Director del Centro del Cáncer, de la Universidad de Vermont, EE.UU, compartió resultados durante Simposio del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, ACCDiS. Alteraciones en proteínas y moléculas llamadas microRNAs se han convertido en marcadores tempranos de tumores malignos en mamas, y otras zonas del organismo.
Poder detectar el cáncer de forma temprana y entregar tratamientos más efectivos, es un desafío de la ciencia mundial y chilena, que hoy avanza gracias al estudio de la genética y unas pequeñas moléculas llamadas microRNAs. El Dr. Gary Stein, director del Centro del Cáncer, de la Universidad de Vermont, EE.UU, y quien visitó nuestro país en las últimas horas, ha liderado diversas investigaciones que relacionan a ciertas alteraciones de estas moléculas con el desarrollo de tumores malignos, entre ellos, cáncer de mama, el mal oncológico de mayor frecuencia y mortalidad a nivel mundial, en la población femenina.
El científico, con más 900 publicaciones en revistas internacionales, explicó sus investigaciones en el marco del Simposio conjunto del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, ACCDiS, y la Escuela Internacional de Postgrado-Invierno 2017. Esta última iniciativa pionera, destinada a jóvenes latinoamericanos, fue organizada por las direcciones de Postgrado de la Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile.
La jornada también contó con la participación del Dr. Keith Burridge, profesor británico de la Universidad de Carolina del Norte en Chapell Hill, y uno de los científicos más citados en el área de genética y biología molecular. Su laboratorio investiga los procesos de adhesión, migración y regulación del comportamiento celular en células cancerosas y tumorales.
Marcadores de cáncer
Gary Stein, con más de 50 años de carrera, ha sido pionero en el descubrimiento de moléculas y factores que contribuyen al control y proliferación celular, en el contexto del cáncer, especialmente de mama, próstata y leucemia. Al respecto, el investigador explica que la detección de microRNAs puede funcionar como un potente biomarcador de tumores malignos, posible de ser pesquisado en la sangre de los pacientes.
“En nuestros laboratorios nos focalizamos en tratar de entender las bases genéticas y epigenéticas en varios males oncológicos. Esto, con la finalidad de ayudar a la prevención, detección, tratamiento y supervivencia. En cáncer de mama, estamos estudiando ciertos biomarcadores que ya hemos logrado encontrar en etapas muy tempranas de la enfermedad, lo cual representa una posibilidad para atacar el problema de inmediato y de una forma que no sea tan invasiva para el paciente. Estamos evaluando específicamente el RNA no codificante, considerándolo como un marcador circulante”, comenta.
Hasta la fecha, el científico estadounidense y su equipo están trabajando en cultivos celulares, en modelos de ratón y con pacientes, detectando los marcadores circulantes, que en su mayoría se encuentran en el torrente sanguíneo. “Ahí podemos hallar muestras con menos de 1 ml, con lo cual ya sería suficiente para detectar esos marcadores tempranos. Sin duda, todas estas investigaciones van a impactar positivamente, pero aun debemos continuar nuestra validación con pacientes, y eso toma tiempo”, señala.
Para el Dr. Andrew Quest, investigador principal del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, ACCDiS, los estudios del Dr. Gary Stein marcan un precedente en la ciencia mundial. “Los microRNAs son muy importantes hoy en día y cumplen un rol fundamental en la expresión de proteínas, lo que les otorga un papel destacado en la regulación de diferentes funciones celulares y expresiones génicas, entre ellas, el cáncer”, señala el bioquímico y Doctor en Ciencias Naturales.
El grupo del Dr. Stein ha investigado a diversas proteínas, cuyas alteraciones se relacionan con la aparición de cáncer de mama. Estas moléculas se comportan como factores de transcripción, participando en la regulación de la expresión de genes. Por tanto, si hay mutaciones, eso puede afectar el desarrollo normal del organismo.
Uno de estos elementos descubiertos por el científico es RUNX-1, una proteína que cuando se presenta disminuida en el organismo, promueve el desarrollo de cáncer mamario. Esto, ya que favorece las propiedades migratorias e invasivas de ciertas células, participando en el inicio de la metástasis.
En ese contexto, el científico de la Universidad de Vermont explica que se ha descrito a otra proteína, llamada BMP4, que participa directamente en el desarrollo embrionario, específicamente en la generación de huesos y cartílagos, y cuyas alteraciones ya fueron propuestas el año 2015 como biomarcador. Dicha molécula, es una proteína supresora de tumores que participa en el control de la proliferación y ciclo celular, pero que al encontrarse disminuida, puede promover el cáncer de mama. Lo interesante es que su expresión también está controlada por varios factores, entre ellos, los microRNAs, que el científico ha explorado en gran profundidad.
Por otro lado, el Dr. Stein explica que así como se puede presentar la disminución de ciertas proteínas, cuando existe una sobreexpresión de ellas, también puede ser perjudicial, haciendo que se expresen genes que comúnmente no lo hacen.
Otros grandes protagonistas de este mal que afecta mayormente a mujeres, son los genes pertenecientes al grupo BRCA, cuya función es reparar el daño celular y mantener el crecimiento regular de las células mamarias, ováricas y de otros tipos. No obstante, cuando éstos presentan anomalías o mutaciones que se transmiten de una generación a otra, y no funcionan normalmente, se aumenta considerablemente el riesgo de cáncer de mama y de ovario. Es así como los genes BRCA1 y BRCA2 con anomalías, pueden ser responsables de hasta el 10 % de todos los casos de cáncer de mama, por lo que hoy se han convertido en importantes marcadores de riesgo en la población mundial. Este porcentaje, implica que también existen posibilidades de someter al paciente a una terapia temprana, con resultados favorables, un elemento de gran impacto en materia de salud, a juicio del Dr. Stein.
Alianza con Chile y avances biomédicos
En Chile, y especialmente en el Centro de Excelencia ACCDiS integrado por científicos de las Universidades de Chile y Católica de Chile, y liderado por el Dr. Sergio Lavandero, los estudios también avanzan hacia el desarrollo de herramientas biomédicas, sobre factores de riesgo y causales del cáncer, así como diagnóstico y nuevas terapias.
Los Dres. Stein y Burridge son parte del Comité Asesor Internacional de ACCDiS, razón por la cual han estado evaluando su quehacer en los últimos tres años y medio de existencia. Dicha labor es ampliamente valorada por el Dr. Gary Stein, quien por lo demás, conoce bastante de la ciencia nacional, pues lleva más de 30 años manteniendo contacto y colaboración con nuestro país. “Estoy muy contento con esta visita al centro y considero que el nivel de investigación de ACCDiS es excelente, principalmente, porque están dando un enfoque multidisciplinario a la investigación en las enfermedades cardiovasculares y el cáncer”, señaló.
En ese marco, destacó además, que le interesa poder generar líneas de trabajo conjuntas con los integrantes de ACCDiS, quienes realizan diversos estudios en cáncer del sistema digestivo. Al mismo tiempo, destacó la labor que ACCDiS desarrolla en la localidad de Molina, a través de la cohorte MAUCO y el estudio de sus habitantes. Al respecto, indicó que es “muy importante trabajar con poblaciones locales, en las que además, se pueda observar al entorno y sus familiares. Esto, aun cuando tales datos se puedan extrapolar a otras poblaciones. Así lo vemos con los estudios del proyecto MAUCO, en Molina, cuyas investigaciones debieran traer resultados muy prometedores”, indicó.