BRAGA
Entendiendo que el lenguaje y los medios masivos de comunicación construyen realidad, la organización argentina Pateando Mandatos, ideó un conjunto de reglas para que la cobertura mediática del Mundial Femenino de Francia 2019 tenga perspectiva de género. De esta manera, el decálogo sugiere prácticas como evitar el uso de imágenes que cosifiquen o estereotipen los cuerpos de las mujeres; dejar de comparar el desempeño de las jugadoras con resultados del deporte masculino; utilizar un lenguaje inclusivo; llamar a las jugadoras por su nombre y apellido; entre otros consejos.
Se viene la Copa Mundial Femenina de Fútbol 2019 y la organización Pateando Mandatos se puso la camiseta con la creación de un decálogo que propone una cobertura mediática no sexista.
«Con la intención de repensar nuestros medios de comunicación es que nace #PateandoMandatos, para poder crear piezas comunicativas críticas que cuestionen y reflexionen sobre las prácticas mediáticas desde un enfoque de derechos humanos y con perspectiva de género», anunciaron desde la organización.
Bajo esta premisa, el decálogo insta a la reflexión de las prácticas comunicacionales con el objetivo de «deconstruir acciones y miradas patriarcales».
En primer lugar, «las jugadoras tienen nombre y apellido. No son ‘la Messi’, ni la ‘Ronaldinho’. Si queremos conocerlas, las nombraremos por quiénes son, sin quitarles identidad».
Segundo, el foco de la cobertura «debe ser siempre su actividad como jugadora y sus logros deportivos. No debe centrarse ni destacar aspectos de su vida personal, ni sentimental».
La regla número tres: «No caer en la comparación de las actuaciones de las jugadoras en relación al deporte masculino. Esto reproduce una mirada androcéntrica que coloca a los hombres como la medida de todas las cosas».
Cuarta regla: la cobertura mediática debe «apartarse del desarrollo de coberturas noticiosas erotizantes. Por ejemplo, hay que evitar titulares o frases como ‘el fútbol con perfume de mujer'».
Quinto, «reflejar que las cualidades (ternura, compasión, fuerza, dignidad, valentía) son atributos de todes. Ni las jugadoras son dóciles por ser mujeres, ni los jugadores fuertes por ser varones«.
La sexta regla señala que se debe «evitar el uso de imágenes que cosifiquen y/o estereotipen los cuerpos de las mujeres. Los cuerpos son diversos».
La séptima regla busca promover el lenguaje inclusivo. Es decir, evitar el masculino como valor genérico y emplear opciones lingüísticas que marcan el género con precisión.
La octava regla señala que se debe «equilibrar las voces de los expertos y periodistas que cubren los eventos deportivos. La pluralidad de miradas enriquece el debate».
«Evitar descripciones que tratan como extraordinario el rol que ocupa una mujer determinada. Este tipo de enfoques sugiere implícitamente que esas tareas estarían sólo destinadas para los hombres», señalaron en la penúltima regla del decálogo.
Finalmente, la décima regla apela a conocer las historias de las jugadoras, entrenadoras y árbitras. «Visibilicemos sus voces y sus luchas. Lo que no se nombra no existe. Disputemos sentidos históricamente vedados», anunciaron.
