El consumo de bebestibles sin alcohol ha ido creciendo en nuestro país, siguiendo los pasos de países europeos donde la venta ya alcanza el 15%. La apuesta por productos de calidad que no pierdan el sabor original sigue en aumento, mejorando la oferta.
El mercado de la categoría sin alcohol va en aumento. Cada vez son más las marcas que se atreven a apostar por este segmento considerando un público creciente que demanda nuevos requisitos y productos de calidad.
«Hay varias razones para el crecimiento de este mercado. Nosotros creemos que la principal es que la nueva generación es mucho más consciente en términos de salud, consumo responsable y eso hace con que empiece una tendencia de baja graduación alcohólica y de sin alcohol», explica Renato González, gerente general para el cono sur de Diageo, compañía líder mundial en bebidas alcohólicas.
Una tendencia que va en aumento en otras latitudes también por motivos religiosos -países musulmanes tienen mayor demanda-, o en mujeres embarazadas, deportistas y consumidores de países donde existen normas de tolerancia cero en la conducción de vehículos.
España es el país de Europa donde más se bebe cerveza sin alcohol, alcanzando el 15% del consumo total de cerveza, según informó Cerveceros de España con motivo de la campaña ‘En la carretera, cerveza SIN’.
Pero la industria se abre también a otras posibilidades. «Si bien la categoría que más ha crecido mundialmente es la sin alcohol, ahora también en el mundo de los destilados empieza una tendencia de consumo de baja graduación alcohólica y hay muchísimos productos integrados de 15 o 20 grados y continúa ampliándose, como Smirnoff Flavours que tiene una baja graduación alcohólica», agrega González.
Aunque el mercado de destilados es aún incipiente, el más masivo sin duda es el de la cerveza sin alcohol seguido por el vino desalcoholizado.
¿A qué se le llama cerveza sin alcohol?
Tradicionalmente, la cerveza tiene una graduación alcohólica entre el 4,5% y un 6%. La cerveza sin alcohol, en cambio es la que tiene una cantidad menor a 1 por 100 en volumen de alcohol, y que en general oscila entre un 0,6% y 0,9%.
Las versiones 0,0, en tanto, son las que el grado alcohólico no supera los 0,09. La elaboración ha mejorado tanto en en los últimos años que incluso algunas marcas internacionales registran menos de 0,01.
Uno de las cervezas sin alcohol pioneras en Chile fue Cerveza Clausthaler, que entró al mercado nacional el 2009. Del grupo cervecero Alemán Radeberger Group, es una marca reconocida mundialmente con el premio “World Beer Award» e incluso ha sido elegida como “Mejor Cerveza Lager Sin Alcohol del Mundo” por varios años.
A diferencia de otras cervezas que se elaboran tradicionalmente y luego se les elimina el alcohol, Clausthaler se produce interrumpiendo el proceso de fermentación convencional. «Las ventajas de este proceso es que conservamos todo el sabor y aroma de la cerveza», explica Constanza Collado, gerente de Marketing de Pibamour.
Aunque llevan casi 10 años en el mercado chileno, la marca está presente desde los años 70 en Alemania. En nuestro país se comercializa en formatos de lata y de botella de 330cc. en sus versiones Classic y Clausthaler Lager Lemon y lata de 500cc en su versión Classic.
«El consumo de cervezas sin alcohol creció principalmente en personas que tenían la necesidad de conducir y no beber alcohol, sin embargo, actualmente encontramos a consumidores que transversalmente desean consumir productos más saludables con la promesa del sabor de una verdadera cerveza. Clausthaler encanta y refresca a todos aquellos que aprecian un estilo de vida vital y aventurero, sin tener que renunciar al buen sabor de una gran cerveza en cualquier minuto», sostiene Collado.
«Es justamente ahí donde encontramos la oportunidad, de traer al país una marca para quienes quieren todo el sabor de una cerveza en este producto sin alcohol. Si bien aún es un segmento muy pequeño dentro de la categoría de cervezas, viene creciendo durante los últimos años, impulsado en su minuto con la ley de tolerancia cero, y lo observamos también con el ingreso de otras marcas a este segmento», agrega.
Otra compañía que apostó por el segmento sin alcohol es Heineken, que lanzó recientemente en nuestro país una de sus mayores innovaciones a nivel mundial con su versión 0.0, una cerveza que ha logrado mantener el característico sabor de la marca.
Luego de varios años de investigación, elaboración y pruebas de diferentes recetas, lograron presentar la primera cerveza 0,0 alcohol propia de la marca manteniendo su esencia, frescura y sabor, que consiguieron gracias a una elaboración muy precisa de cinco pasos donde la fermentación dura el doble de tiempo que las del resto del mercado y se realiza con la exclusiva levadura tipo A de Heineken.
“A la fórmula que ha hecho mundialmente reconocida y querida a la marca, se le elimina cuidadosamente el alcohol mediante un proceso natural, no se le añaden aditivos, pero mantiene ese sabor afrutado con ligeras notas de malta. Por supuesto, Heineken 0,0 tiene las mismas propiedades e ingredientes que la original, la única diferencia es que está totalmente desalcoholizada”, cuenta Felipe Delgado, Country Manager de Heineken.
