Salud
La tecnología, las presiones psicológicas y la cultura laboral son factores que atentan con el derecho a la desconexión y descanso.
Con el fin del 2024, los chilenos se preparan para tomar sus vacaciones de verano. Esta época del año es muy esperada, ya que representa una oportunidad para desconectarse del ajetreo diario y recargar energías. Muchas personas aprovechan este tiempo para viajar y explorar nuevos destinos, mientras que otras prefieren quedarse en casa y disfrutar de actividades más relajadas. Sin embargo, a pesar de las intenciones de descansar, uno de los grandes retos actuales es lograr una verdadera desconexión laboral.
En Chile, estudios recientes indican que aproximadamente el 60% de los trabajadores revisan correos electrónicos o mensajes relacionados con el trabajo durante sus vacaciones, según cifras de la Subsecretaría del Trabajo. Esta realidad pone de manifiesto la dificultad de separar la vida laboral de la personal, especialmente en un mundo hiperconectado donde la tecnología permite estar siempre disponibles.
El derecho a desconectarse del trabajo durante las vacaciones es fundamental, pero no siempre se respeta. Aunque legalmente las empresas deben garantizar que sus empleados disfruten de su tiempo de descanso sin interrupciones laborales, la cultura de la hiperdisponibilidad puede dificultar su cumplimiento. Según la Dra. María del Mar Marín Capilla, Directora del Pregrado en Recursos Humanos y Relaciones Laborales de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), muchas organizaciones todavía operan bajo una mentalidad que prioriza la productividad constante sobre el bienestar de los trabajadores.
«Muchas organizaciones fomentan un ambiente donde la disponibilidad constante es la norma, lo que genera una presión subyacente para no desconectarse completamente, incluso en tiempo de descanso», explica la Dra. Marín. Esta dinámica es especialmente prevalente en roles de alta responsabilidad, donde la carga mental y el temor a perder el control sobre las tareas pueden impedir un verdadero descanso.
Además, la tecnología ha exacerbado este problema. Herramientas como correos electrónicos, aplicaciones de mensajería y plataformas de gestión de tareas permiten estar conectados en todo momento, dificultando la desconexión. Incluso en actividades de ocio, como revisar redes sociales, pueden surgir recordatorios o notificaciones relacionadas con el trabajo, creando un ambiente de estrés constante.
Desconectarse por completo durante las vacaciones no solo tiene beneficios inmediatos para los empleados, sino también a largo plazo para las empresas. Un buen descanso permite reducir el estrés, mejorar la salud mental y física, y fortalecer la capacidad de tomar decisiones. Las empresas, por su parte, se benefician de un equipo humano más motivado, creativo y enfocado.
Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) demuestran que las personas que toman vacaciones regulares tienen un 30% menos de probabilidades de sufrir enfermedades relacionadas con el estrés laboral, como ansiedad, depresión o problemas cardiovasculares. Por ello, tanto empleados como empleadores deben reconocer que las vacaciones no son un lujo, sino una necesidad.
Para las empresas, es crucial fomentar una cultura organizacional que valore el bienestar de sus trabajadores. Algunas recomendaciones incluyen:
1. Definir políticas claras de desconexión digital, donde se especifique que los empleados no están obligados a responder correos o mensajes fuera del horario laboral.
2. Dar el ejemplo desde el liderazgo, ya que los supervisores y gerentes deben respetar y promover el derecho al descanso de sus equipos.
3. Proporcionar recursos de apoyo, como talleres sobre manejo del estrés o programas de bienestar laboral que fomenten la importancia del descanso.
En cuanto a los empleados, ellos también pueden tomar medidas para garantizar un tiempo de calidad durante sus vacaciones:
• Planificación previa: Delegar tareas importantes, priorizar pendientes y coordinarse con el equipo antes de salir de vacaciones.
• Establecer límites claros: Configurar respuestas automáticas en el correo electrónico y silenciar notificaciones relacionadas con el trabajo durante el periodo vacacional.
• Fomentar hábitos saludables: Incorporar actividades como el yoga, la meditación o el ejercicio físico, que ayudan a relajar la mente y el cuerpo.
• Desarrollar hobbies: Leer, pintar, cocinar, o incluso explorar nuevas actividades recreativas pueden ser herramientas valiosas para desconectarse del estrés laboral.
En palabras de la Dra. Marín: «Dedicar tiempo a actividades personales, como disfrutar de un hobby, socializar con familiares y amigos o simplemente descansar, es esencial para mantener un buen equilibrio emocional. Las vacaciones son el momento perfecto para reconectar con uno mismo y priorizar la salud mental».
Finalmente, lograr una verdadera desconexión durante las vacaciones requiere un esfuerzo conjunto entre empleados y empleadores. Las empresas tienen la responsabilidad de crear un entorno donde el bienestar sea prioritario, mientras que los trabajadores deben asumir el compromiso de respetar sus propios límites. Solo así se podrá disfrutar de un descanso pleno que beneficie tanto al individuo como al entorno laboral.
