
¿Cómo impacta la contaminación ambiental en la salud de la piel?
Con más de 4 declaraciones de Alerta Ambiental en la Región Metropolitana a la fecha, el estudio de Lancet Countdown Sudamérica, ha sostenido que Chile y Perú son las naciones con mayor tasa de mortalidad prematura atribuible a la exposición sistemática a una alta contaminación del aire.
En América Latina la preocupación por la contaminación ambiental es un tema, y en Chile se intensifica ya que Santiago se encuentra entre las ciudades más afectadas.
Según el estudio de Lancet Countdown Sudamérica, Chile y Perú son las naciones con mayor tasa de mortalidad prematura atribuible a la exposición sistemática a la contaminación del aire. Sin embargo, aún sigue siendo un tema desconocido cómo puede afectar este contexto a la salud de nuestra piel.
Los contaminantes atmosféricos, como los gases de escape de los vehículos y las partículas en suspensión, pueden penetrar profundamente en la piel, desencadenando una cascada de efectos negativos.
La dermatóloga de Dove, Agustina Fernández, comenta que “las partículas contaminantes se adhieren a la piel y las más pequeñas que pueden incluso penetrar hasta las capas profundas de la epidermis, produciendo un efecto sobre las células, cambiado el pH de la piel y modifican la composición de la barrera hidrolipídica de la piel.
Es por esta razón que la contaminación ha sido vinculada a envejecimiento prematuro cutáneo y a un aumento en la prevalencia de condiciones como el acné, la dermatitis atópica, la psoriasis, afectando a personas de todas las edades y tipos de piel”.
Fernández recomienda el uso diario de protectores solares y productos que contengan antioxidantes para así, contrarrestar los efectos mencionados. Mantener una rutina de limpieza facial adecuada y utilizar productos de duchas diseñados para limpiar de manera óptima la piel que puede ayudar a eliminar las partículas contaminantes y minimizar su impacto negativo.
La relación entre la contaminación ambiental y la salud de la piel es innegable y merece una atención urgente. Con conciencia pública y acciones concertadas, podemos proteger nuestra piel del impacto dañino de los contaminantes atmosféricos, garantizando así una piel más saludable y radiante para las generaciones futuras.