El consumo de bebidas energéticas en Chile ha aumentado. Según datos de Conadecus, el promedio de consumo se incrementó nueve veces entre 2010 y 2020 “pasando de 0,4 a 3,6 litros mensuales per cápita”.
Las bebidas energéticas son líquidos que no contienen alcohol, generalmente están gasificadas y compuestas básicamente por cafeína, azúcares, aminoácidos (taurina), vitaminas, sales minerales, extractos vegetales, conservantes, saborizantes y colorantes. Han sido diseñadas para proporcionar vitalidad al consumidor cuando necesita esfuerzos extras, físicos o mentales.
Por lo mismo, el abuso en su consumo crece, especialmente, entre los jóvenes los fines de semana o en “carretes”, quienes las utilizan para seguir bailando y probablemente disfrutando. El problema es cuando se mezclan con alcohol, advierte Fernando Torres, director de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello.
Según detalla el toxicólogo “la asociación de cafeína y alcohol etílico enmascara los efectos depresores de este último a nivel del sistema nervioso central. Por lo tanto, el sujeto percibe menos la embriaguez y se bebe mucho más, esto aumentaría la probabilidad de una intoxicación por alcohol sin los síntomas característicos, ya que éstos se enmascararían”.
Efectos
Respecto a los efectos de la cafeína contenida en estas bebidas energéticas, el también químico farmacéutico detalla que “está el aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, incremento del flujo sanguíneo hacia los músculos y disminución del flujo sanguíneo hacia la piel y órganos internos, además de promover la liberación de glucosa por parte del hígado, y por la composición química de estas bebidas, causan acidez en el sistema digestivo, pudiendo complicar el estado de salud de personas que padecen de úlcera gástrica, esofagitis, reflujo gastroesofágico, colon irritado, entre otras”.
El académico subraya que “la cafeína, así como el alcohol y la taurina aumentan la diuresis, provocando deshidratación y pérdida de sodio”.
El profesional concluye que “es importante reforzar en la población que beber en exceso es dañino y peligroso para la salud. El exceso de alcohol es nocivo por sí mismo, pero más aún cuando está asociado con bebidas energéticas”.