Desde una perspectiva de género, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, afirma que este proyecto pondrá «fin a toda forma de discriminación en contra de las mujeres», ya que «prohíbe expresamente hacer diferencias por género». Entre las propuestas que persiguen este objetivo, se encuentra el Plan de Salud Universal (PSU) que establece las mismas condiciones de precio para hombres y mujeres; o la posibilidad de que los hombres también puedan ser carga en la cobertura financiera de la salud. A pesar de que la reforma promete contribuir a la equidad de género, para la directora de la Comisión de Derecho Público de Abofem, Florencia Pinto, esta reforma «invisibiliza el análisis de la realidad de las mujeres en Chile», ya que hará que cuenten con «una muy frágil protección en lo que a salud se refiere, con planes de menor cobertura y mayor copago», descuidando «las particularidades de la situación socieconómica de las mujeres».
La discriminación por género es una de las principales problemáticas que busca erradicar la Reforma Integral al Sistema de Salud presentada por el Gobierno, proyecto que contempla la modernización del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y la reforma a las Isapres que cursa su segundo trámite en el Senado.
Para cumplir con dicho objetivo, el proyecto implementará una serie de modificaciones que prohibirán las diferencias de precio por razones de género. En el caso de Fonasa, un ejemplo de ello es permitir que ambos cónyugues o convivientes civiles puedan ser carga del otro en la cobertura financiera de la salud.
«La reforma termina con una idea añeja: que sólo los hombres pueden tener como cargas a sus parejas mujeres. Hoy, con las mujeres cada vez sumándose con más fuerza al mundo del trabajo, ellas podrán tener de carga a sus parejas», afirma a El Mostrador la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.
Para Daza, un elemento clave de la reforma está en el énfasis de la prevención, respondiendo a la transición que enfrenta la medicina moderna «desde un enfoque puramente curativo hacia uno preventivo».
En esta línea, el sistema de Fonasa aumentará las coberturas que promueven la prevención, por lo que «una mamografía, un papanicolau o una endoscopía, podrán tener una bonificación superior a la que tiene hoy en Libre Elección, para que de esa forma las usuarias puedan controlarse a tiempo».
El proyecto de reforma a las Instituciones de Salud Previsional fue una de las propuestas más polémicas, ya que además de ser declarada «inadmisible por inconstituicionalidad» por la Comisión de Salud del Senado, también suscitó críticas y cuestionamientos por parte de la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem), quienes consideran que «la nueva política de salud del sistema privado no atiende las particularidades de la situación socieconómica de las mujeres».
«La reforma al sistema de Isapre continúa traduciendo lo que cada cual individualmente puede pagar, a un determinado nivel de satisfacción del Derecho a la Salud, categorizando ahora a las mujeres, entre las que son económicamente solventes y aquellas de clase media que con esfuerzo pueden pagar«, expresó Florencia Pinto, directora de la Comisión de Derecho Público de Abofem.
Para Pinto, esta reforma hará que las mujeres cuenten con «una muy frágil protección en lo que a salud se refiere, con planes de menor cobertura y mayor copago», por lo que «hace prevalecer la segregación, reproduce desigualdades e invisibiliza el análisis de la realidad de las mujeres en Chile».
No obstante, la subsecretaria de Salud Pública asegura que el resultado de esta reforma «será el fin de toda forma de discriminación hacia las mujeres», argumentando que la creación del Plan Universal de Salud (PSU), «que establece las mismas condiciones de precio para hombres y mujeres», evitará injusticias como el hecho de que «las mujeres paguen hasta tres veces más que los hombres sólo por la posibilidad de que puedan ser madres».
«La natalidad es una responsabilidad tanto de las mujeres como de los hombres, por eso el Plan Universal de Salud tendrá el mismo valor para ambos si están en el mismo tramo de edad y las mismas condiciones de salud», afirma Daza.