783 personas en Wisconsin quienes tenían un historial familiar de Alzheimer mostraron que aquellos con pérdida auditiva tenían tres veces más probabilidades de avanzar de un nivel cognitivo normal a un deterioro cognitivo leve, una señal temprana de la demencia. Sin embargo, es difícil separar las causas y los efectos.
La buena audición permite que las personas participen en un ambiente cognitivo pleno y ayuda a evitar el aislamiento social. Pero ya que la investigación está en una etapa preliminar, The Lancet dice que no está claro hasta qué punto los audífonos pueden contrarrestar el daño cognitivo causado por la sordera.
También se identificaron otros factores de riesgo en el estudio de The Lancet, incluyendo una dieta poco saludable, el consumo de alcohol, malos hábitos de sueño y la pérdida de la visión.
Prevenir estos factores adicionales podría incrementar el porcentaje de casos prevenibles de demencia a más de 35 por ciento, dijo Clive Ballard, profesor de enfermedades relacionadas con la edad avanzada en la Universidad de Exeter. Pero algunos de los riesgos son más fáciles de abordar que otros.
“Yo creo que las intervenciones que tendrían el mayor impacto serían el tratamiento más efectivo de la hipertensión arterial (presión alta) y la reducción de los niveles de obesidad”, dijo el Profesor Ballard, quien también es un miembro de la comisión.
“Aunque las intervenciones de salud pública seguramente no podrán prevenir o curar todos los casos potencialmente modificables de demencia, las intervenciones para los factores de riesgo cardiovasculares, de salud mental y de audición podrían retardar el inicio de los síntomas de demencia en muchas personas durante muchos años”, añadió el Profesor Livingston. “La prevalencia de la demencia podría reducirse en un 50 por ciento si el inicio de la enfermedad pudiera retrasarse por cinco años.
Se sabe que decenas de genes influyen en la susceptibilidad de una persona a la enfermedad de Alzheimer — el descubrimiento de tres nuevos fue anunciado en la conferencia de esta semana — pero los científicos aún no tienen suficiente información para estimar confiablemente cuál sería la contribución global de la herencia versus los factores ambientales y de estilo de vida al riesgo de la demencia. El gen de Alzheimer más importante es ApoE4, el cual es responsable por 7 por ciento del riesgo total.