Son las nuevas pandemias, cada vez más presentes en los trabajadores chilenos, teniendo una repercusión negativa sobre los niveles de productividad, ausentismo y los costos que el empleado genera a la empresa.
El sedentarismo, la mala alimentación y la obesidad son las nuevas pandemias en las culturas occidentales y lamentablemente nuestro país no es la excepción. Según el Ministerio de Salud, actualmente un 74,2% de la población chilena presenta exceso de peso (sujetos con sobrepeso y obesidad), es decir, hoy en día existen más personas con un peso alto que con peso normal.
Estas malas prácticas de estilo de vida pueden derivar en obesidad y especialmente la obesidad abdominal, la cual está además asociada a diferentes enfermedades, como la diabetes, hipertensión, dislipidemia, aterosclerosis, cáncer, entre otras. El costo para el tratamiento de estas patologías representa un duro golpe en el sistema de salud nacional, tanto para el sector público como para el privado.
Junto a lo anterior, se ha observado que sujetos sedentarios y con mala alimentación generan una mayor cantidad de licencias médicas por las llamadas “patologías laborales”. Estudios vienen mostrando una correlación entre enfermedades derivadas del sedentarismo y prácticas alimentarias inadecuadas, como por ejemplo, la diabetes y obesidad con afecciones musculares en manos, hombros y codos (Garrafa Núñez, García Martín y Sánchez Lemus, 2015).
Un estudio de 2015 realizado por José Tello, académico de la Universidad de Talca, sobre los costos laborales asociados a la obesidad de los trabajadores chilenos, muestra que el costo que un trabajador obeso le supone a la empresa es de $92.104 mientras que el de uno no obeso es de tan solo $14.530, es decir, el gasto que debe asumir la empresa por el trabajador obeso es 6,34 veces mayor que el de uno no obeso.
Con respecto a la productividad, se midió con una escala de 0 a 4, siendo 0 el mayor grado de productividad y 4 el menor. Los resultados muestran que las personas obesas presentan una media de 1,77, en cambio los sujetos no obesos registraron un promedio de 0,78. En otras palabras, los sujetos obesos son 2,27 veces menos productivos que los sujetos sin obesidad.
El nivel de ausentismo registrado durante un mes fue de 0,12 días en promedio para una persona sin problemas de obesidad y de 1,37 días en personas con obesidad, o sea, las personas obesas se ausentaron 11,4 veces más al trabajo que una persona con peso normal.
Por otro lado, actualmente, el nivel de sedentarismo en Chile asciende a un 86,7% de la población total (Minsal, 2017), ante esta alarmante cifra debemos agregar el hecho de que los trabajadores sedentarios presentan más licencias y ausentismo laboral, es decir, son menos eficientes en las horas de trabajo, y por lo tanto generan un mayor gasto a las empresas.
Según la nutricionista y directora de operaciones de Nutrifit Trainin, Josefina Jorquera, para contrarrestar las situaciones anteriores, es necesario realizar intervenciones con orientación en materia nutricional y de actividad física al interior de las empresas. “El ejercicio y la nutrición en conjunto han demostrado ser efectivos para disminuir la las consecuencias de la inactividad física y mala alimentación”.
Teniendo ahora presente toda esta información, no resulta tan complicado el poder dilucidar el camino a seguir para lograr contrarrestar en gran medida estas situaciones en la empresa: La implementación de programas de bienestar laboral que incluyan asesoría en actividad física y alimentación saludable, dirigida por profesionales de estos ámbitos. Algunas instituciones ofrecen planes para los colaboradores de organizaciones y empresas que se diferencia de las pausas activas y otros servicios nutricionales.
“En nuestro caso ofrecemos un programa personalizado para cada uno de los colaboradores, bajo el “método NFT”, desarrollado por un grupo interdisciplinario de profesionales, en el cual se realiza una atención mensual al colaborador trabajando en conjunto un nutricionista y un entrenador y coach motivacional al mismo tiempo”, comenta Jorquera.
El principal enfoque está en que la persona se adhiera a los planes, considerando que el tema de la no adhesión es la principal causa de falla. “Buscamos que el paciente tenga un estilo de vida saludable. Además, realizamos intervenciones en el ambiente laboral, por lo tanto, efectivamente hay cambios en peso, porcentaje de grasa, hábitos, bienestar, entre otros”, añade la experta.