Qué es el bruxismo: cómo identificar, tratar y prevenir este trastorno que puede volverse crónico

El bruxismo es un trastorno más común de lo que se piensa y puede afectar a personas de todas las edades. Muchas veces, quienes lo padecen no son conscientes de ello hasta que comienzan a notar sus consecuencias, como dolor en la mandíbula, desgaste dental o dolores de cabeza frecuentes. En algunos casos, el bruxismo se presenta de manera transitoria, pero en otros puede convertirse en un problema crónico con consecuencias graves para la salud oral.

Según estudios recientes, el bruxismo puede estar relacionado con el estrés, la ansiedad y ciertos hábitos de vida. Además, se ha observado una relación entre esta condición y alteraciones del sueño, como la apnea. Por ello, es fundamental conocer los signos de alerta, acudir a un especialista y adoptar medidas preventivas para evitar daños irreversibles en la dentadura.

¿Qué es el bruxismo?

El bruxismo es una afección en la que una persona aprieta o rechina los dientes de forma involuntaria. Puede ocurrir durante el día (bruxismo diurno) o durante la noche (bruxismo del sueño), siendo este último el más difícil de detectar, ya que ocurre mientras la persona duerme.

La Dra. Daniela Martínez, académica de la Facultad de Odontología de la Universidad Andrés Bello, explica que el diagnóstico del bruxismo requiere “una evaluación cuidadosa que incluye cuestionarios, registros de episodios anteriores y un examen clínico detallado”.

Para ello, existen dos métodos principales de diagnóstico. El primero se basa en la descripción de los síntomas por parte del paciente, cuestionarios, historia clínica y examen bucal. El segundo emplea tecnologías como la electromiografía y la polisomnografía, que permiten registrar la actividad muscular durante el sueño.

Síntomas del bruxismo

El bruxismo puede manifestarse de diversas formas, afectando no solo los dientes, sino también los músculos faciales y otras estructuras. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
• Dolor de cabeza recurrente.
• Dolor y rigidez en la mandíbula, cuello y rostro.
• Dificultad para abrir y cerrar la boca.
• Sensación de zumbido en los oídos (tinnitus).
• Sensibilidad dental al comer o beber.
• Desgaste visible en los dientes, fisuras o fracturas en el esmalte.
• Ruidos articulares en la mandíbula al abrir o cerrar la boca.

La Dra. Martínez detalla que el bruxismo puede causar hipertrofia de los músculos masticatorios, daños en el tejido dental y, en algunos casos, incluso afectar la articulación temporomandibular (ATM). Sin embargo, aclara que el bruxismo no siempre está asociado a dolor, ya que algunas personas pueden presentar desgaste dental sin molestias evidentes.

Asimismo, advierte que el bruxismo puede estar relacionado con otras condiciones de salud, como el reflujo gastroesofágico, lo que agrava el daño en los dientes debido a la exposición ácida.

Tratamientos y prevención

Para tratar el bruxismo, los especialistas recomiendan una combinación de enfoques terapéuticos según la gravedad del caso. Entre las opciones más utilizadas se encuentran:

• Uso de férulas o placas de descarga: Son dispositivos orales personalizados que protegen los dientes del desgaste y ayudan a reducir la tensión en la mandíbula.
• Terapia cognitivo-conductual: Ayuda a manejar el estrés y la ansiedad, factores desencadenantes del bruxismo.
• Terapia de biorretroalimentación: Utiliza técnicas de control muscular para reducir la actividad involuntaria de los músculos masticatorios.
• Tratamientos farmacológicos: En algunos casos, se pueden recetar relajantes musculares o ansiolíticos bajo supervisión médica.
• Fisioterapia y ejercicios mandibulares: Ayudan a relajar los músculos y mejorar la movilidad de la mandíbula.

Consejos para prevenir el bruxismo

Para prevenir el bruxismo o evitar que empeore, es importante reducir el consumo de cafeína, alcohol y tabaco, ya que pueden aumentar la tensión muscular y alterar el sueño; practicar técnicas de relajación como meditación, yoga o respiración profunda para disminuir el estrés; evitar masticar objetos duros o chicle en exceso; mantener una rutina de sueño adecuada, asegurándose de dormir lo suficiente y en un ambiente relajado; y realizar controles odontológicos periódicos para detectar signos tempranos de desgaste dental y recibir orientación profesional.

El bruxismo es un trastorno que puede afectar la calidad de vida de quienes lo padecen, provocando dolor, desgaste dental y problemas en la mandíbula. Identificar los síntomas a tiempo y buscar ayuda profesional es clave para evitar complicaciones. Existen diversas opciones de tratamiento y medidas preventivas que pueden mejorar la salud bucal y el bienestar general. Si experimentas signos de bruxismo, consulta a un especialista para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.