En seminario organizado por el CEP, expertos y representantes de la industria indagaron el impacto de la Ley de Etiquetado en los hábitos de la población.
Considerando que la obesidad se ha transformado en uno de los problemas de salud más graves del mundo actual y que en nuestro país el 34% de los niños menores de seis años tienen sobrepeso, el Centro de Estudios Públicos realizó el seminario «Efectos de la Ley de Etiquetado: cambiando hábitos de consumo», en el que se dieron a conocer importantes estudios sobre hábitos de consumo y como la industria ha reformulado parte de sus productos tras la implementación de la normativa.
El encuentro se inició con la subsecretaria de Salud, Paula Daza, quien sostuvo que la obesidad es una de las pandemias más importantes a nivel mundial y que hasta el momento ningún país ha sido capaz de controlarla. «Las soluciones son complejas y es muy importante la participación de todos, las políticas públicas son fundamentales», dijo.
Además, afirmó que en el gobierno del presidente Sebastián Piñera se han lanzado diversas políticas públicas para combatir la obesidad, como la Ley de Etiquetado y el Programa Vivir Sano, entre otras. «La ley de etiquetado ha tenido una buena recepción por la comunidad, las personas se sienten más informadas».
Por su parte, la jefa de División de Políticas Públicas del Ministerio de Salud, Daniela Godoy, advirtió sobre la gravedad del problema: «Somos el quinto país en el mundo con más obesidad infantil y los niños y niñas que pertenecen a quintiles menores tienen mayor porcentaje de obesidad que los de quintiles mayores».
En ese sentido, dio a conocer la malnutrición por exceso que existe en adultos y embarazadas, donde se está bajo las dosis recomendadas de frutas y verduras, agua, pescado y legumbres.
También se evidenció que hay una cierta diferencia en hábitos alimenticios entre quienes tienen más años de estudio y mejores niveles socioeconómicos.
El propósito de la Ley de Etiquetado –subrayó– es aumentar la alimentación saludable y contribuir a la disminución de prevalencia de obesidad y enfermedades no transmisibles al 2030. Para eso se busca evitar el aumento de los índices a corto plazo y disminuirlo en el largo plazo.
Para eso explicó que la ley contempla tres medidas, la primera es la prohibición de la venta de alimentos «Altos en» en las escuelas; la segunda, la regulación de la publicidad dirigida a niños y niñas y la tercera, incentivar la compra y consumo de los alimentos más saludables y evitar la ingesta de nutrientes críticos con el etiquetado frontal.
La fiscalización demuestra que hay un alto cumplimiento de la ley y que sobre el 90% de la población reconoce los sellos y dice que influye en su decisión de compra.
Marisol Figueroa, gerente técnico de Alimentos y Bebidas Chile, explicó que el proceso de reformulación de un producto es una tarea compleja que exige tiempo e investigación. Evaluar los costos, mantener la calidad, inocuidad y propiedades del producto, y que la reformulación no implique mayor precio para el consumidor, no son temas de rápida solución.
que además, es necesario abordar el tema de las porciones para hacer más comprensible para el público las advertencias que aparecen en los productos.
La experta sostuvo que un 17,7% ha reformulado alimentos para ser más saludables, según las cifras reportadas por Sofofa.
Por su parte, la directora del Centro de Investigación de Ambientes Alimentarios y Prevención de la Obesidad, Camila Corvalán, concluyó el seminario mostrando los resultados preliminares de un estudio que revela que disminuyó en un 45% la cantidad de bebidas «Alto en» que hay en el mercado y los efectos que ha tenido en la publicidad en televisión.