
Escitalopram, Sertralina y Duloxetina: ¿Por qué hay aumento del consumo de antidepresivos en Chile?
El consumo de antidepresivos en Chile casi se ha duplicado entre 2015 y 2022, impulsado por factores como la pandemia y el estallido social, destacando la relevancia de comprender las diferencias entre Escitalopram, Sertralina y Duloxetina.
Según los datos de la OCDE, Islandia lidera el estudio con un consumo medio de 157,3 dosis diarias de antidepresivos por cada mil habitantes durante 2022. En el mismo país, pero en 2015, se tomaban 125,8.
Sin embargo, en Chile el aumento es aún más notorio. En 2015 registraba un uso de estos medicamentos de 46,5 dosis por cada mil habitantes. Ese número, en 2022, creció hasta 94,3 dosis.
Este incrementado en el uso de antidepresivos como Escitalopram, Sertralina y Duloxetina, para la Dra. Nicole Sanguinetti, académica de la carrera de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, se debe a diversos factores.
En primer lugar, la pandemia de Covid-19 que comenzó en el 2020 afectó notablemente la salud mental de las personas, ya que según indicó la experta “incrementó trastornos como la ansiedad y la depresión, debido al confinamiento, temor al contagio, las consecuencias del contagio en términos de salud y económicos”.
Por otro lado, la Dra. Sanguinetti señaló que el estallido social del 2019 también afectó fuertemente la salud mental de las personas, debido a que este generó una inestabilidad nacional en términos económicos y sociopolíticos.
Además de esto, según la académica de la Facultad de Medicina UNAB, durante los últimos años se le ha dado mayor importancia a la salud mental, lo que ha llevado a más diagnósticos lo que para la experta “refleja la necesidad de abordar integralmente la salud mental en Chile”.
¿En qué se diferencia estos medicamentos?
Si bien se ha registrado un aumento en el consumo de Escitalopram, Sertralina y Duloxetina, estos antidepresivos tienen diferencias entre sí.
Los dos primeros, son inhibidores selectivos de la recaptura del neurotransmisor serotonina, lo que según explica la Dra. Sanguinetti implica que “incrementen los niveles de serotonina en varias regiones del cerebro, en particular en aquellas regiones cerebrales que tienen un rol en la regulación de las emociones y el estado de ánimo”.
Por otra parte, la Duloxetina es un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina, siendo “útil no solo para la depresión y la ansiedad, sino también para el dolor neuropático y la fibromialgia”, según detalla la experta de la UNAB.
Además, cabe señalar que estos tres antidepresivos se encuentran incluidos en el Formulario Nacional de Medicamentos, lo que los hace más accesibles tanto en el sector público como en el privado.
Efectos secundarios
La académica de Química y Farmacia aclaró que los efectos secundarios de estos fármacos varían según la persona y dosis administrada, pero que en el caso del Escitalopram y la Sertralina estos incluyen náuseas, diarrea, sequedad bucal, mareos, somnolencia, insomnio, cefalea, ansiedad, agitación, nerviosismo, disminución de la líbido y taquicardia leve entre los más comunes.
Finalmente, respecto a Duloxetina, los efectos secundarios pueden ser náuseas, estreñimiento, sequedad bucal, mareos, cefalea, somnolencia, insomnio, ansiedad, agitación, disminución de la líbido, disfunción eréctil, aumento de la presión arterial, taquicardia, síndrome serotoninérgico y aumento del riesgo de crisis hipertensivas, especialmente en combinación con otros fármacos.
El notable incremento en el consumo de antidepresivos en Chile refleja una creciente preocupación por la salud mental en el país. Factores como la pandemia de COVID-19 y el estallido social de 2019 han contribuido significativamente a este fenómeno. Además, la mayor conciencia y atención a la salud mental han llevado a más diagnósticos y, en consecuencia, a un aumento en la prescripción de estos medicamentos. Es esencial que este incremento en el consumo de antidepresivos vaya acompañado de un enfoque integral que incluya acceso oportuno a profesionales de la salud mental, terapias complementarias y programas de prevención, con el fin de abordar de manera efectiva los desafíos asociados y mejorar el bienestar de la población chilena.