Anualmente, esta patología es detectada en más de 170 mil personas a nivel mundial, siendo el segundo cáncer hematológico más común. En Chile, en 2022 se registraron casi 600 muertes por esta enfermedad.
Cada año, más de 170 mil personas son diagnosticadas con mieloma múltiple a nivel mundial, mientras que en el caso de Chile, se calcula que se presentan cerca de 885 nuevos casos y 599 decesos, según los datos más recientes dispuestos por el Observatorio Global del Cáncer (Globocan).
Esta enfermedad es el segundo tipo de cáncer en sangre más común, representando entre un 10% y un 15% de todos los casos de afecciones sanguíneas malignas o neoplásicas. A pesar de esta alta incidencia, el diagnóstico puede ser demorado debido a la variedad de síntomas que frecuentemente se confunden con otras enfermedades, lo que retrasa, además, el inicio del tratamiento adecuado.
Según Camila Peña, hematóloga del Hospital del Salvador, esta patología se origina cuando las células plasmáticas afectadas se multiplican anormalmente, y como consecuencia, producen un exceso de anticuerpos en la médula ósea, suprimiendo las células normales y causando una variedad de síntomas.
Los más conocidos son: anemia; aumento de calcio en la sangre; dolor óseo, e insuficiencia renal, pero el mieloma múltiple también puede presentarse con síntomas tan inespecíficos como fatiga o cansancio. Además, casi la mitad de los pacientes diagnosticados fallecen en un plazo de cinco años posteriores al diagnóstico.
En Chile, según el Ministerio de Salud, la tasa de incidencia en hombres es de 4,3 por cada 100.000 habitantes/año y en mujeres de 3,2 por cada 100.000/año, mientras que la tasa de mortalidad de esta enfermedad, al 2020, es de 2,6 por cada 100 mil personas.
El estudio “Mieloma Múltiple en América Latina”, realizado por Economist Impact y encargado por Johnson & Johnson, revela que una de las principales dificultades para tratar esta enfermedad en la región es el retraso en el tiempo del diagnóstico. La gran variedad de síntomas hace que el mieloma múltiple sea confundido frecuentemente con otras afecciones, lo que lleva a diagnósticos erróneos y a una pérdida de tiempo valioso para el tratamiento.
Según lo demostrado en el análisis de Economist Impact, lo anterior resulta en una detección tardía, llegando en un momento en el que los pacientes ya sufren consecuencias físicas como fracturas, debilidad en las extremidades por causas neurológicas, falla renal terminal o anemia severa, entre otros.
Por otro lado, la investigación de Economist Impact también dio cuenta de la inequidad que genera que los sistemas de salud primaria no estén acondicionados de manera correcta, para poder dar un diagnóstico certero, causando una brecha evidente en la forma en que un paciente en Latinoamérica es tratado si vive en la ciudad o en una zona rural, o si la atención es brindada por el sistema público o privado.
“Para acelerar los tiempos de diagnóstico, se debe trabajar intensamente en mejorar el proceso completo que debe vivir una persona con mieloma múltiple. Es decir, debemos partir por brindarle un diagnóstico temprano y equitativo, sin importar su origen ni locación geográfica, de modo que se pueda combatir la enfermedad en fases iniciales, antes de que el paciente sufra consecuencias irreversibles”, dijo a Dra. Peña, respecto a uno de los desafíos en torno a esta enfermedad.
Debemos aumentar la sospecha clínica en los centros de salud primaria e, idealmente, estos deberían estar acondicionados para realizar algunas pruebas de laboratorio necesarias para diagnosticar a tiempo”, indicó.
La innovación médica desempeña también un papel crucial en este contexto, ya que se requieren tratamientos especializados que deben integrarse con las estrategias ya existentes para lograr una mayor tasa de éxito. Es así como los avances en las terapias para el mieloma múltiple han llevado a mejoras significativas en la supervivencia de los pacientes. Sin embargo, persiste una marcada desigualdad en los resultados entre los países de altos ingresos y aquellos en vías de desarrollo o con recursos más limitados.
En ese sentido, Peña comentó que “es importante acabar con las brechas en diagnóstico y tratamiento existentes, tanto las territoriales como las de sistemas de salud público frente al privado. En Latinoamérica, se ven demasiadas diferencias entre países, e incluso dentro de un mismo país existe inequidad. Vencer este desequilibrio es importantísimo para asegurar una mayor supervivencia de los pacientes con mieloma múltiple en la región”.
Si bien el Mieloma Múltiple, sigue siendo una enfermedad incurable, los avances farmacéuticos recientes han permitido una mejora significativa en la calidad de vida de los pacientes. “Es crucial que sigamos abogando por sistemas sanitarios que garanticen el diagnóstico precoz y el acceso a estos tratamientos innovadores, asegurando que todos los pacientes con mieloma múltiple puedan beneficiarse de estos avances. En un futuro, visualizamos un mundo en el que el mieloma múltiple se redefina como curable”, aseguró la profesional.