[ACTUALIZADA: ver N de la R al final de la nota]
Un clima de inseguridad y descontento se vive al interior del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica, luego de que el profesor titular y exdirector de la carrera, Gabriel Castillo, sancionado por mantener “relaciones inapropiadas” con una exalumna, podrá reincorporarse al plantel docente el año 2020.
No es primera vez que la PUC se ve involucrada en esta encrucijada, recordando la reciente toma del Campus Oriente cuando se supo que renovarían el contrato de otro funcionario de esta casa de estudios con cerca de 30 denuncias en su contra. En este sentido, la problemática está dejando en evidencia que el nuevo protocolo de abuso implementado en la casa de estudios, no ha sido suficiente en la práctica.
Fue en mayo del 2018 cuando una estudiante del Instituto de Estética, denunció ante la Secretaría General a Gabriel Castillo, con quien mantuvo una relación el año 2010, un año después de que la denunciante egresara de su carrera de origen.
Tras realizar las investigaciones correspondientes, el Comité de Apelación compuesto por cinco decanos, resolvió el 21 de marzo del 2019 sancionar al profesor por el concepto de “conductas inapropiadas”.
De esta manera, el 5 de abril revocaron la petición de renuncia y determinaron únicamente reducir las labores académicas de Gabriel Castillo, “quedando inhabilitado para ejercer docencia de cátedras y direcciones de tesis” durante un año.
Luego de hacer un llamado a paralizar las actividades académicas, estudiantes de la carrera elaboraron un comunicado con el objetivo de denunciar los hechos y “reformular la orgánica de los procesos de investigación y sumarios” para que sean “más democráticos y transparentes”.
“De acuerdo a lo dicho por la Secretaría General, esta sanción tiene por finalidad que Gabriel Castillo recapacite respecto a los hechos cometidos de manera que no vuelva a reincidir en ellos”, señaló la Asamblea de Estudiantes de Estética UC.
Sin embargo, los estudiantes creen que la sanción no es “proporcional a las faltas cometidas”, entendiendo que “legalmente no se le puede negar el ingreso a la universidad, por lo que el profesor podría seguir asistiendo a la universidad sin problema y retomar sus cátedras en marzo del 2020”.
“Esta es una carrera que dura sólo dos años y nada asegura que los alumnos nuevos sepan lo que pasó”, advierte una de las alumnas movilizadas a El Mostrador. “Él no tiene ninguna noción de culpa y nadie nos asegura que él va a dejar de hacer esto”, afirma.
Cabe destacar que en documentos oficiales de la investigación, también había declaraciones de cuatro alumnas más que habrían mantenido relaciones de pareja con el profesor, de las cuales “tres afirmaron que quedaron con daños”.
Dentro del Instituto de Estética y en la universidad, las versiones sobre el caso del profesor se contradecían constantemente, denuncian las estudiantes. “Hasta que Secretaría General encargada de la investigación nos entregó la versión objetiva, porque incluso la directora suplente nos había dicho algo que no era”, afirma una de las alumnas del Instituto de Estética.
“Nadie hizo un juicio de valor, sólo decían que no había información al respecto y que debíamos trabajar en conjunto para mejorar las cosas”, detalla sobre lo ocurrido cuando pidieron esclarecer los hechos.
Finalmente, ante las consultas de El Mostrador, desde la universidad indicaron que no harán “declaraciones sobre este caso”, con el motivo de “resguardar información que podría contener datos sensibles respecto de los distintos intervinientes”.
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N de la R 21/11/2023: esta nota fue modificada a solicitud de Gabriel Castillo, quien envió a este medio los antecedentes y documentación pertinentes, en que el Comité de Apelación -que conoció en segunda instancia el sumario-, con fecha 21 de marzo del 2019, acordó que “se elimina la referencia a los Protocolos de Violencia Sexual puesto que no es la norma infringida por la que se sanciona al profesor” (la norma infringida fue la referida a “relaciones inapropiadas”).