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La distimia, cuando la tristeza se vuelve parte del día a día: conoce sus síntomas y tratamiento Salud

La distimia, cuando la tristeza se vuelve parte del día a día: conoce sus síntomas y tratamiento

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Sentirse constantemente triste, cansado y con baja autoestima no es normal. La distimia, también conocida como trastorno depresivo persistente, es un problema de salud mental real que puede tratarse con terapia y apoyo adecuado.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
La distimia, o trastorno depresivo persistente, es una condición crónica caracterizada por tristeza constante, baja autoestima y fatiga prolongada, a diferencia de la depresión mayor, que es más transitoria. Sus síntomas incluyen sensación de vacío, ansiedad, dificultades para concentrarse, alteraciones en el sueño y el apetito, y baja autoestima. Aunque sus causas no son totalmente claras, se relaciona con desequilibrios químicos, factores genéticos, ambientales y psicológicos. Es tratable con psicoterapia, medicación, hábitos saludables y apoyo social.
Desarrollado por El Mostrador

En la actualidad, la salud mental ha cobrado una gran relevancia, sin embargo, aún existen trastornos que pasan desapercibidos o se confunden con rasgos de personalidad. Uno de ellos es la distimia, también conocida como trastorno depresivo persistente. A diferencia de la depresión mayor, cuyos episodios pueden ser intensos pero temporales, la distimia es una condición crónica caracterizada por una tristeza constante, baja autoestima y fatiga prolongada. Quienes la padecen pueden experimentar estos síntomas durante años, afectando significativamente su calidad de vida y su funcionamiento diario.

Cada vez más, la salud mental es reconocida como un pilar fundamental del bienestar general, ya que influye en la manera en que pensamos, sentimos y actuamos en la vida cotidiana. A pesar de los avances en su visibilización, todavía persisten prejuicios que impiden que muchas personas busquen ayuda a tiempo. La falta de tratamiento no solo prolonga el sufrimiento de quienes padecen trastornos como la distimia, sino que también puede generar efectos negativos en sus relaciones personales, desempeño laboral y calidad de vida en general. Es crucial normalizar el cuidado de la salud mental, promoviendo el acceso a recursos y tratamientos adecuados, al igual que ocurre con cualquier otra condición médica.

Síntomas de la distimia: una depresión silenciosa pero persistente

A diferencia de la depresión mayor, cuyos episodios pueden ser más intensos pero transitorios, la distimia se mantiene de forma crónica. Quienes la padecen pueden experimentar síntomas como:

● Sensación de vacío, ansiedad o desesperanza.
● Fatiga y baja energía.
● Dificultades para concentrarse o tomar decisiones.
● Cambios en los hábitos de sueño (insomnio o hipersomnia).
● Alteraciones en el apetito (falta de hambre o sobrealimentación).
● Baja autoestima y sensación de inutilidad.

Para diagnosticar esta condición, un profesional de la salud mental evalúa si el paciente ha experimentado síntomas depresivos persistentes durante al menos dos años en adultos o un año en niños y adolescentes, acompañados de al menos dos de los síntomas mencionados.

El problema es que muchas personas que padecen distimia no buscan ayuda profesional porque consideran que su estado emocional es parte de su personalidad o simplemente “son así desde siempre”. Esto dificulta el diagnóstico y prolonga el sufrimiento innecesariamente.

Factores de riesgo y causas de la distimia

Aunque no se ha identificado una causa única para la distimia, en el Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM V, se indica que se trata de un trastorno multifactorial. Se cree que está relacionada con desequilibrios químicos en el cerebro, además de factores ambientales, genéticos y psicológicos. También se ha vinculado con antecedentes familiares de depresión y situaciones de estrés prolongado o traumas emocionales.

“Muchas personas con distimia han vivido tanto tiempo con este estado de ánimo deprimido que lo consideran parte de su identidad. Es fundamental generar conciencia de que la tristeza persistente no es normal y que la ayuda profesional puede hacer una gran diferencia. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden cambiar la vida de los pacientes”, explica la psicóloga Teresa Valle.

Opciones de tratamiento de la distemia: un camino hacia el bienestar

La buena noticia es que la distimia tiene tratamiento y, con el apoyo adecuado, es posible recuperar el bienestar. Las principales estrategias incluyen:

● Psicoterapia: La terapia cognitivo-conductual o interpersonal ha demostrado ser efectiva para ayudar a los pacientes a modificar pensamientos negativos, mejorar su autoestima y desarrollar estrategias para manejar el estrés.
● Medicación: En algunos casos, los antidepresivos pueden ser recetados para ayudar a regular los desequilibrios químicos en el cerebro. Es importante que cualquier tratamiento farmacológico sea supervisado por un especialista, ya que los efectos pueden tardar varias semanas en manifestarse.
● Hábitos saludables: El ejercicio regular, una alimentación equilibrada y establecer rutinas diarias ayudan a mejorar el estado de ánimo y reducir la fatiga.
● Red de apoyo: Mantenerse conectado con familiares y amigos, compartir las emociones y evitar el aislamiento social puede ser clave en el proceso de

Si has sentido tristeza persistente por meses o años y crees que podrías estar enfrentando distimia, consulta con un profesional de la salud mental. La ayuda adecuada puede marcar una gran diferencia en tu calidad de vida.

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