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Descubre los beneficios de caminar descalzo para tu salud y aprende cómo hacerlo de manera segura Salud

Descubre los beneficios de caminar descalzo para tu salud y aprende cómo hacerlo de manera segura

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Caminar descalzo fortalece los pies, mejora la circulación y ofrece una experiencia sensorial única. Sin embargo, es clave tomar precauciones para evitar lesiones o infecciones. Descubre cómo hacerlo de forma segura.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Caminar descalzo ofrece numerosos beneficios para la salud, como el fortalecimiento de los pies, la mejora de la circulación sanguínea y una mayor conexión sensorial con el entorno, lo que favorece la propiocepción y el equilibrio. Además, esta práctica puede reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional. Sin embargo, es fundamental tomar precauciones para evitar riesgos como lesiones, infecciones o problemas de salud en los pies. Para disfrutar de estos beneficios de manera segura, es recomendable caminar sobre superficies naturales y conocidas,
Desarrollado por El Mostrador

El verano llega a su fin, pero las bajas temperaturas no significan que debamos abandonar la costumbre de caminar descalzos. Esta práctica ancestral, además de ser placentera, puede aportar múltiples beneficios a la salud, fortaleciendo la musculatura del pie y mejorando la circulación.

Sin embargo, es importante tomar ciertas precauciones para evitar lesiones o infecciones. Rodrigo Beltrán, director de Carrera de Kinesiología de UDLA Sede Viña del Mar, explica sus efectos positivos y los cuidados necesarios al incorporarla en la rutina diaria. Además, señala que es una actividad ideal para realizar en superficies naturales como la arena de la playa o el pasto.

Beneficios de caminar descalzo

Uno de los principales beneficios de caminar descalzo es la expansión armónica del pie sin la restricción del calzado, lo que favorece su desarrollo anatómico y biomecánico. Además, permite una correcta ventilación, reduciendo la sudoración excesiva y, con ello, el riesgo de infecciones fúngicas como la micosis. Desde una perspectiva evolutiva, caminar sin zapatos es la forma más natural de desplazamiento para el ser humano, beneficiando a todos quienes lo practican con regularidad.

Caminar descalzo en distintas etapas de la vida

En niños en desarrollo, es recomendable permitir que caminen descalzos siempre que su salud podal lo permita, ya que esto favorece el fortalecimiento muscular y la propiocepción.

En personas mayores, la práctica también puede ser beneficiosa, ya que contribuye a reducir la rigidez y los efectos del uso prolongado de calzado inadecuado. No obstante, es fundamental que el entorno esté bien iluminado y que la superficie sea conocida para minimizar el riesgo de caídas.

Si bien caminar sin zapatos no corrige deformidades como los juanetes (hallux valgus), sí favorece la distribución de cargas en los pies. En el caso de la fascitis plantar, mejora la circulación y puede reducir la inflamación y el dolor. Para quienes tienen pie plano, aunque la práctica no cambia la condición, contribuye a la relajación de la musculatura involucrada, ofreciendo cierto alivio.

Precauciones y riesgos para considerar

Aunque caminar descalzo tiene ventajas, también pueden existir riesgos cuando no se toman las debidas precauciones. El kinesiólogo menciona que entre los problemas más comunes se encuentran las infecciones como la onicomicosis (infección micótica), la exposición a parásitos o virus como el papiloma humano y las lesiones cortopunzantes.
Además, puede provocarse celulitis infecciosa si una herida entra en contacto con agentes patógenos. “Caminar descalzos es recomendable a toda edad, siempre que se tomen las precauciones adecuadas. Es importante elegir cuidadosamente los lugares donde se camina sin calzado, ya que algunos pueden representar un riesgo para la salud”, advierte Beltrán.

Superficies recomendadas para caminar sin zapatos

No todas las superficies son iguales al caminar descalzo. Desde un enfoque sensorial y musculoesquelético, el académico recomienda experimentar distintas texturas, siempre que la salud del pie lo permita. Caminar sobre arena, pasto o tierra puede proporcionar estimulación sensorial y fortalecer la musculatura, mientras que las superficies duras como baldosas o cemento generan un procesamiento diferente de la información táctil y propioceptiva. “De hecho, la rehabilitación fisioterapéutica utiliza la variación de texturas para mejorar la respuesta sensorial y funcional de los pacientes”, menciona Beltrán.

Un hábito saludable con precaución para incorporar esta actividad de manera apropiada es fundamental conocer el estado de la piel, elegir superficies adecuadas y comenzar en entornos familiares, como el hogar. Además, se deben vigilar posibles signos de alerta como alergias, prurito o indicios de infecciones en las uñas, que podrían indicar que caminar descalzo no está resultando beneficioso. “Como en toda práctica, la clave está en el equilibrio entre sus ventajas y las precauciones necesarias para evitar riesgos innecesarios”, concluye Beltrán. Por ejemplo, una investigación publicada en la revista Nature analizó cómo el uso de calzado altera la forma en que nuestros pies interactúan con el suelo, sugiriendo que caminar descalzo puede promover patrones de movimiento más naturales. Además, un estudio reciente en JAMA Internal Medicine reveló que actividades diarias ligeras a moderadas, como caminar, pueden extender la vida hasta 11 años en comparación con un estilo de vida sedentario. Por último, investigaciones han demostrado que caminar descalzo mejora la propiocepción y fortalece los músculos intrínsecos del pie, contribuyendo a una mejor estabilidad y alineación corporal.

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