Durante años las mujeres hemos visto cómo la industria de la moda y la publicidad nos han bombardeado del estereotipo del cuerpo perfecto de modelo de pasarela. Pero poco a poco, la dictadura del 90-60-90 parece estar llegando a su fin.
La portada de la edición aniversario de revista Vogue USA ha dado que hablar por las estrategias y photoshop que habría para ocultar las curvas de Ashley Graham, la modelo plus size más cotizada del último tiempo. Una ironía si consideramos que la publicación escogió siete modelos de características distintas para representar a la mujer. «En un clima de vetos migratorios y construcción de muros los nombres más relevantes del 2017 demuestran que no hay un prototipo de mujer americana y que no lo ha habido nunca», señala la revista.
«Una apuesta por la diversidad donde no importan las medidas, el color de la piel o los rasgos físicos», agregaba la edición española de la revista.
Éste sería uno más de los tantos ejemplos de revistas que retocan los cuerpos de las modelos para hacerlas ver más delgadas.
Pero en contraste, esta semana vimos como Michael Kors incluyó justamente a Ashley Graham en su desfile en la Semana de la Moda de Nueva York. Una evidente evolución del diseñador que en septiembre había declarado al diario USA Today que era imposible incluir a modelos de talla grande en los desfiles por razones «logísticas».
¿Qué hizo que Kors cambiara de opinión? Quizás sean los tres millones de personas que siguen a Graham en instagram o quién sabe. Lo cierto es que Ashley fue la primera modelo de talla grande que participó en el especial de trajes de baño de la revista Sports Illustrated, y la única que desfiló en la pasarela de Fashion Week este año, justo antes de Bella Hadid y seguida por Kendall Jenner.
Y es que el mundo de la moda desde hace años está dividido. Ya en el 2013 la empresa sueca H&M presentó una colección de trajes de baño con Jennie Runk, otra modelo plus size. Sin embargo, ese mismo año el diseñador Karl Lagerfeld fue categórico: «Nadie tiene ganas de ver a gordas en el podio. Son las mujeres gordas sentadas frente a la televisión con su paquete de papas fritas las que dicen que las modelos son espantosas. La moda es sueño e ilusión».
Pero ya vimos también como algunos, como Michael Kors, cambian de opinión.
Ser modelo XL en Chile
«El ‘movimiento’ de las modelos plus size o xl viene hace bastante tiempo. El problema hoy es que las marcas están hablando de modelos XL cuando lo que realmente son mujeres normales, mujeres reales. Pensar que una mujer de talla 42 es una «modelo XL» sigue perpetuando el modelo estereotipado de la belleza femenina», sostiene la sicóloga Nerea de Ugarte, Asesora del programa para la autoestima Dove-ONU Mujeres.
La especialista reconoce una mayor apertura del mundo publicitario y de la moda con respecto al cuerpo de las mujeres, sin embargo, cree que aún no es suficiente. «Lo positivo es que por lo menos se está viendo una definición diferente y más heterogénea de la belleza femenina. Con esto me refiero a que la conquista de las portadas de revistas, de comerciales de televisión, de pasarelas, ya no es sólo uno, sino que empiezan a aparecer otras posibilidades para identificarse. Sin embargo insisto que las marcas deberían ser tremendamente responsables en etiquetar qué es XL porque podría ser contraproducente para la salud mental de las adolescentes y para las mujeres adultas también.
Vanessa Esad nació en EEUU. Hija de padre chileno y madre colombiana¸ a los 10 años se vino a vivir a Chile. «En uno de los viajes que hice a Nueva York me di cuenta que había modelo plus size y de vuelta acá busqué una agencia que se dedicara a esto, pero no había y sólo encontré una que estaba empezando», indica.
Fue así como llegó a ser rostro de Love Lust, empresa que estaba haciendo un casting de mujeres que representaran distintos tipos de belleza. «Nunca había hecho fotos y menos lencería. Al principio me cohibí porque mi cuerpo igual tiene muchas imperfecciones como cualquier toda mujer, pero después me sentí en confianza porque éramos puras mujeres y todas tenemos lo mismo», recuerda de su primera vez. Hoy ya ha realizado algunos comerciales en TV y ha aparecido en otros catálogos de lencería.
Pero Vanessa no siempre se sintió bien con su cuerpo. Cuando niña, sufrió bullying en el colegio por ser más gordita. «Siempre me he sentido linda, pero me acomplejé porque todas mis compañeras eran más delgadas. Pero ya saliendo del colegio tuve muchos pretendientes que me subieron la autoestima y me fui queriendo de a poco y aceptando como era», recuerda.
Por eso enfatiza: «No todas tenemos el cuerpo de modelos 90-60-90 y no solamente están las modelos de pasarela, también existen las petit para las bajitas y las plus size que es lo común de la mujer, sobre todo en Latinoamérica y en Chile». Para tener una idea, las medidas de Vanessa son 108-80-110 cms. mide 1,71 m.
Paula Labra fue quien contrató a Vanessa para su empresa de ropa interior y se ha empeñado en incluir distintos tipos de cuerpos femeninos. «Si eres de mayor contextura y ves en una página web una modelo parecida vas a tener una clara idea de cómo te quedan las cosas. Ésta es una manera de no mentirle a las clientas y está comprobadísimo que funciona. Para que voy a hacer catálogos sólo con mujeres perfectas», asegura.
Nerea de Ugarte afirma que no existen mujeres que no hayan tenido algún conflicto con su cuerpo. Según las estadísticas, el 36% de las niñas chilenas ha dejado de hacer alguna actividad que les gustaba porque no se sienten seguras de como se ven, y el 47% siente presión por verse más linda.
«Es fuerte tener que admitir que muchas hemos perdido tanto tiempo de nuestra vida pasándolo mal con este tema y no porque queramos sino porque en esta sociedad no nos enseñan otra opción. No nos educan para gustarnos, para querernos, para admirar no modelos sino científicas, doctoras, artistas, escritoras. Y lo más terrible es pensar que a los 80 años jamás pensaremos en cómo nos veíamos sino en lo bien que lo pasábamos, en los momentos de disfrute, de goce, de libertad», reflexiona la especialista.
Para ella, lo que realmente vende en nuestra sociedad es la industria de la inseguridad. «Las marcas de belleza, de dietas y de la moda se han encargado por años de hacernos sentir insuficientes, de hacernos pensar que tenemos mucho que hacer y por cambiar para poder parecernos en algo a lo que nos muestran en las revistas y ahí es donde rentabilizan el negocio, atacándonos en lo que nos han educado para que más nos duela, el físico», destaca.
¿Tenemos las mujeres una idea errada de nuestro cuerpo? Para la dueña de Love Lust hay algo que está fallando. «Trabajamos con una modelo talla M que salió de un casting que hicimos donde buscábamos a una mujer con esa talla. Se presentaron 220 niñas y solo 10 eran realmente M, el resto eran S. Estamos como mujeres con los conceptos cambiados, porque todas las flacas small se creen medium«, explica.
Por eso Vanessa cree que es importante mantener una buena autoestima. «Yo les diría a las mujeres que se amen a sí mismas, porque ninguna es igual a otra y la belleza está en todos lados, en todas formas, tamaño, color. No hay un prototipo de que la belleza tiene que ser así o un cuerpo perfecto es así, eso es mentira», aconseja.
Y agrega: «Me atreví a ser modelo porque siempre me ha gustado sacarme fotos. Y para mi ser modelo plus size es un agradecimiento porque siempre quise ser modelo, pero no tenía el cuerpo ideal de modelo. Pero ahora aquí estoy, soy modelo».