Tener más de 60 años y sentirse deprimido no es una situación esperable ni natural en este grupo etario. En el marco del mes de la Lucha Contra la Depresión, especialista en gerontología enfatiza en la importancia de abordar y entregar tratamiento oportuno a este
En Chile la depresión es el trastorno psiquiátrico más frecuente en personas mayores, un 11,2% de la población mayor de 60 años la padece, siendo una condición usualmente subdiagnosticada en este grupo etario. Así lo consignan cifras del Ministerio de Salud.
Más allá de esta cifra, Ana Paula Vieira, psicóloga experta en gerontología, enfatiza que “muchas veces, tanto los profesionales de la salud, como las mismas personas mayores, tienen la falsa creencia que la depresión es parte natural del envejecimiento, lo que se convierte en un riesgo considerable”.
La especialista explica que la depresión en la persona mayor se puede clasificar de acuerdo a la edad de inicio: depresión temprana, cuando el primer episodio aconteció antes de los 60 años, y tardía, cuando ocurre sobre esa edad. “En ambos casos los riesgos pueden ser diversos como pérdida de funcionalidad, enfermedades cardiovasculares, dolores, conducta suicida, por ello, es fundamental la detección temprana y manejo adecuado”.
El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión y, a juicio de Vieira, la salud mental de las personas mayores en Chile tiene grandes desafíos, siendo uno de ellos el educar a la comunidad para no subestimar señales de este trastorno. “No considerarlas a tiempo aumenta riesgos que impactan en el bienestar integral de la persona y su entorno”, enfatiza.
Entregar herramientas para identificar signos de una depresión es clave, de esta forma las personas mayores o su entorno reconocen que existe un problema. Este es el primer paso para luego acceder a una asistencia terapéutica oportuna, por consiguiente, efectiva, “visando la remisión del cuadro clínico y mejoras en el funcionamiento tanto social como cognitivo,” destaca Vieira, quien también es directora de Fundación Míranos, organismo que se dedica a la prevención del suicidio en este tramo etario.
La experta hace un llamado a prestar atención ante ciertas señales que las personas mayores transmiten, algunas verbales como enunciados que den cuenta de no tener motivos para vivir, sentirse una carga, sentirse responsable de todo lo malo que sucede o manifestar sentimiento de inutilidad o culpa inapropiada.
“Los cambios de ánimo y de comportamiento también pueden ser signos de depresión. Ojo cuando existe mayor irritabilidad, rabia, ansiedad, angustia o dificultad para comer o dormir. Que una persona presente fatiga, abandone las actividades que antes le gustaba hacer, que aumente la ingesta de alcohol y de sustancias, o se aísle de su familia y de sus cercanos, también son alertas”.
De igual manera, la especialista puntualiza que “hay diferencias en las manifestaciones entre hombres y mujeres mayores, donde los varones suelen expresar más irritabilidad y las mujeres más desvitalización”.
Cuando estas señales son frecuentes e intensas, y tenemos la opción y cercanía de ayudar a una persona, podemos acudir, por ejemplo, a recursos como las líneas telefónicas gratuitas del Minsal: 600 360 7777 – Opción 2, o *4141, concluye la psicóloga.