Además, de ser 100% natural, tiene otras propiedades: es alta en ácido fólico, contiene gran cantidad de fibras saludables y grandes niveles de hidratación por su aporte en agua. “Gracias a su bajo contenido calórico es posible disfrutar de una rica cerveza sin preocuparse de la dieta y la figura”, explica Delgado.
El creciente mercado del vino desalcoholizado
Se llama vino desalcoholizado al que es elaborado a partir de un vino tradicional y luego se le extrae el alcohol por métodos no agresivos hasta obtener una cantidad de alcohol inferior al 0,9% en volumen, y que mantiene las propiedades y características fundamentales del vino del que procede.
Las técnicas han mejorado en los últimos años, pero al ser costosa y una apuesta, el mercado del vino desalcoholizado está recién desarrollándose en nuestro país. No son muchas las viñas que lo producen y tampoco quienes lo comercializan y consumen.
Uno de las viñas que se ha atrevido para producir este vino, tanto en Chile como en el extranjero, es Miguel Torres. En nuestro país, se comercializa Santa Digna Sauvignon Blanc sin alcohol, que se elabora a partir de ese tipo de uva procedente del Valle Central, específicamente de Casablanca, Leyda y Curicó Cordillera.
El resultado es un vino fresco de paladar y sedoso, en cuyo proceso de desalcoholizado solamente se extrae el etanol.
«Hasta hace algunos años los procesos de desalcoholización maltrataban el vino y este perdía calidad. Sin embargo, ahora existe una tecnología que permite sacar casi completamente el alcohol del producto a través de un proceso físico que mantiene las características naturales del vino. Y cuando hablamos de ‘casi’, nos referimos a que en este proceso dejamos un 0,5% de alcohol, con el objetivo de lograr una mayor expresión de aromas y sabores que son propios del vino», explica Jaime Valderrama, gerente general Miguel Torres Chile.
El vino Santa Digna Sauvignon Blanc Free representa el 1,5% aprox del total de lo exportado a los mercados de Australia, Irlanda, Suecia, España, Finlandia, Noruega y Lituania.
En relación al mercado doméstico, la venta representa un 0,5% del total aproximadamente y se vende en supermercados, tienda Everwines y canal Horeca.
“Nuestra opción de elaborar vinos sin alcohol responde de alguna manera a ciertos cambios y tendencias. La irrupción de nuevos gustos y en el caso del mercado doméstico la entrada en vigencia de la ley tolerancia cero, han permitido tener consumidores de bebidas sin alcohol, pero sin dejar de disfrutar”, detalla Valderrama.
También apostó por esta categoría la Cooperativa Agricola Vitivinicola Loncomilla con su vino Invicto. Una alternativa que fue desarrollada en conjunto con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y con aportes de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
«Observamos que era un nicho poco explotado en nuestro país. Vimos las experiencias en otros países en donde ha tenido un mayor desarrollo y nos percatamos que es un producto que ha ido aumentado su consumo», dice Alfonso Donoso, enólogo asistente de la cooperativa.
En cuanto a la venta de Invicto, hasta ahora se han hecho producciones pequeñas, pero que poco a poco ha ido ganando nuevos clientes.
«El vino desalcoholizado va dirigido principalmente a personas que, gustándole el vino, no pueden consumirlo por diferentes razones. Los principales motivos son por religión, embarazo, enfermedad o por las leyes que hoy prohíben totalmente el alcohol al momento de conducir», sostine Donoso.
«El vino desalcoholizado debe ser considerado como un producto diferente, ya que el alcohol es fundamental en la percepción del vino. Lo que permanece inalterable son los beneficios para la salud que posee el vino», agrega.
Y es que una de las mayores ventajas tanto del vino como de la cerveza sin alcohol es que mantienen las propiedades nutritivas y saludables pero sin dañar el organismo.
Cien gramos de vino sin alcohol mantiene sus propiedades antioxidantes y contiene 0,50 gramos de proteína, no contiene grasa, 1,1 gramos de carbohidratos, y no contiene fibra. Además, aporta potasio, fósforo, minerales y vitaminas.
En cuanto a la cerveza, según un estudio del Departamento de Genética y Biología Molecular del Instituto Politécnico Nacional, en España, el consumo moderado de su versión sin alcohol es beneficioso para el funcionamiento del aparato digestivo y también es favorable para mantener los niveles adecuados de glucosa en la sangre.
“Esto muestra que el consumo de cerveza en forma moderada no genera aumento de grasa ventral, ni causa obesidad y tampoco aumenta la presión arterial”, explicó el encargado de la investigación, Jaime García Mena.
Las consideraciones también se relacionan en cuanto al aporte calórico. Mientras un vaso de 200cc de cerveza rubia de 5º de alcohol aporta 90kcal -o 112kcal en cerveza negra con una graduación alcohólica de 8º-, tomar un vaso de cerveza sin alcohol, que posee 0,4º de alcohol, aporta menos de la mitad de calorías, lo que equivale a 40kcal.
En el caso de las versiones 0,0, como Heineken, es menor aún: sólo tiene 21 calorías por cada 100ml, por lo que una botella de 33o ml tiene sólo 69 unidades energéticas.
En cuanto al vino sin alcohol, solo hay 6 kcal en 100 gramos. Mucho menos que las 60 kcal de un vino normal.