A través de un podcast casero empezaron a exponer sus conversaciones sobre lo que les pasaba desde que tuvieron hijos. Ahora, desde la radio Súbela, Eleonora Aldea e Isidora Urzúa se juntan para hablar temas que van desde el feminismo, las relaciones de pareja, la muerte, el sexo, el puerperio, el sanar, el amor, el ser mujer, el desmadre o los desahogos diarios de un equipo que vibra en una misma frecuencia y humor.
Eleonora es mamá de dos hombres, esposa, diseñadora gráfica, saca fotografías y vende productos de lettering en ferias de emprendimiento por la ciudad. Lanzó su primer libro, Especimen, en el 2017 y hoy también es locutora del programa que va a diario desde el mediodía.
Isidora también es mamá de dos y esposa, periodista, trabajadora freelance de locución, tarotista y apasionada por la radio, conduce el Caseritas en Súbela y Viva Chile en radio La clave y sobre esa exposición y responsabilidad ante la audiencia, la Nori (Eleonora) cuenta que hay un porcentaje de ella que tiene que estar inconsciente:
“De repente se nos va que estamos con gente escuchando y es necesario que eso pase para que sea más natural porque si estuviéramos todo el tiempo pendiente el programa no sería lo que es”. En ese minuto, la Isi acomoda entre sus brazos a Rafa, su hijo menor recién nacido, interviene y señala que hay una consciencia de no estar solas, “porque el no poder cepillarme el pelo para venir seguramente le pasó a la mitad de las puérperas en este país hoy en la mañana, es una comunidad”.
Y el concepto de la comunidad es lo más importante para las dos, cuentan que de hecho hay un WhatsApp de quienes escuchan en donde se comparten datos, conocimientos, incluso se contienen entre ellos y la contención se da por exponer lo que una siente, dice Isi. “Es difícil encontrar un o una comunicadora que te cuente realmente lo que le está pasando y que sea transparente. Ponemos el corazón por delante».
“Nosotras no nos vamos a maquillar de mamás perfectas, porque si llegamos a la radio con pena haremos un programa de tristeza y esa verdad que exponemos al aire es una verdad en la que invitamos a la gente a ser. Y pasa que al darse el dato de la fruta más barata o cómo sacar la mancha de la alfombra, se pasa a la mancha de la mente y sabes que hay alguien a quien le está pasando lo mismo que a ti, que tiene las mismas inseguridades o penas».
Uno de los podcast más comentados fue aquel en el que hablaron de sanar. Antes de formular una pregunta concreta, Isi recuerda que ese episodio coincidió con la primera vez que salía de su casa después de casi perder a su hijo.
“Estaba volviendo a la radio con el miedo de sangrar y que la guagua naciera de 28 semanas, estaba en un proceso difícil que es tener un hijo de un año y medio, querer cuidar al otro no nacido y querer cuidar tu vida y al mismo tiempo querer volver a trabajar. Eso me hizo replantearme que a veces una da por sentado cosas como el embarazo. Me hizo conectar con la historia de la Nori – refiriéndose a Félix, su hijo menor que nació prematuro- porque cuando llegó ella a mi casa, sentí que era la única persona en el mundo que me podía entender. Sentí que había un proceso de sanación en que el propósito era que nuestras historias se mezclaran en los momentos más difíciles”.
«Y viendo que a tu amiga le pasó lo mismo que a ti una piensa ¿realmente se puede sanar?», complementa Nori preguntándose, “¿he sanado realmente esto? probablemente no todavía. Así nos dimos cuenta de que una habla harto de las penas, las heridas, los dolores pero no se habla tanto de lo que viene después, de cuando te preguntas ¿cómo se hace para salir de ese momento terrible que te pasó?».
«Hay muy poca información sobre los prematuros», dice Nori comentando que en el embarazo te hablan casi nada de la posibilidad de que tu hijo pueda serlo, “la gente piensa que son guaguas chiquititas y siempre sentí que había una pega por hacer. Cuando ella me contó le encontré el sentido a ofrecerle mis conocimientos, mis dudas y también empecé a sanar”.
«Yo siento que siempre nos han mentido sobre la maternidad», añade tajante la Isi, “las mamás bloggers me mienten sobre la maternidad. Hay demasiada perfección y hay que transparentar que es difícil y que a pesar de todo si quieres hacerlo lo hagas”.
-¿Cómo lo hacen cuando hablan de salud mental, siempre es desde la experiencia?
Frente a esta pregunta Eleonora es la primera en pedir la palabra para contar que desde bien chica ha estado entrando y saliendo de terapia y que siempre le ha servido. “Lo que hace la terapia y las medicaciones es acallar el caos mental para que una pueda ver bien la situación macro y poder cachar ah, esto es lo que me pasa, porque tampoco te soluciona el problema, acalla el lío mental que tienes, que básicamente siempre es la voz de una misma, y ahí puedes ver el plano general y cambiar tu todo. La cosa es sacarle el estigma que tiene de decir vas al psiquiatra, estás loco, vas al psicólogo no puedes lidiar con tus propios problemas”.
Isi manifiesta que es algo que nuestra generación casi no tiene, pero que sí tienen las generaciones más viejas. “Cuando dices creo que tengo depresión o estoy pensado en tomar pastillas se le da el pie al otro para que también te cuente su experiencia, pero en general yo siento que todos vamos, necesitamos o vamos a necesitar algún tipo de terapia”.
«Quizás no vas a terapia pero haces yoga, meditas, te haces acupuntura, crossfit, subes el cerro y esa es tu manera de lidiar con todo», dice Nori, “Entonces siempre haces algo para mejorar y siento que este año se está entendiendo que salud mental con salud física no son cosas aparte, “somos cuerpo-alma-mente-corazón-estómago. Me interesa mucho hablar de eso porque no somos compartimentos, la salud mental te va a llevar beneficios físicos y hacer ejercicio te va a llevar beneficios psicológicos sí o sí”.
-¿Qué es para ustedes el “sobrevivir” a un año, al 2018 por ejemplo?
«Tiene mucho que ver con vivir el presente,» señala Isi. “Yo vivo en el futuro todo el tiempo y poco aprovecho lo que tengo en este minuto y tratar de vivir en el ahora es complejo porque se te va pasando la vida. Uno no puede tener el control de todo, yo nunca fui capaz de entregarme del todo a lo que me estaba pasando el año pasado y no debí haberlo peleado tanto, eso al menos aprendí ese año».
Aldea Pardo como se hace llama en Instagram, finaliza diciendo que el sobrevivir el 2018 es darse cuenta que la vida no está para sobrevivirla.
«Siempre digo que sí a proyectos, trabajos porque nunca me quiero perder las cosas ni sentir el FOMO (Fear of missing out), eso de que te estás perdiendo, porque al final siempre estamos comprobándonos a nosotras mismas que estamos vigentes en la vida, sexualmente, en el carrete y eso me llevó mucho tiempo a cosas desde cuestionarme la monogamia a aceptar muchas pegas y verme colapsada y sentir que estás sobreviviendo a la vida, así que básicamente la motivación para el 2019 es estar tranquila y con el control de decidir lo que sí quiero hacer. Me aburrí de sentir que estás aguantando».