En agosto tuve la increíble oportunidad de participar en el foro APEC 2018 en Papúa Nueva Guinea representando a Chile. ¿El objetivo? Compartir prácticas que realizamos a nivel país y en empresas en materia de desarrollo de mujeres.
El encuentro tuvo lugar dentro del workshop “Healthy Women Healthy Economies”, iniciativa que comenzó en 2015, en búsqueda de un crecimiento sustentable en la región, potenciando la salud de mujeres y su inclusión en el mundo del trabajo. En esta oportunidad concurrieron más de 60 delegados de los países miembros, mientras que desde Chile participaron representantes de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) y del Ministerio de Mujer y la Equidad de Género.
Sobre nuestro país, compartimos la realidad actual, el movimiento feminista, la agenda mujer del gobierno y cómo desde el mundo privado estamos utilizando la tecnología para abrir oportunidades a las mujeres. Destacamos que si bien el empleo femenino a nivel latinoamericano es del 55%, en Chile es de 49% y una de las causas es el cuidado de los hijos, así como la falta de flexibilidad laboral.
Pero también hablamos de ventajas que debemos aprovechar; entre ellas, que las chilenas tenemos expectativas de vida de 82 años, superando incluso a EEUU (81) y China (79), lo que es muy alentador en materia de salud. Además, en educación la tasa de mujeres universitarias es del 52% del total de matriculados, y es mejor considerando el 60% logra titularse.
A pesar de esto, cuando vemos el nivel de estudios de postgrado, el número de mujeres se reduce considerablemente y lo mismo pasa en carreras STEM -ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas- donde apenas el 21% de las egresadas son mujeres. Lo más preocupante es que entre los países OCDE Chile es el último país de la lista.
Pero esta información, en vez de desanimarnos, debe alentarnos a trabajar y ya vemos cómo se están gestando bastantes iniciativas. Por un lado, a nivel de gobierno, existe la Agenda Mujer con 23 iniciativas concretas que incluyen fomento del teletrabajo, baja de los costos de planes de salud y cuidado de los niños como derecho paritario para hombres y mujeres.
Pero a nivel privado también podemos aportar bastante. Por ejemplo, ya varias firmas en Chile tenemos como pilar impulsar la Diversidad y la Inclusión. Bajo este marco, desarrollamos varias funciones que impactan en la igualdad de género, a través de la mejora de prácticas a nivel de gestión de personas y facilitando la flexibilidad en el trabajo con el uso de tecnología o haciendo alianzas con instituciones como ministerios u ONGs.
También es importante comprometerse con la igualdad de los roles, como la posibilidad de aumentar el post natal a los papás, para generar apego desde el primer momento y fomentar la corresponsabilidad. Asimismo, preparar a las niñas de cara a los nuevos desafíos digitales del mercado, apoyando su capacitación en tecnología. Además, fomentar la opción del teletrabajo, aprovechando precisamente las herramientas que la tecnología entrega.
Claramente, nos quedan muchas tareas, pero es fundamental que para aumentar la participación laboral femenina en Chile se debe hacer un trabajo coordinado entre gobierno, empresas privadas, ONG y Pymes. Si bien la implementación de políticas y prácticas es esencial, los cambios profundos requieren una nueva mirada del rol del hombre y la mujer en su conjunto.
Es importante recordar que el próximo año Chile será por segunda vez sede de APEC 2019, donde por primera vez en la historia, los temas vinculados a la Mujer serán prioridad de la agenda. Confío en que en esta oportunidad tendremos mejores noticias que compartir sobre la participación de la Mujer Chilena. Todos podemos aportar, por ejemplo, mirando el trasfondo de las luchas sociales que están ocurriendo y no quedarnos en si “se levantaron o no la polera”. Los invito a ser parte de este cambio.