Sólo cinco países de la región de las Américas invierten en salud un 6% de su Producto Interno Bruto (PIB), el mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según destaca el informe quinquenal Salud en las Américas 2017, presentado este martes por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) durante una conferencia en Washington, solo Cuba, Estados Unidos, Canadá, Costa Rica y Uruguay lograron cumplir esa recomendación.
Según datos de 2014, Cuba es de lejos el país de la región que más invierte, con más del 10%, seguido por Estados Unidos, con algo más del 8%.
Uruguay logra alcanzar el objetivo del 6%, seguido muy de cerca por Panamá, que no obstante no logra cumplir con la recomendación de la OMS.
Por otro lado, los países de América Latina que menos invierten en salud son Haití y Venezuela, con menos del 2% de su PIB.
Con una inversión entre el 2 y el 4% del PIB están Guatemala, Argentina, República Dominicana, México, Perú, Brasil y Chile.
Mientras que Honduras, El Salvador, Paraguay, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Colombia y Panamá invierten entre un 4 y un 6%.
Estos gastos en salud pública muestran una significativa variabilidad entre los países y un «avance regional insuficiente«, según las conclusiones del informe de la OPS, que analiza los indicadores de salud de 52 países y territorios de la región de las Américas.
«El 6% del PIB es lo que estimamos como el mínimo«, le dijo a a BBC Mundo Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de la Salud de la OPS, y sin embargo solo cinco países de la región lo alcanzan.
Aunque 22 países de las Américas sí aumentaron sus gastos públicos en salud entre 2010 y 2014, en la gran mayoría ese incremento fue inferior al registrado en el lustro anterior, entre 2005 y 2009, con la excepción de Bolivia, Paraguay y Perú.
«Lo principal es que nuestros líderes pongan la salud como una prioridad de desarrollo y de agenda política», dijo.
Según Espinal, si se invierten bien los recursos públicos, para toda la población y «desde abajo, empezando por el sistema de atención primaria», los resultados en salud son demostrables.
De hecho, Costa Rica, Cuba, Uruguay y Panamá también son los países latinoamericanos con mejores índices de salud según un estudio global reciente publicado en The Lancet.
Como ejemplos de estrategias que han funcionado en algunos países de la región, Espinal cita la apertura de clínicas rurales y la creación de puestos de salud más simples, con medicinas y trabajadores de salud capacitados.
Al comparar las cifras de los países que más invierten con los que menos, las diferencias son evidentes. Como ejemplo tomemos tres indicadores clave:
Muchos de los logros conseguidos en materia de salud en América Latina no se dan en todos los países de la misma manera ni tampoco en todos los sectores demográficos del mismo país.
De hecho el informe habla de una «tenaz persistencia» de «profundas desigualdades» en la salud de la región.
Un ejemplo evidente, según Espinal, es el caso de la mortalidad materna, uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que la región no logró cumplir.
Aunque en promedio general sí se consiguió reducir a la mitad la mortalidad materna entre 1990 y 2015, la desigualdad es «persistente» porque el 50% de las muertes se siguen concentrando en el 20% de poblaciones con menor desarrollo humano.
«Y esto no cambió en el periodo 1990-2015«, apunta el informe. «Estas madres son a quienes se ha dejado atrás».
«Todavía que se mueran mujeres en nuestra región por causas maternas yo considero que es una desgracia humana. Y eso hay que evitarlo», dijo Espinal.
El documento apunta que esa misma desigualdad se ha documentado en otros indicadores de salud.
«Los más pobres son los que menos reciben, pero si inviertes más la situación mejora», apunta el experto de la OPS.