Es innegable que el espumante se ha puesto de moda. Esta tendencia mundial a la que Chile entró tarde pese a tener tantas viñas, ha avanzado de forma tan explosiva en los últimos años que llegó para quedarse.
Sus bajas calorías y refrescante sabor lo han vuelto uno de los tragos más populares entre las mujeres y los llamados millenials, grupo etario que se concentra entre los 21 y los 38 años.
«El espumante dejó hace rato de ser sólo protagonista de celebraciones o fin de año. Cada vez es más habitual para compartir en casa, en las comidas o en un buen restaurante», afirma Marcelo Pino, elegido el mejor sommelier de Chile.
El consumo se ha des estacionalizado. Mientras hace unos años, el 90 % del consumo se daba principalmente en los meses de noviembre y diciembre, ahora es de 60 % a fin de año y 40% el resto de los meses. Si en el 2009 se bebieron 3,39 millones de litros en Chile, el 2014 se triplicó, llegando a los 11,5 millones de litros, según datos de Euromonitor International. Así las cifras, el estimado es que en 2019 se beban 25,4 millones de litros en nuestro país.
«Ya dejó de ser una moda. Es cosa de ver las ofertas en restaurantes y supermercados. Ahora todas las viñas tienen espumantes», destaca Pino. Y es que si hace 10 años había sólo cinco marcas chilenas en el mercado, ahora ya existen sobre 40.
[cita tipo=»destaque»] Más que el azúcar influye también la graduación alcohólica del espumante que, en general, va desde entre 10 a 14 grados. «La regla de oro es que 1 gramo de alcohol equivale a 7 calorías». Para tener una idea, 1 gramo de carbohidratos son 4 calorías. [/cita]
¿Mientras más dulce, más calorías?
Hay que decir que hoy en día se prefiere la variedad brut o extra brut. Los especialistas dirán que es por tener mejor cuerpo, pero para nosotras saber que tienen menos azúcar, nos hace pensar que nos salimos menos de la dieta.
Y es que no todos los espumantes son de bajas calorías. «Hay variedades que pueden tener mucho más azúcar y alcohol que un vino normal, explica la nutricionista Andrea Cortés.
De las categoría de menos a más dulce, según la norma chilena y los gramos de azúcar por litro, están:
– Brut Nature, si su contenido en azúcar es inferior a 3 gramos por litro, mención que podrá usarse únicamente si no se le añade azúcar después de la segunda fermentación.
– Extra Brut, si tiene entre 0 y 6 gramos.
– Brut, si su contenido es inferior a 12 gramos.
– Sec, Seco o Dry, si posee entre 12 y 21 gramos.
– Demi sec, Semi seco o Médium Dry, cuando se sitúa sobre 21 y hasta 50 gramos.
– Doux o Dulce, si su contenido en azúcar es superior a 50 gramos por litro.
Pero más que el azúcar influye también la graduación alcohólica del espumante que, en general, va desde entre 10 a 14 grados. «La regla de oro es que 1 gramo de alcohol equivale a 7 calorías», aclara Cortés. Para tener una idea, 1 gramo de carbohidratos son 4 calorías.
De esta forma, entre azúcar y alcohol, la variedad que menos calorías tiene por copa de 100 ml es Brut Nature con 70 calorías. A modo de idea, las brut tienen 85 y las doux, 120.
Otras alternativas light con burbujas
A veces se puede querer variar un poco del espumante propiamente tal, sin dejar de lados sus beneficios calóricos. «Para no salirse de la dieta se recomienda consumir al día una copa de vino o espumante, una lata cerveza o un trago light basado en espumante y combinado con frutas u otras cosas», recomienda la nutricionista.
Aquí los expertos en sabor recomiendan la línea Demi Sec, que sigue siendo la más vendida. «La mayoría del segmento corresponde a botellas que cuestan entre $3 mil y $5 mil en los supermercados», dice el sommelier Marcelo Pino. «Con espumantes más caros se respeta más el producto y se prefiere tomar solo», agrega.
La combinación más popular es el Aperol Spritz que cada 100 ml tiene 85 calorías, pero también puedes experimentar con otros tragos como el mojito de espumante (con sucralosa) con 80 calorías o el espumante con jugo natural de alguna fruta. Existen algunos tragos como el bellini (durazno), mimosa (naranja) u otras frutas como sandía o melón. Estos tragos pueden variar entre 90 y 110 calorías.
Cómo lucirse en una cena
Los espumantes más ligeros acompañan muy bien el pescado y mariscos. Los con más cuerpo se dan mejor con pastas, pero también pueden llegar a acompañar un carpaccio de res o crudo. Los más dulces pueden acompañar postres, helados y chocolates.
«Hay que tener en cuenta que el dulce inhibe el apetito, por lo tanto las variedades con más azúcar no se deben beber antes de una cena», recomienda Pino. «Hoy se usa mucho para comer, como aperitivo o para terminar las comidas, pues después de esa pesadez que se siente, las burbujas te levantan y refrescan», agrega.
¿Quieres saber más del espumante?
– La champaña, champán o champagne es un vino burbujeante de doble fermentación de la región de Champagne, Francia. Está protegida por una “denominación de origen”, por lo que ningún alcohol de este tipo puede denominarse champaña si no es producido en esa región. Es por eso que se le llama genéricamente espumante o espumoso.
– Esta variedad de vino se elabora generalmente a partir de una mezcla de uvas Chardonnay, Pinot meunier y Pinot noir. En la variante rosé, se utiliza una mayor porción de cepas tintas.
– Un buen espumante se reconoce por el tamaño de sus burbujas: mientras más pequeñas, mejor. Y antes de descorcharlo debe estar entre 4 y 5 grados celsius. La copa no debe servirse muy llena para que no pierda frío.
-En el mundo, el negocio del espumante alcanza cerca del 8% del total de las ventas de vinos. En tanto, en la industria local, las ventas de este producto representan cerca de un 5% en el mercado interno, mientras que los envíos apenas implican alrededor del 1% de su negocio exportador, según datos de Euromonitor. Como pueden ver queridas chicas Bragas, el espumante llegó para quedarse.