Expertos refuerzan la opción de tratar las dolencias musculoesqueléticas a través de terapias, como la electrólisis percutánea, las infiltraciones de plasma rico en plaquetas, la hidrodilatación, entre otras.
¿Realizas deportes y tuviste una lesión? ¿Tienes teletrabajo o de oficina y hace un tiempo estás con una molestia? ¿O crees que sufres de una artrosis leve o moderada?
Antiguamente, para lesiones de tendones con roturas parciales, totales o tendinopatías, en deportistas que desean retomar la práctica deportiva o personas con artrosis en diferentes articulaciones, la cirugía era la opción cuando la kinesiología no tenía éxito.
Sin embargo, con el uso de tecnologías, como por ejemplo los equipos de ecografía, en Clínica CRL los profesionales son capaces de realizar una evaluación objetiva de la lesión lo que ayuda a decidir entre operar una lesión o buscar terapias diferentes que permitan de forma menos invasiva entregar una solución efectiva.
Eva Peña, médico cirujano de la Universidad de Chile y doctora de Clínica CRL, precisa que “en la actualidad, se han desarrollado procedimientos menos invasivos que se utilizan como paso previo a la cirugía, como las infiltraciones y la electrólisis, que son prácticas comunes. Estos tratamientos ayudan a reducir el dolor del paciente y a acelerar la recuperación, siempre complementados con ejercicios de kinesiología”.
“Cada vez hay más evidencia que respalda la efectividad de las infiltraciones para la patología degenerativa articular para aliviar el dolor de los pacientes. Hasta ahora no se ha descubierto una forma de revertir el daño que ya tiene el cartílago articular, también hay evidencia en la efectividad de la electrólisis y de las infiltraciones con PRP (Plasma Rico en Plaquetas) en tendones con rotura para disminuir dolor y mejorar funcionalidad de los pacientes, siempre acompañado de ejercicios de kinesiología”, sostiene.
La doctora Peña, quien también tiene una especialidad en Medicina del Deporte y de la Actividad Física, recomienda optar por estas terapias, que no solo son menos invasivas, sino que también la tasa de éxito en la recuperación es más efectiva (95%) y los costos totales son más bajos.
“Por ejemplo, en una tendinopatía del manguito rotador el costo de la cirugía es alrededor de $3.400.000 para pacientes Fonasa y dependiendo de la clínica y el cirujano los costos pueden ser muy superiores. En la Clínica CRL realizamos infiltraciones con Plasma Rico en Plaquetas (el procedimiento cerca de $300.000) para las roturas e indicamos electrólisis percutánea invasiva ($65.000 por sesión) en casos de tendinopatías con tasas de éxito sobre el 95%”, señala.
Otro ejemplo es la cirugía de prótesis de rodilla: La prótesis, los honorarios y la hospitalización tiene un costo desde $5.200.000 para pacientes Fonasa, a través de bono PAD, y en clínicas el valor puede ser mucho mayor; mientras que una infiltración con Plasma Rico en Plaquetas + ácido hialurónico tiene un costo de $473.000 + las sesiones de kinesiología ($35.000 por sesión), tratamiento que puede aliviar el dolor por 1 a 2 años dependiendo del paciente y de su adherencia a las indicaciones.
En las lesiones meniscales la mayoría de los casos (cerca del 90%) el tratamiento conservador es efectivo, además el menisco es el amortiguador de la rodilla por lo que se debe preservar siempre que se pueda.
El valor de una cirugía de meniscos puede costar desde $1.300.000 y se recomienda ir acompañada de terapias kinésicas luego de la intervención.
“Para lesiones meniscales se pueden realizar infiltraciones con corticoides ($140.000) o plasma rico en plaquetas parameniscales, para bajar el dolor del paciente si es muy invalidante lo cual no es necesario en todos los casos. Luego, se realizan terapias kinésicas para fortalecer la musculatura ($35.000 la sesión)”, enfatiza.
En general, según precisa la doctora Peña, con ocho sesiones de kinesiología los pacientes pueden ver mejoras y mantener ejercicios en domicilio, sin embargo, habrá personas que necesiten terapias más prolongadas en el tiempo.
En el caso de discopatías cervicales, la doctora Peña sostiene que la opción quirúrgica es la fijación de la columna para que deje de moverse el segmento por lo que los pacientes quedan con una columna cervical más rígida y siempre deben realizar kinesiología posterior a la intervención. “Muchas veces pueden desarrollar discopatía en los otros segmentos y volver a tener sintomatología”.
“Por lo mismo, siempre se intenta primero el tratamiento conservador con fortalecimiento al menos por seis meses, antes de decir que fracasó. En la clínica realizamos, en caso de pacientes que no mejoren con ejercicio, neuromodulación para casos de radiculopatía (cuando se irritan los nervios) y ozonoterapia para casos de discopatía con dolores crónicos que no han mejorado con tratamientos convencionales”, puntualiza.
En cambio, en la artrosis de cadera -donde la prótesis aún no está indicada- se pueden realizar infiltraciones con ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas para disminuir el dolor del paciente y mejorar el ambiente biológico de la articulación.
“Ninguno de los tipos de tratamiento puede asegurar un resultado”, añade la doctora Peña. “La efectividad de los tratamientos depende del paciente en particular y de la lesión en específico, por lo mismo debe ser evaluado por un especialista para indicar el mejor tratamiento para cada paciente que tenga mayores probabilidades de mejorar su lesión”, concluye.