«Si para cualquier persona la adopción es un proceso largo y desgastador, para una pareja del mismo sexo, ese mismo camino puede alcanzar ribetes de pesadilla», advierte el autor de «Gente como yo», el primer audiolibro que aborda las dificultades de la adopción homoparental. En este contexto, el escritor nacional asegura que las parejas homosexuales deben «superar todos los días el constante desprecio de la sociedad y de las leyes». Y es que luego de tres años intentando formar familia con su esposo, llegó a la conclusión de que «para mucha gente es preferible que un niño muera en un orfanato antes que derribar su prejuicio en torno a una pareja gay».
«Gente como yo» es el primer audiolibro del escritor y guionista nacional, José Ignacio «Chascas» Valenzuela. Una obra que aborda sin tapujos el difícil camino que enfrentan las parejas homosexuales para cumplir el sueño de formar familia. Un camino donde la paternidad y el amor incondicional, se transforma en una pendiente cuesta arriba repleta de prejuicios e imposibles.
Para Chascas Valenzuela, «Gente como yo» es una audioserie que visibiliza una realidad oculta y discriminada, sacando a la luz «aquello que tanto tememos en Chile».
«Los chilenos debemos empezar a experimentar en carne propia la realidad de que en cada curso haya, al menos, un niño con papás del mismo sexo. O verlos en la calle, en la sala de espera del doctor, en el supermercado», comenta Valenzuela en entrevista con El Mostrador.
El escritor radicado en Estados Unidos, plasmó en «Gente como yo» la experiencia de vida que enfrentó junto a su marido, Anthony, con quien lleva más de 16 años de relación.
«Desde muy temprano en nuestras vidas comenzamos a conversar la posibilidad de tener un hijo. Desarrollamos juntos ese impulso de paternidad que fue creciendo con los años«, relata Valenzuela.
«Nuestra primera opción fue, evidentemente adoptar. Estuvimos más de tres años haciendo todo lo posible por tener éxito en esa materia», afirma el escritor, que para lograr su sueño pasó por numerosas agencias de adopción no sólo en Estados Unidos, sino que también, en Europa y en América Latina.
Los obstáculos alejaban cada vez más la posibilidad de que Chascas y Anthony adoptaran, porque la respuesta siempre era la misma: «Para una pareja gay es casi imposible la adopción».
«No nos quedó más remedio que recurrir al plan B, que era iniciar el proceso de un vientre de alquiler», comenta el guionista.
Luego de tres años intentando formar familia, Chascas llegó a concluir que «para mucha gente es preferible que un niño muera en un orfanato antes que derribar su prejuicio en torno a una pareja gay«, asegura.
En el marco de la reforma a la Ley de Adopción, gran parte de la discusión se centró en la adopción homoparental. Esto, luego de que el Gobierno privilegiara «el rol de padre y madre», respondiendo a los argumentos de los sectores más conservadores que apelaban a la «condición biológica del ser humano» y a la moral religiosa.
En este sentido, para Chascas Valenzuela la finalidad de los conservadores «es retrasar la evolución, e históricamente siempre ha sido así».
«Se han opuesto al biquini, al rock and roll, al voto femenino, al matrimonio interracial, a la píldora anticonceptiva, al aborto, a los derechos civiles de las minorías, al divorcio, entre otras cosas», argumenta el escritor.
«Afortunadamente, al final la evolución siempre termina pasándoles por encima y pierden la batalla. Estoy seguro que en el caso de la adopción homoparental será lo mismo», afirma.
Desde la percepción de Chascas Valenzuela, el principal proceso emocional al que se enfrentan los padres del mismo sexo, es tratar de «superar todos los días el constante desprecio de parte de la sociedad y las leyes en relación a sus deseos de formar familia«.
«Es muy duro enfrentarte a un espejo que sólo te devuelve su peor cara. Te hacen sentir que nunca podrás ser un buen padre, que no estás calificado para tener un hijo, que eres un arrogante al siquiera pensar con cumplir ese rol«, expresa el escritor, y añade que «se requiere mucha fortaleza y seguridad en uno mismo para poder seguir adelante en la realización de tu sueño».
«Si para cualquier persona la adopción es un proceso largo y desgastador, para una pareja del mismo sexo ese mismo camino puede alcanzar ribetes de pesadilla», culmina.