Hombres y mujeres chilenos, diagnosticados hace más de 15 años y a los que se les administró la terapia, expresaron el significado de transitar de un pronóstico terminal a vivir incluso décadas sin tener secuelas de la enfermedad.
Un estudio publicado por la revista Vaccines, realizado por científicos de la Universidad de Chile, reveló que casi un 40% de los pacientes que se sometieron a una inmunoterapia oncológica creada en nuestro país, lograron alcanzar períodos de sobrevida mayores a 36 meses.
La muestra consideró un total de 110 pacientes, en su mayoría en etapas metastásicas grado 3 y 4, quienes no tenían posibilidad de acceder a tratamientos convencionales y cuya expectativa de vida era inferior a un año. De estos, uno de cada cuatro (un 27,4 por ciento) logró una sobrevivencia de más de cinco años.
El empresario Rodolfo Blumenberg, uno de los primeros pacientes en recibir la vacuna chilena contra el cáncer de melanoma, en 2003, falleció luego de más de 20 años de sobrevida post tratamiento. En ese entonces, la terapia tenía un carácter experimental, pero la familia decidió intentarlo ya que los médicos le habían indicado un 20 por ciento de posibilidad de sobrevivir.
Este vecino de la comuna de Peñalolén fue diagnosticado con un melanoma etapa 4 ubicado en el cuero cabelludo, con metástasis en el pulmón. Una noticia devastadora para una familia con dos hijos pequeños: un niño de tres años y una niña de uno.
“Estamos tremendamente agradecidos de todo este proceso: la terapia nos regaló 20 años como familia y a mis hijos la posibilidad de que crecieran con su papá. Vivió sin ninguna dificultad hasta otro diagnóstico de cáncer prostático, muchos años después, que provocó su fallecimiento”, cuenta Patricia Bermedo, arquitecta en una ONG y viuda de Blumenberg.
En Castro, Chiloé, Haydee Ruiz lleva 14 años de vida posterior al tratamiento con TAPCells por un diagnóstico de cáncer que le entregaba mínimas posibilidades de sobrevivir. En 2008, a sus 54 años, se le detectó un melanoma en grado IIIc, con un complicado pronóstico, luego de la aparición de un lunar en la pierna.
“Mis hijos se espantaron, porque nunca había habido un cáncer en la familia. Tenía metástasis en todos los ganglios del lado derecho, bajo la ingle”, recuerda.
A los meses post tratamiento recibió la noticia de que ya estaba todo bien, lo que se ha mantenido por los años, aunque Haydee dice que no baja la guardia.
“Seguimos todas las indicaciones de los médicos, sabiendo que podía no funcionar. La terapia fue muy importante, me encuentro bien y estable, sin ninguna recaída”, sostiene.
Otro de los casos de sobrevivientes de largo plazo es Jaime Lagos, de Concón, en la Región de Valparaíso, un exoficial de la Armada al que le dieron menos de un año de vida en 2010. Este padre de cuatro hijos y hoy empresario del sector logístico recibió un diagnóstico devastador, melanoma etapa IV, que afrontó con quimioterapias. Tras el término de las sesiones vino un segundo golpe: el tratamiento no logró remitir el cáncer y comenzaba la cuenta regresiva.
“Estos años han sido una maravilla. Si bien uno entiende que lo usual es que los hijos lo sobrevivan a uno, hay etapas donde uno espera estar. Lo que más me chocó fue el hecho de que un ser humano le diga a otro que te quedan tantos meses de vida. Lo que he aprendido es que la ciencia es una tremenda oportunidad de desarrollo ante desafíos que la medicina tradicional solo ve como un problema estadístico”, asegura.
“Lo que recuerdo de ese momento donde se me administró la terapia TAPCells es que era un equipo muy joven (científicos a cargo de la vacuna), todos trabajando, motivados, y dándonos apoyo. Un contexto muy distinto al de un hospital, mucho más frío. Hoy, pienso que el desarrollo científico, sea el tratamiento sea, es algo que da esperanza a las personas, evita que se apaguen y tenga la fortaleza para seguir viviendo”, añade Lagos.
