La presentadora Oprah Winfrey, la astronauta Mae Jemison y la actriz Brie Larson tienen más en común que ser estrellas en sus campos: aspiran a «salvar el mundo», una misión en que las mujeres son tan importantes como los hombres, según reivindicaron este miércoles en la cumbre «Women In The World» en Nueva York.
El evento, que celebra este año su décimo aniversario, llenó hasta arriba el Lincoln Center de la Gran Manzana con un público predominantemente femenino que aplaudió, rio y se involucró en los debates, enfocados en el papel que juegan las mujeres en los cambios que están dando forma al futuro desde diferentes áreas.
Precisamente, las asistentes atendieron como si de un sermón se tratara a la carismática Oprah Winfrey, que dirige una escuela para niñas «con la meta de ser líderes» en Sudáfrica desde 2007 y fue la invitada de honor de la organizadora del evento, la exeditora de la revista Vanity Fair Tina Brown.
«¿Pueden las mujeres salvar el mundo? Llevamos haciendo exactamente eso durante años, Tina. Y cumbres como esta nos inspiran a trabajar», afirmó la presentadora, que ofreció un discurso marcadamente político y aplaudió a las 42 nuevas mujeres congresistas investidas el pasado enero en EE.UU., «que han vivido cosas que pocos congresistas tienen que afrontar».
«Es hora de que las mujeres del mundo marquen la agenda», afirmó Oprah, remitiéndose a los logros de sus predecesoras en este foro, activistas, abogadas y periodistas, entre otras profesionales, y cautivando al público, que reunió a varias celebridades.
El cambio climático se erigió como uno de los problemas más urgentes a atajar en la primera charla, donde Jemison, la primera mujer afroamericana que viajó al espacio, llamó a que las mujeres «utilicen su lugar en la mesa cada día y creen estándares», algunos de ellos incómodos, frente a quienes dicen que «todo va a ir bien».
«No podemos sobrevivir sin la Tierra», sentenció la científica, formada en ingeniería y medicina, quien también criticó la «apatía» humana y apuntó que «tenemos la suficiente tecnología, los datos y el conocimiento para saber que hay que hacer algo, pero pensamos que podemos esperar».
Por su parte, Brie Larson, ganadora de un Óscar por «La habitación» y primera mujer protagonista del sello Marvel («Captain» Marvel»), fue humilde ante la posibilidad de ser «la superheroína que necesitamos», como la presentó la organizadora, pero se enorgulleció de romper un techo de cristal y «normalizar» que una actriz pueda ganar millones de dólares.
La intérprete de la piloto de la Fuerza Aérea Carol Danvers atribuyó muchos de los cambios de su industria al movimiento «Me Too», «aunque aún queda mucho por hacer», y animó a las mujeres a «dar un paso adelante» sin miedo a fallar, porque eso crea «fortaleza y compromiso»: «Si estoy aquí hoy es porque fallé millones de veces».
La jornada contó con «guerreras de la verdad» que trabajan por cambiar el mundo desde los medios, como Maria Ressa, la directora de Rappler, arrestada por su labor periodística en Filipinas, que abordó cómo las redes sociales contribuyen a una «zona de guerra informativa» en la que se ataca a las mujeres y que, en conjunto, menoscaba la democracia.
Pero «no podemos solo lanzar las manos al aire; la única gente que nos puede ayudar ahora mismo es la que está dentro de las plataformas de redes sociales estadounidenses, supuestamente con valores estadounidenses», contrapuso la laureada periodista.
Las redes sociales fueron herramienta clave para la hermana de la activista saudí Loujain Al-Hathloul, encarcelada por protestar el veto en su país a que las mujeres conduzcan. Luchadora contra la opresión, Lina Al-Hathloul llamó al mundo a no olvidar e hizo alzarse a toda la sala con las llaves de su casa en mano en un emotivo momento.
La periodista Tina Brown, que en esta edición reúne a unas 100 mujeres destacadas entre el estrado y el público, destacó que no solo son las «famosas» quienes pueden arreglar los asuntos más acuciantes del mundo, sino que son las mujeres de a pie quienes, con su «coraje» y acciones diarias, las que llevan las riendas del cambio.
Brown aprovechó para hacer balance de la década cumplida por la cumbre, que comenzó en 2009, cuando la gente «consideraba el feminismo» una palabra «innombrable», y ahora encuentra «su momento» clave en el actual «movimiento global de mujeres» que piden ser «escuchadas, respetadas y creídas».