La atmósfera de celebración, el ocio y un mayor estímulo al consumo son parte de las causas de por qué aumentan los casos de recaídas.
Se acercan las Fiestas Patrias y con ella cinco días de celebración y también de excesos. Asados, fondas, fiestas y sobremesas que no terminan, son algunos de los motivos que incitan el consumo de alcohol y drogas.
El psiquiatra de Clínica Santa María Roberto Contente asegura que estas situaciones son delicadas, ya que estimulan la relación con el consumo y provocan mayores riesgos de recaídas en pacientes adictos en general, siendo precisamente una de las fechas con mayores recaídas en Chile.
Pese que no hay investigaciones que logren discriminar por sustancias, Contente asegura que este ambiente lleno de estímulos golpea el cerebro del adicto, activando sus deseos de consumir cualquier tipo de estupefaciente.
“Se ha estudiado con neuro-imágenes en que a un paciente adicto, con por ejemplo un año de abstinencia, se le muestran distintos tipos de fotos con imágenes neutras, y cada cierto tiempo se le muestran sujetos consumiendo su droga. Es en estas últimas imágenes donde se ve claramente cómo el cerebro al ser expuesto a ese estímulo de consumo a través de imágenes enciende circuitos que activan el deseo de consumir, quedando lo expuesto en evidencia cuando se le pregunta al paciente”, asegura el psiquiatra.
Según el médico, las recaídas en general se deben a la falta de cuidado del paciente de su propio proceso a exponerse indebidamente. Contente asegura que “muchos necesitan probarse que ellos pueden superar sus adicciones y se exponen indebidamente a atmósferas tóxicas, lo que a la larga es un camino directo a recaídas”.
A modo de recomendación, el especialista asegura que el paciente debe mantenerse con sus redes de apoyo durante estas fechas. Es más, Contente afirma que no es necesario obligarlos a exponerse, de hecho hay pacientes que están en proceso de rehabilitación en comunidades terapéuticas a los cuales no se les recomienda salir.
Los límites del alcohol
La última Encuesta Nacional de Salud es categórica. En Chile 11,7% de la población tiene un consumo riesgoso de alcohol, poniendo en alerta a muchas personas que a veces confunden un consumo excesivo ocasional con una adicción.
El psiquiatra asegura que no todo paciente “bueno para consumir alcohol” o que “se le suele pasar la mano” es adicto. La principal diferencia estaría en la condición de dependencia y de no poder cambiar su patrón de consumo, perdiendo el control frente a distintas o a una sustancia. Esto último se puede reflejar en el estilo de vida que llevan las personas alcohólicas, quienes beben sin importar el día, la hora o el contexto social en el cual se desarrollan.
“El adicto en general no puede transformar su rígido patrón de conducta, no reconoce su patrón enfermizo de consumo, muchas veces lo niega y señala que puede salir solo cuando quisiera. En el caso de estar bajo los efectos de estupefacientes, no calcula daños y no toma mayor importancia a las consecuencias, que a veces son legales, médicas, laborales o incluso familiares”, afirma Contente.