
Cómo retomar una vida activa sin abandonar en el intento: claves desde la psicología deportiva
Retomar la actividad física puede ser un desafío. Un psicólogo deportivo comparte estrategias para integrar el ejercicio en la rutina y mantener la motivación.
De acuerdo con datos de Google Trends, en marzo se dispara la búsqueda de la palabra “gimnasio”, lo que sugiere que es un mes en el que muchas personas buscan retomar el ejercicio después de las vacaciones de verano. Este fenómeno no es casualidad: tras un periodo de descanso y relajación, es común que surja la necesidad de volver a una rutina más activa para recuperar el estado físico, mejorar la salud o simplemente retomar hábitos que quedaron en pausa.
Sin embargo, este entusiasmo inicial muchas veces choca con la realidad de las rutinas diarias. La carga laboral, las responsabilidades familiares y el estrés del regreso a las obligaciones pueden hacer que retomar el ejercicio se sienta como un desafío abrumador. Además, la falta de motivación o la frustración por no rendir al mismo nivel que antes del descanso pueden desanimar a más de uno. Desde la psicología deportiva, se reconoce que el aspecto mental juega un papel clave en la adherencia a la actividad física y que recuperar el hábito requiere una combinación de disciplina, planificación y estrategias adecuadas para evitar el abandono prematuro.
Por ello, Cristóbal Toledo, psicólogo deportivo y asesor de Sportlife, comparte una serie de recomendaciones prácticas que pueden ayudar a retomar el ejercicio de manera efectiva, sin que se convierta en una experiencia frustrante o desgastante. Con estos consejos, será más fácil reincorporar la actividad física a la rutina diaria y, lo más importante, mantenerla a largo plazo.
Recomendaciones para retomar la actividad física y mantener la constancia
1. Empezar con un propósito claro
Es fundamental reflexionar sobre por qué se quiere comenzar. ¿Me quiero mover más por salud, por diversión, estética? Tener un motivo específico ayudará a mantener el hábito y motivarse a diario.
2. Integrarlo a la rutina
“Es una muy buena idea incluirlo en la agenda como una reunión importante”, asegura Cristóbal Toledo. Esto ayudará a organizar las tareas alrededor del ejercicio, en lugar de esperar a que sobre tiempo.
3. Pequeños pasos, grandes cambios
No es necesario entrenar dos horas diarias desde el primer día. La recomendación es comenzar con metas alcanzables y aumentar de forma gradual. El progreso constante es más efectivo que los cambios drásticos.
4. Disfrutar el proceso
“No hay nada mejor que realizar actividades que se disfruten o experimentar con algo nuevo que siempre se quiso hacer”, es el consejo de Cristóbal Toledo. De esta forma será más fácil seguir con la motivación y, al mismo tiempo, se explorarán distintas opciones para complementar el entrenamiento. Lo fundamental es pasarlo bien.
5. Recompensar el esfuerzo
Contrario a lo que muchas veces se cree, hay que celebrar cada avance por pequeño que parezca. “El refuerzo positivo fortalece el hábito y mejora la autoestima”, argumenta el experto. Reconocer el esfuerzo y darse pequeñas recompensas ayuda a mantener la constancia.
Por último, Cristóbal Toledo, recuerda que no se trata de la perfección, sino de la persistencia: “el mejor momento para empezar fue ayer, el segundo mejor es hoy”.
Volver a una vida activa no se trata solo de esfuerzo físico, sino también de un enfoque mental adecuado. Definir objetivos realistas, disfrutar el proceso y reforzar cada avance son claves para convertir el ejercicio en un hábito sostenible.
Lo más importante es la constancia. No importa si el inicio es lento; lo relevante es mantenerse en movimiento y adaptar la actividad física al estilo de vida propio. Con paciencia y una mentalidad positiva, cualquier persona puede retomar el ejercicio y mejorar su bienestar.