El experto británico y actual presidente del jurado de Catad’Or Wine Awards se refirió a la percepción del vino chileno en el mundo y advirtió el momento decisivo que vive el sector.
La industria internacional del vino es una gran máquina, numerosa y con incontables viñas y expertos dedicados a este trabajo en todo el mundo. Sin embargo, apenas 350 personas poseen el grado de Master of Wine (MW). Este título -solo otorgado por el Institute of Masters of Wine en Inglaterra- no se trata de una especialización profesional, si no que de acreditar los más elevados estándares en el conocimiento del arte, ciencia y negocio del vino.
Alistair Cooper es uno de los integrantes de este selecto grupo y además de los pocos de su grado conectado con la industria latinoamericana. Varios años viviendo en Argentina y su trabajo con bodegas de diferentes países (entre ellos Chile) y la posterior obtención de su grado MW con una investigación sobre el Valle del Itata, lo acercaron irremediablemente a la región. Y en 2018 su conexión se estrechará aún más, ya que debutará como presidente del jurado de uno de los concursos con mayor trayectoria en América Latina, Catad’Or Wine Awards, certamen internacional de vinos y espirituosos que entre el 3 y 9 de julio dará inicio a su edición XXIII en Santiago.
Desde su profesión de periodista, Alistair Cooper escribe para varias publicaciones internacionales, incluyendo Decanter, además de ser experto residente para la BBC Radio Oxford.
Conversando con El Mostrador sobre las proyecciones y nuevos mercados para el vino chileno, el experto británico calificó de “decisivo” el momento que vive la industria nacional y adelantó que el nuevo atributo de nuestros vinos estará en la variedad de terroirs: “Si antes la imagen de Chile era de vinos de buena calidad y baratos, pero poco interesantes, ahora la gente se dan cuenta que hay mucha innovación, exploración y experimentación”.
-Chile está dejando de ser visto como un commoditie en la industria y estamos traspasando una visión de valor agregado, ¿cómo percibes esta evolución y el mercado actual para el vino chileno?
-Sin duda, Chile está pasando por un momento decisivo en cuanto a sus vinos. El renacimiento del patrimonio chileno, junto al surgimiento de un grupo de enólogos jóvenes -con una visión y conocimiento más global- ha transformado a Chile en unos de los países más dinámicos del mundo.
-Sobre eso mismo, ¿piensas que el mercado internacional está viviendo un reencanto con el vino chileno o un cambio en la percepción que hay de éste?
-Sí, definitivamente. Hay más interés en los vinos premium y también en los vinos de productores pequeños. Si antes la imagen de Chile era de vinos de buena calidad y baratos, pero poco interesantes, ahora la gente se dan cuenta que hay mucha innovación, exploración y experimentación.
-¿Crees que se está diferenciando mejor?
-Sí, pero es un trabajo a largo plazo. Me gustaría ver las empresas grandes trabajando con los pequeños productores. Ambos son muy importante para mostrar la diversidad y dinamismo que actualmente existe en Chile.
-En este sentido, ¿cuál crees que ha sido el principal atributo históricamente asociado al vino chileno y cuál crees que podría ser el del futuro?
-Hay dos etapas importantes: la llegada de la cultura hispánica en 1550 y la llegada de las cepas y cultura francesas a partir de 1860. Esto permitió una cultura de vino muy diversa y la herencia de las parras antiguas es impresionante.
La clave para el futuro del vino chileno está en la diversidad de los suelos, en los diferentes terroirs. Estamos solamente empezando a descubrir vinos de montaña, costeros, australes, del desierto, etc. Hay tanto potencial en este país tan lindo. Pero hay que pensar en la escasez de agua, por eso el sur de Chile es importante.
-¿Cómo crees que incide la proliferación de pequeños productores en la industria para el desarrollo de nuestro mercado y ves que es algo particular de Chile?
-La irrupción de pequeños productores no es un fenómeno particular de Chile, está sucediendo en otros países como Sudáfrica, Australia y España. Los pequeños productores son muy importantes para el desarrollo de la industria,para darle valor agregado. Sobre todo considerando que a la gente le gusta que los vinos tengan una historia, algo romántico y los pequeños productores pueden dar eso, a partir del patrimonio que tiene Chile, que es fascinante.
-¿Cuál crees que es el gran mercado para Chile a futuro?
-¡Uf! Muchas viñas que están trabajando fuerte con China. Pero hay que tener cuidado, es un mercado bien distinto, hay que trabajar fuerte para construir los lazos con los distribuidores. Por otro lado, los países nórdicos son interesantes, ya que además aprecian el patrimonio y cultura.
-¿Dónde crees que está el gran desafío para la industria chilena?
-¡En la asociatividad! Como mencioné antes, eso es fundamental. Ya está mejorando. Hay varios grupos (como MOVI, VIGNO, Wines of Chile, Colchagua Singular) que son importantes. Pero siempre hay que unirse, hay que trabajar juntos en los mercados extranjeros. También hay que trabajar fuerte para crear una imagen de Chile, que todavía falta un poco afuera.