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Mitos y verdades sobre la fiebre infantil: todo lo que los cuidadores deben saber

Mitos y verdades sobre la fiebre infantil: todo lo que los cuidadores deben saber

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Enfermera docente desmitifica creencias comunes sobre la fiebre infantil, aclarando desde sus riesgos hasta su manejo adecuado.


La fiebre en los niños es un tema que suele generar preocupación en padres y cuidadores. Existen numerosas creencias populares que pueden llevar a tomar decisiones inapropiadas.

Pamela Ivanovic, académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, aclara varios mitos y verdades sobre la fiebre infantil, ofreciendo una guía clara para manejarla adecuadamente y entender su verdadera naturaleza.

Desde la percepción de la fiebre como un peligro inminente hasta el uso correcto de medicamentos y otras prácticas comunes, la académica ofrece una perspectiva informada y basada en evidencia para tranquilizar y educar a quienes cuidan de los más pequeños.

La fiebre es peligrosa, sobre todo en niños

“La fiebre no es peligrosa y no es una enfermedad, es un mecanismo de defensa del organismo. Hay que poner atención, ya que es la respuesta del organismo a una inflamación o una infección y nos alerta de que el organismo se está defendiendo de algo, por lo que es necesario medirla y observar otros síntomas que puedan presentarse, pero en rigor no siempre es peligrosa”.

La fiebre alta provoca convulsiones

“La mayoría de los niños con fiebre no presentará convulsiones. Menos del 8% de los niños que presentan fiebre podrían tener estas “convulsiones febriles” y aquellos que tienen mayores probabilidades de presentarlas son los que ya tuvieron una convulsión o los que tienen algún familiar que tuvo estas convulsiones. Mayoritariamente no son un problema de salud, no significa que van a tener epilepsia y remiten sin necesidad de tratamiento. De presentarse la convulsión, es necesario mantener la calma y proteger al niño para que no se caiga o golpee. Luego llevarlo con su médico.”

Un baño de agua fría o tibia logra bajar la fiebre rápidamente

“Como se mencionó, la fiebre es un mecanismo de defensa del cuerpo, ya que crea un ambiente que puede reducir la multiplicación de virus y bacterias, además de ser una señal de alerta. Se recomienda tomar medidas para bajar la fiebre cuando la temperatura axilar supere los 38,5°C, excepto en niños con riesgo de convulsiones febriles, en cuyo caso debe hacerse de manera muy gradual.

Bañar a un niño con fiebre en agua fría o tibia puede causar un shock por el cambio brusco de temperatura, lo que además de incomodarlo, genera escalofríos que pueden aumentar la temperatura corporal.”

Siempre hay que usar medicamentos para bajar la fiebre

“No se aconseja usar medicamentos para bajar la fiebre, especialmente si el niño está tranquilo, come bien y no tiene otras molestias. Estos medicamentos no resuelven la causa de la fiebre, no impiden que vuelva a subir la temperatura y no previenen las complicaciones asociadas con la enfermedad que causa la fiebre. Se pueden usar si la fiebre causa mucho malestar y afecta el estado general del niño. La elección del medicamento y la dosis adecuada deben ser indicadas y supervisadas por un médico”.

La fiebre no debería duras más de dos o tres días

“Son diversas las situaciones que pueden producir aumento de temperatura en los niños, este es un mecanismo de defensa que evidencia algún proceso inflamatorio o infeccioso que el cuerpo está tratando de manejar. Por ejemplo, la salida de dientes o el recibir una vacuna podría generar fiebre en un niño. En general, la fiebre dura de dos a tres días, pero hay que estar atentos y consultar al médico si la fiebre dura más de 24 horas en niños menores de 2 años y tres días en mayores, o si desaparece, pero continúa decaído o con malestar”

Las temperaturas orales entre 37,1° y 37,8° C no son fiebre

“La temperatura corporal normal es de 36°C a 37°C, y su aumento hasta 37,5°C se puede considerar normal. Cuando la temperatura del niño se encuentra entre 37,5°C y 37,9°C se dice que está subfebril y es necesario estar alerta a los cambios en la temperatura controlándola cada 4 a 6 horas poniendo mucha atención a cualquier signo o síntoma que manifieste el niño. Se considera fiebre cuando la temperatura es mayor a 38°C por vía rectal, o mayor a 38,5° si se toma la temperatura axilar”.

La gravedad de la fiebre no solo depende de la temperatura

“La gravedad de la enfermedad que está generando la fiebre no tiene relación con la magnitud de la fiebre. Tanto infecciones virales como bacterianas pueden generar altos valores de temperatura. Mucho más importante que la magnitud de la temperatura, es estar atento a cualquier manifestación que aparezca en el niño, como, por ejemplo, dificultad para respirar, manchas en la piel, vómitos, debilidad o malestar general. Es importante recordar que la fiebre es solo un signo de que el cuerpo se está defendiendo de algo, no es la enfermedad”.

La fiebre siempre indica enfermedad

El aumento de la temperatura en los niños puede ser indicación de un proceso inflamatorio o infeccioso. Demuestra que el cuerpo se está defendiendo y siempre se debe estar alerta. La fiebre no es una enfermedad en si misma, en una manifestación de que algo está pasando y por esto se debe controlar la temperatura y observar al niño.

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