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Neumonía en el adulto mayor Opinión

Neumonía en el adulto mayor

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Alejandra Soto Labra
Por : Alejandra Soto Labra Directora Tecnología Médica de la Universidad Andrés Bello, Concepción
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La neumonía es una infección respiratoria que afecta de manera significativa a la población adulta mayor, generalmente por la disminución de la función inmunológica, cambios en la fisiológica del sistema respiratorio que favorecen las infecciones respiratorias y determinan su mayor gravedad, como también la presencia de otras enfermedades crónicas en esta edad. Es un proceso inflamatorio del parénquima pulmonar causado por microrganismos patógenos, entre los que se incluyen bacterias, virus y hongos.

Entre las bacterias responsables de la neumonía del adulto mayor se encuentran: Streptococcus pneumoniae, y otros como Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa asociadas a infecciones de atención en salud. En cuanto a los virus encontramos los de la influenza A y B, Virus sincicial respiratorio y SARS-CoV-2 (Covid-19). En pacientes inmunocomprometidos, como, por ejemplo, con VIH/SIDA podemos encontrar hongos como Pneumocystis jirovecii, otros como Aspergillus spp en pacientes con enfermedades pulmonares crónicas.

Los síntomas más frecuentes en la neumonía en adultos mayores son: fiebre, tos productiva o seca, fatiga, dificultad para respirar y dolor torácico, entre otros. Su diagnóstico se realiza mediante un examen clínico, exámenes de laboratorio, cultivos microbiológicos y estudios de imágenes radiográficas de tórax.

En Chile, para la prevención de la neumonía en adultos mayores se administran vacunas, entre las que encontramos: la vacunación antineumocócica recomendada para mayores de 65 años, la vacuna contra la influenza, aplicada anualmente, y la vacuna contra Covid-19.

También son importantes otras medidas que ayudan a prevenir esta enfermedad como el lavado de manos, uso de mascarillas en situaciones de riesgo, evitar el contacto con personas enfermas. Además, es posible contribuir con otros cuidados para no para contraer esta enfermedad, como, por ejemplo, realizar actividad física moderada para fortalecer la función pulmonar, no fumar, beber bastante líquido para mantener la mucosa respiratoria en buen estado, ventilar los espacios cerrados, etc.

Por tanto, la implementación de medidas preventivas, el diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno son esenciales para reducir la mortalidad de esta enfermedad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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