Michelle LaVaughn Robinson Obama hizo historia en Estados Unidos hace ocho años formando junto a Barack Obama la primera pareja presidencial de raza negra en la historia del país.
La ex primera dama, quien es socióloga y jurista, dedicó los dos mandatos de su esposo a luchar contra la obesidad infantil o a abogar por asuntos como la importancia del ejercicio físico, además de haber trabajado en el avance de los derechos de las mujeres a nivel internacional.
En los últimos meses la esposa de Barack Obama se involucró activamente en la campaña presidencial de Hillary Clinton, dando emotivos discursos en favor de la candidata demócrata, que acabó perdiendo las elecciones frente a Donald Trump.
Cuando finalizó su paso por la Casa Blanca el pasado 20 de enero, la ex primera dama contaba con un índice de popularidad del 64%, según la encuestadora Gallup, más elevado que el de su propio esposo.
Hay quienes han sugerido que Michelle, de 53 años, sería una excelente candidata a la presidencia, aunque ella ha negado cualquier deseo de gobernar Estados Unidos.
BBC Mundo te cuenta algunos detalles que quizá no conocías de su vida y carrera profesional.
Un estudio al árbol genealógico de Michelle Obama comisionado en 2009 por el diario The New York Times reveló su parentesco con una esclava originaria de Carolina del Sur.
Esta llevaba el nombre de Melvinia y le pertenecía a un terrateniente en el estado sureño pero fue enviada a Georgia una vez que este falleció.
Aproximadamente dos años antes de la Guerra Civil estadounidense (1861-1865), se embarazó de un hombre blanco y tuvieron a Dolphus T. Shields, de quien desciende Michelle Obama.
A pesar de que la ex primera dama no se ha referido específicamente a su pasado familiar, la lucha contra el racismo ha sido uno de los puntos focales de varios de sus discursos.
Durante su intervención en la Convención Demócrata de este año, Obama emocionó a más de uno al hacer referencia a lo que significa que ella y sus hijas se despierten cada día en «una casa construida por esclavos», en referencia a la Casa Blanca.
Michelle Robinson tenía 17 años cuando se mudó del apartamento en Chicago en el que vivía con sus padres al campus de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey.
A pesar de que sus profesores de secundaria le habían dicho que tenía «demasiadas aspiraciones» al querer entrar en la prestigiosa institución, Robinson quería seguir los pasos de su hermano mayor Craig, quien se graduó allí en 1983.
Sin embargo, los primeros días de la joven en Princeton no fueron sencillos.
La madre blanca de su compañera de cuarto pidió sin éxito que cambiaran a su hija de habitación porque Robinson era negra, según relató Peter Slevin, autor de la biografía «Michelle Obama: Una vida».
«Mis experiencias en Princeton me hicieron mucho más consciente del hecho de ser negra», escribió en la introducción de su tesis de licenciatura.
«No importa cuán liberales y abiertos sean mis profesores y compañeros blancos en su trato conmigo, a veces me siento como una visitante en el campus«.
Eso no impidió que se graduara cum laude en sociología con especialización en Estudios Afroestadounidenses y tres años después, en 1988, continuara su carrera académica estudiando Derecho en Harvard.
A pesar de ser más joven que él, con apenas 25 años, Robinson fue tutora de Barack Obama cuando este tenía 28, mientras él hacía una pasantía en la firma de abogados de Chicago donde ambos trabajaban.
Obama estaría allí solo por el verano antes de volver a la escuela de Derecho de Harvard.
A mitad de la pasantía, el futuro presidente de Estados Unidos invitó a Michelle en una cita romántica.
«Fue fantástico (…) Él definitivamente fue muy encantador, y le funcionó», dijo ella en una entrevista en 2004.
Ambos provenían de hogares distintos. Él había nacido en Hawái, creció junto a su madre y vivió un tiempo en Indonesia, mientras que ella era oriunda de la zona sur de Chicago y la habían criado ambos padres.
Lo que sí tenían en común era la ambición académica, lo que les llevó a estudiar en las universidades más prestigiosas y caras del país antes de casarse en 1992.
Los dos pidieron préstamos para realizar sus estudios y terminaron de pagarlos una década después de haberse graduado, dijo el presidente en un discurso que dio en la Universidad de Carolina del Norte.
Michelle Obama se opuso al principio a que su marido se postulara como candidato presidencial en 2008.
«La decisión fue repentina», señaló a la revista Vanity Fair en 2007. «Le dije: ‘¿Estás bromeando? No hagamos esto ahora (…) ¿podemos tomarnos las cosas con calma?'».
La futura primera dama justificaba su postura tras lo «difícil» que había sido que Barack Obama, como senador del estado de Illinois, viajara constantemente de Chicago a Washington.
«Mi pregunta para él fue: ‘¿vamos a hacer algo difícil de nuevo, después de haber hecho algo realmente duro?‘», le dijo a la publicación.
A pesar de su reciente designación como vicepresidenta del Centro Médico de la Universidad de Chicago, el anuncio de su esposo de lanzarse a la presidencia en febrero de 2007 cambió el panorama para ella.
«Barack nunca me pidió que dejara mi trabajo (…) pero, ¿cómo puedo ir a trabajar todos los días si estamos tratando de lograr algo en lo que creo?», le dijo en ese entonces a la revista.
Marian Robinson, madre de Michelle y secretaria de banco retirada, siempre ha mantenido un perfil bajo y en muy pocas ocasiones otorga entrevistas.
Pero la abuela de 79 años es una parte fundamental de la familia presidencial estadounidense. De hecho, vive en la Casa Blanca.
Robinson, cuyo esposo murió de esclerosis múltiple en 1991, se mudó a la residencia oficial del presidente después de que Barack Obama ganara la elección en 2008.
El propósito, ha dicho su hija Michelle en varias entrevistas, era que la apoyara en la crianza de sus hijas Sasha y Malia.
Cuando estas eran más pequeñas, se encargaba de dejarlas y buscarlas en el colegio junto a los agentes del Servicio Secreto.
La ventaja de Robinson, según reportó el diario The Washington Post, es que puede moverse con más libertad por la ciudad de Washington, sin necesidad de un fuerte dispositivo de seguridad.
En una entrevista en 2009, Barack Obama dijo que ella «simplemente sale por la puerta de la Casa Blanca y se va a la farmacia a hacer su compra«.
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