Se demoró años en descubrir que era una persona transgénero, pues esos temas no se hablaban mientras crecía y menos entre su familia o sus compañeros. Tenía una brillante carrera como docente hombre, pero quiso hacer el cambio y hoy se para frente a sus alumnos con su nueva identidad.
Aldonza Jacques es una destacada docente en la Universidad Técnica Federico Santa María. Fue en esa institución donde se formó como ingeniera civil química y luego de un brillante desarrollo profesional llegó a ser jefe de carrera. Sin embargo, ni en su época de estudiante ni cuando empezó a hacer clases era Aldonza, sino Alonso, como aún figura entre la nómina de académicos de la página de la institución. Y es que hace unos poco años, ella decidió hacer el tránsito hacia la identidad de género que realmente tenía, pese a que su cuerpo le dijera otra cosa.
Aunque Aldonza nació en Quilpué, creció en Limache en el seno de una familia tradicional donde los estereotipos de género estaban muy marcados y no había lugar para pensar otra cosa. Por eso nunca tuvo siquiera la inquietud de pensar que no era el hombre que todos esperaban.
-¿Cómo fue para ti vivir como hombre mucho tiempo en tu vida a pesar de que fueras mujer?
-Tuve una crianza muy tradicionalista, con roles de género muy separados y designados. Cualquier idea de desviarse del cannon, incluso de forma lúdica, era censurado muy fuerte. Entonces no hubo espacio para enfrentar dudas con identidad y expresión de género. En retrospectiva, siento que pase una buena parte de mi vida sin tener la chance de vivir plenamente.
-¿Qué pasó en la infancia y adolescencia antes de que hicieras el tránsito?
-En mi familia había mucha presión para que tomara roles típicamente masculinos. Aunque en la niñez esperaba la aparición de vello facial y la llegada de la pubertad, lo veía más como algo para encajar con las expectativas del resto que como algo que me hiciera feliz. A la larga tomé un desapego a la imagen personal, preocupándome poco de verme bien o con estilo. Tenía en ese momento un resentimiento no explicado con las chicas bien arregladas y con estilo.
Como Alonso, concilió su carrera profesional entre los postgrados -es PhD en ingeniería metalúrgica de la Universidad de Nevada, EEUU-, y la docencia. En su vida personal se casó y separó con los años.
Hasta que en 2014 viajó nuevamente a realizar una pasantía a la Universidad de Nevada. Sin embargo esta vez sería distinto: había empezado con terapias hormonales y fue en ese país donde se concretó el cambio que por tanto tiempo había postergado.
-¿Por qué viajaste a Estados Unidos y en qué consistió todo el proceso?
-Había realizado mi postgrado en Estados Unidos y tenía la oportunidad de hacer una pasantía de un año en ese país. En ese año me enfoqué en ganar experiencia y empezar una nueva línea de investigación. Como iba a estar fuera de la Universidad (UTFSM), me sentí cómoda para continuar con mi transición de género, complementando el tratamiento hormonal con la oportunidad y libertad de tener una apariencia y comportamiento femeninos, que en Chile se me hacía un poco más difícil por la falta de información, pocos médicos y presión social y familiar. El proceso de transición allí involucró muchos ajustes personales y tiempo en quirófano. Así, me sentí cómoda para volver, tomándome el tiempo para recuperarme y acomodarme a mi verdadero yo.
-¿Cómo fue para tu familia el tránsito?
-No fue fácil comunicarles este cambio a mi mamá y hermanos. Cuando lo hice, también les di la oportunidad de hacerse a un lado y no participar de mi vida, lo cual hicieron salvo una excepción. Por otra parte he recibido mucho cariño y apoyo de familiares y de amigos. Esa red de apoyo ha sido muy relevante y he tenido el apoyo y cariño en momentos claves de mi vida.
-En tu caso no sólo tienes compañeros de trabajo sino alumnos lo que, quizás de alguna forma, te exponía un poco. ¿Fue difícil tomar la decisión?
-La decisión siempre estuvo presente pero difícil de tomar. En un momento en que mi carrera ya estaba consolidada decidí tomar ese riesgo, pensando que iba a terminar en una vida más plena y feliz. Si resultaba bien, podría continuar con mi vida como Aldonza, pero si no, no me iba a sentir cómoda en el país y quizás tendría que haber pensado en emigrar.
-¿Cómo fue la reacción en tu lugar de trabajo y de alumnos?
-La reacción de los colegas fue primero de sorpresa. Pasado el momento expresaron su apoyo y comprensión. Fue muy reconfortante recibir ese cariño, lo cual apoya mi pensamiento que tome la mejor decisión. De parte de los estudiantes percibí muchas reacciones diferentes, desde un entusiasta apoyo hasta una bienvenida con indiferencia. Al rato sentí que estaban muy cómodos y prosiguiendo en sus cursos sin ningún contratiempo.
Siendo residente, Aldonza no tuvo mayores problemas para que en EEUU le reconocieran el cambio de sexo. Sin embargo, con las leyes chilenas no es tan fácil.
-¿Crees que se está respetando más los derechos de las personas trans o todavía falta mucho?
-Se está visilizando la población trans. Nos están tratando con más respeto, pero todavía falta un largo trecho. Sobretodo en la parte legal, y en la protección e iniciativas de inclusión.
-Una de las personas que ha visibilizado a los trans es la actriz Daniela Vega. ¿Qué opinas sobre que sus papeles sean de mujeres trans y no simplemente mujeres?
-Es genial. Ella es una muy buena actriz, cualquier mérito de ella es con respecto a su talento. Aunque el hecho que ella es una mujer trans, es un factor diferenciador, es su habilidad y talento que la tiene en esas lides.
Como Alonso, siempre tuvo parejas mujeres y como Aldonza su orientación siguió intacta, aunque tenía cierto temor de encontrar a alguien que la aceptara y amara con su nueva identidad. Sin embargo, encontró el amor y hoy tiene planes serios con su pareja.
– Tienes una pareja. ¿Ha sido importante su apoyo en este proceso? ¿Tuviste alguna vez miedo de encontrar de verdad a alguien que te amara tal y como eres?
-Conocí a mi pareja ya habiendo completado una buena parte del proceso de transición. Antes de conocerla me sentía muy insegura si iba a conocer a una mujer que le atrajeran las mujeres, que se sintiera cómoda con una mujer que no siempre lo fue. Fue una sorpresa conocerla y sobrepasó todas mis expectativas de alguien que me amara tal cual como soy. Mi novia es una parte importante de mi felicidad y es un apoyo en todas las dificultades que tiene el proceso de transición. También ha sido relevante el cariño y apoyo de la familia de mi pareja a nosotras.