Las empresas o entidades gubernamentales que no tengan paridad salarial tendrán que pagar multas.
Sin duda Islandia es un país que lleva la delantera en cuanto a la igualdad de derecho entre hombres y mujeres. Y hoy dio un paso más al establecer por ley que un mismo trabajo debe obtener la misma remuneración sin importar el sexo, la identidad de género, el grupo étnico, la orientación sexual, la nacionalidad o la religión.
La ley promulgada por la primera ministra Katrín Jakobsdóttir considera desde este lunes que las empresas privadas y entidades públicas que tengan en plantilla al menos 25 trabajadores se les exigirá un certificado de paridad salarial y las que no lo obtengan deberán pagar multas.
El país lleva años tomando medidas concretas para combatir la desigualdad: según el Informe Global de la Brecha de Género que elabora el Foro Económico Mundial, Islandia ostenta desde hace nueve años la menor diferencia salarial entre hombres y mujeres.
La medida había sido aprobada en abril por el parlamento que está formado por un 48% de mujeres y con ella se espera erradicar completamente la brecha salarial para el 2020.
La ley es la primera en el mundo que establece la paridad de género a nivel de sueldos.
Desde la Asociación Islandesa por los Derechos de la Mujer recuerdan en su página we que la lucha legal por cerrar la brecha salarial viene desde hace tiempo: «Islandia ya tenía una legislación que se supone garantiza la igualdad salarial. De hecho fuimos el primer país en aprobar leyes de este tipo hace más de medio siglo, en 1961. En ese momento, el Parlamento islandés tenía la esperanza de que se alcanzaría la igualdad de remuneración completa en solo seis años, en 1967. Quizás una esperanza ingenua, pero ¿qué podíamos esperar de un cuerpo legislativo que en ese momento tenía solo dos mujeres miembros?».