El estudio publicado consideró un período de seguimento de 15 años, y permitió que los investigadores clasificaran a los pacientes en dos grupos: pacientes con menos de 36 meses de sobrevida (de corto plazo) y más de 36 meses (de largo plazo). Con esto, realizaron asociaciones entre los resultados clínicos y parámetros demográficos, genéticos e inmunológicos claves para el futuro mejoramiento de las vacunas contra el cáncer.
“Del total de la muestra, se observan remisiones prolongadas en 40 pacientes sobrevivientes a largo plazo”, dijo Cristián Pereda, CEO de Oncobiomed y uno de los investigadores del reporte, que fue liderado por el actual académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y exministro de ciencias, Flavio Salazar.
Los hallazgos de la investigación demuestran no solo la efectividad de los tratamientos que actualmente ofrece Oncobiomed, sino también que los indicadores estadísticos ponen a la terapia de las TAPCells en la frontera del conocimiento a nivel mundial.
De hecho, recientes publicaciones de vacunas para pacientes con melanoma demostraron supervivencias promedio de casi 50 meses y una tasa de supervivencia general del 46 por ciento. Sin embargo, dichos estudios evidencian un menor desempeño de las inoculaciones en pacientes con estadios metastásicos: apenas 18 meses y una tasa de supervivencia general a dos años del 46 por ciento.
“Sorprendentemente, nuestros estudios demuestran efectos clínicos significativos de la vacuna anti-melanoma TAPCells, mostrando tasas de supervivencia general a cinco años del 25,9 por ciento en toda la cohorte y una tasa de supervivencia general notablemente más alta del 41,2 por ciento para pacientes con metástasis con respuestas inmunes detectables en ausencia de metástasis viscerales”, añadió Salazar.
La inmunoterapia TAPCells se basa en la generación de células presentadoras de antígenos tumorales a partir de glóbulos blancos presentes en la sangre de los propios pacientes.
Las vacunas contra el cáncer albergan el potencial de estimular respuestas inmunes de memoria de corto y largo plazo, lo que representa una alternativa o complemento de interés para el abordaje terapéutico del cáncer. El estudio destaca que algunas terapias personalizadas, ya aprobadas por la agencia regulatoria de Estados Unidos (FDA) han demostrado eficacia en aumentar la sobrevida, aunque en cáncer de piel o melanoma sus resultados a nivel clínico han sido menos esperanzadores.
“En este estudio hemos reportado el efecto de la vacuna contra el cáncer TAPCells como una estrategia prometedora para tratar a pacientes refractarios a inmunoterapias convencionales. Nos centramos en el análisis retrospectivo de un ensayo clínico en fase I/II, que mostró la inducción de respuestas inmunológicas detectables a través de reacciones de hipersensibilidad retardada específicas (ensayos de DTH), que se correlacionan con una sobrevida prolongada de los pacientes”, detalla Cristián Pereda.
Para los científicos chilenos, el principal hallazgo del análisis es la constatación del potencial de las respuestas inmunes inducidas por la vacuna TAPCells en pacientes con melanoma, haciendo hincapié en la identificación de marcadores biológicos emergentes y parámetros clínicos para predecir la remisión a largo plazo.
El estudio, de carácter retrospectivo, consideró en su mayoría a pacientes con metástasis en grado IV y bajas expectativas de sobrevivencia.
La evidencia recopilada en las evaluaciones de 110 individuos tratados entre 2003 y 2008 es sólida respecto a la inducción de una respuesta inmunológica detectable y que es mediada por las TAPCells, vinculándose, en definitiva, con remisiones extensas y duraderas en un grupo significativo de pacientes, incluso sin intervenciones adicionales.
De acuerdo con el equipo de investigadores, las correlaciones encontradas entre la duración de la remisión en los pacientes y factores celulares y moleculares en su sangre periférica permiten avanzar en la búsqueda de marcadores tempranos de eficacia, que sin duda facilitarán una selección más precisa de pacientes y aumentarán la tasa de respuesta de las vacunas contra el cáncer.
Las inmunoterapias son desarrollos que se basan en la utilización de componentes del sistema inmunológico para combatir los tumores. Su administración permite activar factores inmunitarios capaces de provocar una respuesta defensiva en el organismo, ya sean estas como células intactas o modificadas genéticamente o a través de un proceso conocido como de lisados tumorales, es decir, material extraído desde los propios tumores.