Salud
Desde la academia se propone reforzar el trabajo público en la esfera de la salud mental, ya que personas sin apoyo están más expuestas a padecer adicciones.
Autoridades de salud, policías, Ministerio Público, parlamentarios, sociedad civil y la academia. No es exclusivo de una esfera la preocupación por el riesgo que representa la presencia de Fentanilo en manos inapropiadas, ya que es considerado una potencial amenaza que puede transformarse en un problema sanitario de graves consecuencias.
Las alertas en Chile se encendieron luego que una persona intentara ilegalmente ingresar 320 gramos de la sustancia en formato líquido a La Araucanía, desde Argentina; a lo que sumó la detención de una segunda persona con el producto, en la ciudad de Coronel, donde se vendía mezclada con Ketamina.
El Fentanilo es un opioide sintético y es usado como medicamento para calmar dolores de gran intensidad. Tiene una potencia muy superior a la morfina y en Estados Unidos está causando estragos. Se le etiquetó como “la droga zombie”, por la conducta que adoptan sus consumidores y por su alto poder de adicción y letalidad.
La doctora en Farmacia de la Universidad Católica de Temuco Andrea Ortega Mardones explicó que el mayor problema es que se genera un “acostumbramiento del organismo; es como un aprendizaje. Esto produce dependencia, porque cuando falta la droga se generan efectos indeseados”.
Ante la tolerancia que se produce por el consumo reiterado, se necesita una mayor cantidad de la sustancia para producir los mismos efectos que estaban acostumbrados. La amenaza, entonces, se genera porque las dosis van en aumento, lo que puede generar una depresión respiratoria.
La doctora explicó que como la persona “ha estado consumiendo por un tiempo prolongado, sube la dosis para lograr los mismo efectos. Pero si trata o intenta salir de esto y pasa un tiempo de limpieza, entonces en los receptores, que es donde tienen la acción estos fármacos, se pierde esta costumbre y van a reaccionar con menor dosis. Eso quiere decir que el paciente usa la misma dosis que estaba acostumbrado, pero va a caer fácilmente en una sobredosis, e incluso puede llegar a la muerte, porque los efectos van a ser muy intensos”.
Si el consumo en sí es problemático, mezclarlo con otras sustancias puede resultar fatal. La profesional explicó que “cuando se mezclan fármacos que tienen acción en el sistema nervioso central, estos se potencian; puede ser hasta con alcohol, o puede ser con fármacos sintéticos como con la ketamina (de uso veterinario), que son los que producen los estragos más grandes”.
También hay productos contrapuestos, como la cocaína que generan problemas mayores, “ya que uno es euforizante y el otro es más depresivo. Igual producen problemas entre ellos, porque los receptores están sometidos a una cantidad extremadamente grande de estímulos”.
Para el jefe de Carrera de Químico y Farmacia de la UCT, el químico farmacéutico y magíster en Ciencias Sociales, Francisco de la Fuente Vásquez; “lo que estamos pidiendo, es que se haga efectivo lo que dice la legislación vigente en el tema”, ya que si el producto “es de afuera, habría que hacer un control por dónde están las entradas, cuáles son los casos que se están dando y estudiar esas situaciones”
Si bien el medicamento es de presencia casi exclusiva en clínicas y hospitales, de todas formas se requiere hacer seguimiento a las prescripciones; reduciendo las posibilidades de que se produzcan salidas inadecuadas a través de mermas o vencimiento del producto.
“Entonces, acota el profesional, se necesita mayor preocupación de control que el que se tiene actualmente, porque ya estamos viendo que el fentanilo está llegando”.
Finalmente, ambos profesionales, coincidieron en la necesidad de fortalecer el trabajo de salud pública, especialmente en el área de la salud mental; toda vez que son estas personas o pacientes las que están en mayor riesgo de caer en problemas de adicciones.
Los académicos destacan la necesidad de trabajar de manera integral en la prevención de adicciones.
El lunes, la ministra del Interior, Carolina Tohá, en conversación con Canal 13, dijo que los casos en Chile han sido detectados con rapidez y que no hay estadísticas de distribución masiva. “Hemos tenido un par de hallazgos, la hemos pillado muy temprano. No tenemos datos que la muestren distribución de esta droga en Chile”.
“Lo que hemos descubierto es que bandas que están operando en Chile están tratando de introducir este producto en Chile, pero lo hemos logrado pesquisar muy al inicio. No tenemos ningún indicador de que haya habido distribución de esta droga”, afirmó.
