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Proteína animal bajo la lupa: riesgos de su consumo excesivo Alimentos

Proteína animal bajo la lupa: riesgos de su consumo excesivo

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Aunque las proteínas son esenciales para el cuerpo, su consumo excesivo puede afectar la salud renal, cardiovascular y ósea. Este riesgo es mayor en personas con afecciones preexistentes.


La proteína animal es un macronutriente que se encuentra en los tejidos de los animales, está compuesta por aminoácidos y se puede encontrar en la carne, pescado, pollo, huevos o productos lácteos. 

En las últimas décadas, la popularidad de las dietas hiperproteicas ha crecido considerablemente, impulsada por tendencias de alimentación enfocadas en la pérdida de peso y el aumento de la masa muscular. Sin embargo, la nutricionista, Ana Paula Guerrero, reveló que el consumo que supera los 2.5 gramos por kilogramo de peso corporal podría incrementar significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades renales y cardiovasculares. “Si bien las proteínas son esenciales para el mantenimiento de la masa muscular y diversas funciones corporales, su consumo excesivo puede traer consecuencias negativas para la salud”, explica Guerrero. La experta considera “fundamental educar a la población sobre la ingesta adecuada de proteínas y evaluar los requerimientos de forma personalizada”. 

Grupos de mayor riesgo

Las personas con enfermedades renales preexistentes, diabetes, hipertensión y afecciones cardiovasculares, así como adultos mayores y deportistas que consumen grandes cantidades de suplementos proteicos sin supervisión médica, son especialmente vulnerables a los efectos adversos de un consumo elevado de proteínas animales.

Según la nutricionista, entre las señales de alerta que pueden indicar un consumo excesivo de proteínas se encuentran: 

  • Fatiga persistente
  • Deshidratación
  • Problemas digestivos
  • Mal aliento
  • Dolor en las articulaciones
  • Alteraciones en los niveles de colesterol y presión arterial

Para promover una alimentación saludable y equilibrada, Guerrero recomienda incorporar fuentes vegetales de proteínas, que además aportan fibra, vitaminas y minerales esenciales. “Las legumbres, los frutos secos y las semillas son excelentes fuentes de proteína que, además, aportan fibra, vitaminas y minerales esenciales. La clave está en diversificar las fuentes de proteínas y priorizar aquellas que contribuyen a la salud general del organismo”, enfatizó.

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