Adaptar los horarios con anticipación, tener una buena alimentación y regular los hábitos de sueño, son algunas de las recomendaciones para comenzar el año académico de la mejor forma.
La llegada de marzo para muchas familias representa el comienzo del año laboral y también escolar. Después de la desconexión de las vacaciones volver a adaptarse a la rutina puede resultar un proceso estresante, tanto para estudiantes como para madres, padres y apoderados.
El retorno a las salas de clases puede ser emocionante para muchos niños y niñas que buscan reencontrarse con sus compañeros y profesores. Sin embargo, para algunos, volver a incorporarse a la rutina escolar puede convertirse en un periodo de angustia y ansiedad.
Por esta razón, organizar eficientemente los horarios e incorporar hábitos de adaptación puede ser de gran utilidad para facilitar este periodo y generar un impacto positivo al permitir a las y los estudiantes interactuar con sus pares y así desarrollar sus habilidades sociales, en lugar de generar estrés.
En ese sentido, los padres y madres tienen un rol clave de contención y guía. De hecho, el Diagnóstico Integral de Aprendizaje, realizado por el Ministerio de Educación (Mineduc) dio cuenta de que el 70% de estudiantes reconoce tener dificultades para expresar sus emociones, por lo que “es fundamental generar espacios de encuentro, preguntando por las nuevas sensaciones que van teniendo a medida que crecen y se desarrollan dentro del ambiente escolar. Por ejemplo, conversar sobre cómo estuvo su día, cuál fue su parte favorita, y de esta forma entregarles un espacio para validar sus emociones”, comenta Paula Reyes, especialista y psicóloga del Colegio Seminario Pontificio Menor (SPM).
Por otro lado, la experta recomienda adaptar los horarios con anticipación y practicar la rutina de regreso para mejorar los hábitos de sueño. Es más, un estudio publicado por la Sociedad Chilena de Pediatría, demuestra que el exceso de pantalla perjudica el desarrollo cognitivo de los más pequeños, dejando en evidencia que los niños y niñas en Chile pasan entre 5,3 y 6,1 horas diarias frente a las pantallas. Es por eso que cercano a la fecha de ingreso a clases, es recomendable comenzar a dormir más temprano y regular el uso de pantallas durante la noche, lo que les permitirá a los estudiantes tener más energía durante los primeros días.
Respecto de los niveles de ansiedad que puedan observarse, es relevante considerar que, como señala Reyes, “la ansiedad es movilizadora y en algunas situaciones puede ser desadaptativa y ahí es donde hay que tener mayor cuidado en cómo se presenta esta ansiedad en los niños y niñas, por ejemplo, cuando comienzan con dificultades para entrar al colegio, con síntomas de crisis de angustia, crisis de llanto o dolor estomacal”.
También es importante considerar la alimentación. En este sentido, se recomienda llevar una dieta equilibrada priorizando las colaciones que tengan una adecuada composición nutricional, ya que estas aportan energía y propician mayores niveles de atención y mejores resultados de aprendizaje.
La adopción de estos hábitos saludables tiene como objetivo suavizar la transición entre las vacaciones y la vuelta a la rutina escolar, procurando que este período sea agradable tanto para los alumnos como para todos los integrantes de la familia.