Una mala pisada puede tener un efecto en cadena, afectando no solo los pies sino también articulaciones y músculos de todo el cuerpo, generando dolor y lesiones a largo plazo si no se corrige, debido a la interconexión entre las estructuras musculoesqueléticas.
¿Sabías que si te duela la espalda, el tobillo, la cadera o te doblas habitualmente el pie puede ser que tu pisada esté revelando un problema? Gracias a la tecnología, hoy se cuenta con una nueva forma de realizar un examen, rápido y sin dolor, para estudiar tu pie y prevenir una amplia variedad de lesiones y disfunciones, más allá del clásico pie plano. Se trata de la evaluación biomecánica del pie.
“Es un proceso donde se grafica, por medio de una plataforma de cargas, las áreas del pie que sufren mayor presión, de una manera estática y dinámica, codificando la información y llevándola a un análisis computarizado, señala Cristóbal del Campo, quiropráctico y kinesiólogo de Clínica Talus.
El análisis permite diagnosticar múltiples disfunciones biomecánicas o estructurales del pie, como por ejemplo, pie plano, pie cavo, Hallux Valgus (juanete), hiperqueratosis (callosidades), pie diabético (dedos amputados), trastornos de la marcha, entre otras patologías..
El especialista agrega que “los pies son un captor de postura, por lo tanto cualquier alteración en ellas puede afectar hasta la columna, así como también, la columna puede afectarla a ellas. Por ende un dolor de espalda, cadera o rodilla nos lleva a evaluar tobillo y pie para ver si está involucrado en alguna alteración de las estructuras. Los casos más comunes para evaluar la pisada son lesiones como esguinces, fracturas o cirugías de extremidades inferiores que pueden generar asimetrías en la marcha”.
La evaluación biomecánica del pie es recomendable a partir de los 11 años, edad en que pueden aparecer las primeras compensaciones del cuerpo o asimetrías, por lo cual es importante dar un estímulo que perdure en el tiempo como es el uso de plantillas. Éstas en una primera instancia ayudarán a formar el pie permitiendo formar un arco estable, lo que en conjunto con la actividad física, se vuelve fundamental para mejorar el control del pie.
En el caso de los niños de 0 a 10 años no se recomienda esta evaluación, ya que en esa etapa están aprendiendo las primeras estrategias de control de la planta de pie y estructuralmente aún está en formación.
“Esta evaluación es importante para prevenir lesiones o dolores asociados a los pies y/o extremidades inferiores en general, potenciar al máximo los patrones de la marcha y mejorar disfunciones musculares o estructurales”, explica Rodolfo Moraga, kinesiólogo de la misma clínica.
“Cuando evaluamos cómo se comportan los cambios de presiones plantares en estática y dinámica (marcha) podemos pesquisar asimetrías y/o desbalances en relación a la otra extremidad que pudiera estar afectando en las cadenas posturales ascendentes, generando por ejemplo, un pie plano longitudinal, rotación interna de la tibia, rotación interna del fémur, entre otras disfunciones que pueden generar una alteración postural y el paciente no es capaz de desarrollar una activación adecuada de la musculatura, por lo que en la mayoría de los casos deberá tener un soporte externo ortopédico como lo es la plantilla”, detalla.
¿Todas las plantillas ortopédicas son iguales?
Falso. Toda plantilla ortopédica debe ser realizada a medida para las necesidades específicas de la persona. “Cada plantilla es única para cada paciente, ya que cada pie es diferente. Antiguamente se hacían con medidas estándar, pero actualmente con los escáneres que contamos se maneja desde la cantidad de arco que necesita el paciente, tamaño de las plantillas, puntos de apoyo, corrección de talón y así varias variables más que la hacen única para el paciente”, señala Fernando Muñoz, kinesiólogo de Clínica Talus.
¿Si una persona debe usar plantillas, tendrá que utilizarla toda su vida?
Según el kinesiólogo Rodolfo Moraga, va a depender de cada caso. Si una persona tiene una alteración ortopédica en la evaluación postural, como por ejemplo, un pie plano o un pie cavo y no lo puede corregir activamente, lo más probable es que necesite plantillas por un plazo indefinido o hasta que logre reeducar ese patrón de movimiento. Esto se logra con rehabilitación kinesiológica, con el fin de activar musculatura que dé un soporte en la postura estática y dinámica de los pies de las personas.
¿La forma de la plantilla se define con un dibujo en una receta?
Falso. Es imposible indicar una plantilla adecuada con un dibujo en una receta de hoja, toda plantilla debe ser evaluada por un software que mida los puntos de presión plantar en la postura estática y durante la marcha, idealmente con un sistema automatizado al 100% como el de Clínica Talus. “Tampoco es posible evaluar una diferencia estructural en la longitud de las piernas con una cinta métrica, se debe diagnosticar con una radiografía total de extremidades inferiores o telerradiografía. Por lo tanto, para indicar un realce en una plantilla ortopédica debemos contar sí o sí con un estudio”, agrega Fernando Muñoz, kinesiólogo.