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Salud física y mental: las posibles consecuencias de la depresión no tratada en la vejez Salud www.freepik.es

Salud física y mental: las posibles consecuencias de la depresión no tratada en la vejez

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Cada 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, patología de salud mental que afecta a personas sin discriminar su condición social y edad. Especialista en gerontología explica los riesgos de no atender oportunamente una depresión en personas mayores.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
La depresión en la vejez no es una condición natural del envejecimiento, aunque se perciba erróneamente como tal, lo que aumenta los riesgos asociados. Ana Paula Vieira dos Santos, psicóloga especialista en gerontología, señala que los trastornos del ánimo, como la depresión, representan el 50% de los casos vinculados al suicidio en personas mayores. Además, destaca la importancia de que el entorno cercano identifique cambios en el comportamiento y el ánimo para ofrecer ayuda a tiempo, evitando consecuencias graves como enfermedades crónicas y un mayor riesgo de suicidio.
Desarrollado por El Mostrador

Sentir depresión en la vejez no es una condición esperable ni parte natural del envejecimiento, aunque aún persiste la creencia, tanto en el ámbito profesional como entre las personas mayores, de que “estar deprimido” es inherente a esta etapa de la vida. Esta falsa percepción conlleva riesgos graves no solo para la persona afectada, sino también para su entorno, al perpetuar la inacción frente a una condición que es tratable.

Ana Paula Vieira dos Santos, psicóloga, especialista en gerontología y directora de la Fundación Míranos, enfatiza que los trastornos del estado de ánimo, especialmente la depresión, son los más vinculados al suicidio en personas mayores, representando el 50% de los casos. Les siguen los trastornos de ansiedad (16%) y el consumo problemático de sustancias (14%).

La Fundación Míranos, dedicada a la prevención del suicidio en hombres y mujeres mayores, resalta el rol crucial de la familia y del entorno cercano. Estas personas tienen mayores posibilidades de identificar cambios en el ánimo y el comportamiento, lo que les permite actuar oportunamente para ofrecer ayuda.

“Es fundamental estar atentos a señales como pérdida de energía, lentitud o agitación psicomotora, abandono de actividades cotidianas, aislamiento de familiares y amigos, sentimientos de inutilidad o culpa, pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida, insomnio o somnolencia excesiva, alteraciones en el apetito o dificultades para comer, y disminución de la concentración o capacidad de tomar decisiones. También son comunes las somatizaciones, como dolores musculoesqueléticos o problemas gastrointestinales. En los hombres, estos cuadros suelen manifestarse como irritabilidad, mientras que en las mujeres predominan la desvitalización y el agotamiento”, explica Vieira.

La psicóloga advierte que ignorar las consecuencias de la depresión no tratada en la vejez puede retrasar un tratamiento adecuado, generando consecuencias graves como la pérdida de funcionalidad, enfermedades cardiovasculares, dolores crónicos, polifarmacia y un aumento del riesgo de ideación y conductas suicidas. “Por esto, la detección temprana y el manejo adecuado son claves”, subraya.

Romper el silencio: hablar del suicidio en la vejez

Consciente de la importancia de sensibilizar y visibilizar el tema, Vieira y el psicólogo Nicolás Cisternas publicaron el libro Silencios: ¿Por qué debemos hablar del suicidio en la vejez?. Este trabajo, lanzado en noviembre, busca fomentar acciones preventivas y generar reflexión social sobre la relación entre la vejez y el suicidio, abordando una problemática que ha sido silenciada durante mucho tiempo.

En el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, conmemorado cada 13 de enero, Vieira resalta los desafíos que enfrenta la salud mental de las personas mayores en Chile. Uno de los más urgentes es abrir un diálogo honesto y empático sobre estos temas, dejando de lado los tabúes y enfrentando el dolor de quienes sufren con comprensión y apoyo.

“El suicidio es un fenómeno multicausal y complejo, pero la depresión tiene un peso significativo, especialmente cuando se normaliza o no se trata. Es imprescindible capacitar a los profesionales que trabajan con personas mayores y promover conversaciones abiertas sobre este tema. Mirar con empatía el sentir de las personas mayores no solo es un acto de humanidad, sino una vía para ofrecerles el apoyo y la comprensión que necesitan para superar su dolor”, concluye la especialista.

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