Mala Rodríguez: «No soy una abanderada de algo, cuento mi historia, me represento a mí»

Mala Rodríguez es una de las cantantes internacionales más reconocidas en el mundo del rap. Su particular estilo influenciado por el flamenco, más sus historias y letras frontales y urbanas la han llevado desde ser censurada hasta transformarse en el emblema del movimiento feminista, aunque ella no busque liderar nada más que la expresión de su yo interno.

La española se encuentra en nuestro país para presentarse este viernes en el Club Chocolate y el sábado en el Festival Rec Rock, en Concepción.

Hace rato que viene a Chile, donde tiene una gran aceptación: «Hay mucha tradición de letristas y de compositores, hay un espíritu contestatario que creo que hace que exista una identificación con lo que hago», dice.

Hace 20 años debutó en los escenarios, aunque fue el año 2000 cuando irrumpió en la escena musical con su disco Lujo Ibérico del cual la canción Tengo un Trato la hizo conocida internacionalmente. Y eso es literal. El año pasado la Casa Blanca publicó en Spotify las canciones seleccionadas por el entonces presidente Barack Obama para los días y noches. En la lista para el «día», Obama incluyó el tema de Rodríguez, junto a canciones de Bob Dylan, Coldplay, Bob Marley, Justin Timbarlake o Stevie Wonder.

– ¿Ha sido difícil hacer un carrera dentro de un género más masculino como el rap?

– Es como una doctora o una política o muchas mujeres en otras partes, somos menos en todos lados. Pero a mí me gusta este género musical, me identifica. Lo que ha sucedido en mi carrera no ha sido intencional, no sé si llamarlo suerte o como consecuencia del trabajo.

– ¿Crees que ser directa y sincera en tus letras influyó?

Esto empezó como una forma de expresarme y de decir lo que había en mi interior. La gente no es tonta, sabe que las cosas buenas tienen que ver con la verdad de lo que se dice.

Sus letras han llamado la atención, sobre todo en las mujeres que se identifican con lo que dice. Sin embargo Mala no siente que es un referente en sí. «No soy una abanderada de algo, cuento mi historia, me represento a mí y puede que el resto se refleje en lo que digo. Sí siento mucha conexión con la gente que escucha lo que hago, quizás me siento como una compañera «, sostiene.

No es casual que Mala haya revolucionado a sus seguidores con sus letras que hablan de sexo, política y sociedad desde su punto de vista influenciado directamente de la calle y de su infancia en España. Y también esa frontalidad la ha demostrado al cantar sobre la violencia de género como en Nanai de su tercer disco, Malamarismo, publicado el 2007.

– ¿Qué piensas de Nanai ahora que el tema de la violencia de género se está hablando a nivel mundial?

– Diez años más tarde este tema está en boca de todo el mundo y hay una conciencia del problema. Lo que yo decía es que no había que ser una víctima, abordaba ese tema en una canción para decir que había que tener poder y salir de ahí. Ahora este tema está de moda y me da hasta coraje. Se ha hecho chicle de la palabra feminismo. Y está bien que todo el mundo hable de eso y se tome conciencia. Pero también está muy manoseado.

– Dices que cantas a partir de lo que hay en tu interior. ¿Has sufrido violencia?

– He sentido esa violencia. Siendo una persona que escribe desde sus vivencias, no podría haber escrito si no era a partir de mi experiencia propia.

– Ahora que sale tu nuevo disco. ¿Qué podemos encontrar de La Mala de siempre y que ha cambiado en ti?

– No cambia el por qué, lo que escribo es una especie de acto reflejo de mi misma porque lo necesito y sale. Pero hay cambios, cada vez una se quita más capas

– Tienes muchos seguidores hombres, pero… ¿Crees que algunos se restan por estas letras femeninas? ¿Qué les dirías?

– A mí me encantaba escuchar rap porque me interesaba escuchar lo que decían los chicos. Mi público es variado y se identifica con lo que digo y el resto se puede perder algo interesante. En todo ámbito, la gente con prejuicios se pierde muchas cosas.