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Estrés y dolor: ¿Cómo se relacionan y afectan la calidad de vida? Salud

Estrés y dolor: ¿Cómo se relacionan y afectan la calidad de vida?

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“Cuando estás estresado, tu cuerpo entra en un estado de “lucha o huida”, lo que provoca que los músculos generen una contracción, en otras palabras, tensión. Esta tensión muscular, especialmente si es prolongada, puede causar dolor y malestar en diferentes partes del cuerpo”, afirma experta.


Según un estudio realizado por Laborum el 92% de los chilenos encuestados declaró sentirse estresado, cifra que posiciona a Chile como el segundo país con más trabajadores con síndrome de estrés laboral, también conocido como “burnout”. Sin embargo, lo que muchos no saben es que el estrés tiene directa relación con la aparición de dolores musculares y viscerales.

“Cuando estás estresado, tu cuerpo entra en un estado de “lucha o huida”, lo que provoca que los músculos generen una contracción, en otras palabras, tensión. Esta tensión muscular, especialmente si es prolongada, puede causar dolor y malestar en diferentes partes del cuerpo, así como también dolor visceral asociado a colon irritable o dolor premenstrual. Y, en casos más severos, puede estar asociado a un dolor generalizado en todo el cuerpo, como en el caso de la fibromialgia”, señala Gabriel Arrieta, quiropráctico y kinesiólogo de Clínica Talus.

Por supuesto, cualquier parte de nuestro organismo se puede ver afectada por dolor asociado a un cuadro de estrés, generando un impacto negativo en la calidad de vida de las personas, tanto en el ámbito físico como también en el área psicosocial.

Las zonas  más comunes que se ven afectadas son el cuello, dolor de cabeza, hombros, lumbalgia, dolor de mandíbula asociado al bruxismo, dolor en el pecho y dolor abdominal. Así como también se puede afectar la calidad del sueño y empeorar patologías preexistentes como la artritis. Además de causar fatiga y sensación de agotamiento continuo, depresión, ansiedad, aislamiento social, entre otras percepciones que impiden a las personas tener una vida “normal”.

“El estrés activa la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas pueden aumentar la percepción del dolor y hacer que los músculos se sientan más sensibles y doloridos. Es importante entender que el dolor es una respuesta del cerebro y está influenciado por muchos factores: genéticos, psicológicos, ambientales, laborales, sociales, entre otros, por lo mismo es esencial tratar estos episodios de manera conjunta por distintos profesionales de la salud, como kinesiólogos, quiroprácticos, psicólogas, y si es necesario, psiquiatras”, comenta Patricia Catalán, psicóloga clínica. 

La especialista además agrega que “la duración de un cuadro de estrés puede variar significativamente dependiendo de varios factores, como la causa del estrés, la capacidad de la persona para manejarlo y el acceso a recursos de apoyo. Es así como pueden clasificarse en estrés agudo, que generalmente tiene una duración de pocos días a unas pocas semanas; estrés agudo episódico, que suele presentar varios episodios de estrés agudo con mayor frecuencia; y por últimoestrés crónico o distrés, que puede durar varios meses, e incluso años”.

Tratamientos para los dolores causados por el estrés

Existen variados tipos de tratamientos para dolores provocados por el estrés. Sin duda, lo que tiene alta evidencia es que el tratamiento debe ser una atención colaborativa, es decir, que participen de manera conjunta y coordinada entre profesionales de la salud.

“Desde el punto de vista médico, se recomiendan los fármacos inhibidores de la recaptura de serotonina (ISRS), que son antidepresivos que, en conjunto con la psicoterapia, tiene mejores resultados que por sí solo. Por otro lado, es muy importante la regulación y control del sistema nervioso autónomo, en especial el sistema nervioso simpático, que en situaciones de estrés se ve aumentado, pudiendo provocar problemas tanto físicos como psicológicos”, explica Cristóbal del Campo, quiropráctico y kinesiólogo.

“Los quiroprácticos buscamos, con diferentes técnicas de tratamiento, poder regular y normalizar el funcionamiento de este sistema, a través de la educación, ajustes quiroprácticos, técnicas de terapia manual, técnicas viscerales, entre otras. De esta forma, el objetivo es que este sistema baje la situación de alerta y amenaza, que puede provocar incluso dolores en diferentes tejidos por espasmos reflejos o protectores e hipersensibilidad central, regulado por el sistema nervioso. En tanto que la kinesiología es esencial para prescribir ejercicio físico, se ha demostrado que una intensidad baja a moderada de ejercicio puede ser regulador del sistema nervioso autónomo y, por lo tanto, disminuir el estrés y dolores asociados”, agrega.

Catalán agrega que “es muy importante intentar entender cuál o cuáles son los factores que puedan estar causando estrés y, por otro lado, cómo se refleja en el cuerpo”.

Además se recomienda aprender a delegar tareas, priorizar, decir que no sin culpa, realizar ejercicio de manera regular y dedicar un tiempo para desconectarse, disfrutar de una actividad que te guste, buscar y aceptar ayuda.

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