Amplía el vocabulario, aumenta la capacidad de concentración, educa, activa la imaginación, reduce el estrés, son algunos de los variados y favorables efectos que produce la lectura. Leer es una de las actividades más provechosas a nivel cerebral, ya que evita la pérdida de funciones cognitivas, dice especialista.
El cerebro se divide en dos hemisferios que trabajan conjuntamente, el derecho y el izquierdo. En el primero -conocido como visual u holístico-, está la percepción corporal y espacial, además de las imágenes visuales. En el segundo -llamado lógico o simbólico-, se procesa la información secuencialmente y se controla el lenguaje. Cuando se aprende a leer, el cerebro trabaja con la relación entre la palabra escrita y su sonido al ser pronunciada. El hemisferio derecho es capaz de reconocer palabras enteras, mientras que el izquierdo decodifica las partes de éstas y su significado.
“Numerosos estudios evidencian que al leer, la mente crea o recuerda objetos que se asemejan a la descripción, es decir, si lees una historia con gran descripción de una escena, se activará la corteza visual de tu cerebro, existiendo similitudes entre percibir y leer en la percepción”, comenta la neuróloga de Clínica Ciudad del Mar, Dra. Marianella Hernández, quien agrega que “leer es divertido y fácil. Es una invitación a viajar, aprender y soñar, a alejarnos o acercarnos a la realidad. Independiente del estilo o clasificación, la lectura aporta al bienestar emocional y físico de todos”.
Beneficios de la lectura
Leer implica mucho más que reconocer signos y otorgarles significado. Está demostrado que la lectura pone en marcha otras regiones cerebrales como si despertaran todos los sentidos. Por ejemplo, al leer palabras como “perfume” o “torta de chocolate”, se activan las áreas responsables del olfato y del gusto, gracias a la memoria sensorial. Y no sólo la sensorial, sino también la emocional, cuando alguien se encuentra con un fragmento de texto que despierta sentimientos como alegría o tristeza.
“En cierta forma, por un lado somos conscientes de no vivirlo en primera persona, pero nuestro cerebro responde sin diferenciar entre realidad y ficción. Además, también se activan otras áreas cerebrales según el género que leemos. Por ejemplo, la poesía pone en marcha regiones relacionadas con percepción y reconocimiento musical, algo que no sucede con la prosa”, explica la neuróloga.
La lectura mantiene el cerebro en forma; de hecho, toda actividad mental estimulante, como el ajedrez, los puzles y los crucigramas, entre otros, ayudan a mantener activa la salud de la mente por muchos años.
Cuando se lee, hay un incremento en el flujo sanguíneo en distintas áreas del cerebro; progresa la capacidad de atención y comprensión, ejercita el procesamiento del leguaje escrito y mejora el vocabulario y la expresión gramatical.
La especialista agrega los siguientes beneficios de la lectura:
Respecto a éste último punto, la neuróloga manifiesta que “permite ampliar la capacidad de atención de las personas, pues todas las historias tienen un comienzo, un desarrollo y un final, es decir, una estructura que ayuda a nuestro cerebro a pensar secuencialmente”.
Recomendaciones para una óptima lectura
Respecto al mejor horario de lectura, existe consenso en que se realice durante la mañana, porque el cerebro ha descansado, está más relajado y con más energía, por lo que el porcentaje de información asimilada es mayor. “Independiente de la hora del día en que se lea, mantener este hábito es lo esencial”, asegura la especialista, quien además entrega consejos para lograr una comprensión más eficaz: