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Especialista española: “La música pop reproduce mensajes tanto o más machistas que el reggaeton”

Especialista española: “La música pop reproduce mensajes tanto o más machistas que el reggaeton”

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No se escapa nadie: Malú, Estopa, Alejandro Sanz, Amaral… todos tienen letras con mensajes patriarcales


Laura Viñuela hace poco calificó las letras de Joaquín Sabina como “machistas y peligrosas” e internet se incendió. Viñuela es feminista, consultora de género y directora de Espora, su propia empresa que trabaja por la igualdad. Se licenció en Historia y Ciencias de la Música y además es doctora en Estudios de la Mujer.

Ambas profesiones le sirven como base para desentrañar las letras de las canciones y dejar al descubierto “las trampas” de unos mensajes que son “producto de un sistema patriarcal y que hacen desaparecer la imagen de la mujer”. Estas trampas funcionan como el hilo de sus trabajos que son expuestos en charlas que da en asociaciones y en los cursos que imparte para alumnado de instituto.

– ¿Existe algún tipo de diferencia entre el machismo del reggaeton y el que aparece en la música pop?

– A diferencia del reggaeton que es muy explícito, lo que sucede con la música pop es que no nos damos cuenta. El reggaeton escandaliza mucho pero existen otras letras que no pertenecen a este género que son patriarcales y que dan mensajes que reproducen los estereotipos más rancios de género y encima, sin que nos demos cuenta. En este aspecto el reggaeton me parece menos peligroso porque no esconde nada.

– ¿Es este el caso de artistas como Joaquín Sabina?

– Sabina tiene un enorme grupo de fans y lo uso como ejemplo porque bajo esa capa de poeta y artista tiene mensajes igual de rancios y retrógrados que los del reggaeton y no lo podemos ver porque se valora con otros criterios.

 

“Lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí”. (Contigo, Joaquín Sabina)

 

– Para que un lector detecte este tipo de machismo en las letras ¿en qué debe fijarse?

– En cada canción se puede leer de una manera o de otra pero lo más evidente es que quienes construyen el discurso son hombres hablando sobre mujeres. Para empezar la voz de ellas está desaparecida. Cuando los hombres hablan de las mujeres construyen unos tipos de mujer y siempre son muy clásicos: las buenas o las malas. Con las canciones de amor (que es un porcentaje altísimo de canciones) la mujer buena es la que lo entrega todo, la que expresa un amor absorbente del “juntos para siempre”, del “yo te pertenezco y tú me perteneces”. Todo muy tremendo.

– ¿Y luego están las mujeres malas?

– Claro, esas son las “culpables”. En las letras de las canciones aparecen como “culpables de las desgracias de los hombres”. Un ejemplo es la canción La raja de tu falda de Estopa. En ella está muy claro. Primero la parte por el todo: la raja de tu falda porque ya no se recuerdan los ojos ni el rostro, sino la raja de la falda. Y ahora encima por “culpa” de ese detalle “me pegué un piñazo con un seat panda”. O sea, somos las culpables hasta de un accidente de coche. Y este tipo de cosas construyen también una imagen del hombre: tan incontrolable y tan descerebrado que a la mínima que tiene delante la raja de una falda pierde el norte, el sur y el sentido de la conducción. Estas ideas no solo hablan de un tipo de mujer sino de unos seres, los hombres, bastante infantiles. Es malo en ambos sentidos.

– ¿Sucede esto también en canciones escritas por mujeres?

– Obviamente. Sucede porque ser mujer no significa ser feminista y para hacer una canción que no sea patriarcal tienes que ser feminista y hacerlo desde esa perspectiva. Las mujeres somos cómplices del patriarcado. En cuanto a temas me vienen algunos a la cabeza como: Sin ti no soy nada de Amaral, Toda de Malú, otra que canta Malú aunque fue escrita por Alejandro Sanz para ella, Aprendiz.

 

Mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada, porque yo sin ti no soy nada”. (Sin ti no soy nada, Amaral)

 

– ¿Crees que la música debería pasar por algún tipo de filtro?

– No. Creo que no. No es la música la que tiene que pasar por un filtro, quienes las escuchamos debemos tenerlo. No se le puede decir a nadie lo que tiene que componer ni qué tipo de mensajes tiene que dar. Hay que darse cuenta que cuando uno reproduce algo está mostrando un estereotipo. Y es muy significativo que el 90% de la música que escuchamos la escriben hombres.

– Adentrándonos en ese área ¿cuál es tu trabajo?

– Mi trabajo es mostrar cuándo se dan sesgos de desigualdad o patriarcado, es que la gente se pare a pensar lo que está escuchando. De esta manera puedes decidir qué quieres escuchar o cuál es el discurso que quieres oír. Y esto no quiere decir que hay que dejar de escuchar tal o cual tipo de música pero siempre sabiendo lo que están cantando, con consciencia. Una cosa no quita a la otra.

– ¿Y qué reacciones tienen los jóvenes cuando les muestras estos ejemplos?

– Sus reacciones son en principio de resistencia. Son más receptivas las chicas de cualquier tipo de edad, a los chicos les cuesta más porque se sienten atacados personalmente. Incluso les cuesta a los hombres de mi edad, lo sienten como un error propio y no debe ser así, no es una lucha de mujeres contra hombres, es una lucha de personas contra un sistema que no nos interesa. Las reacciones de los hombres suelen ser virulentas y también lo son la mitad de comentarios que he recibido por redes sociales.

Foto: Laura Viñuela

 

Fuente: La Vanguardia

 

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