BRAGA
Crédito: Felipe Ponce.
No sólo se trata de compartir la pasión por tejer. La agrupación de Hombres Tejedores también constituye un acto político y social que reflexiona sobre «la opresión de la masculinidad» y los estereotipos de género arraigados a ella. Una iniciativa fundamentada en el concepto de las «nuevas masculinidades» que surgen desde la otra vereda del feminismo.
Los estereotipos de género que determinan y segregan lo «masculino» de lo «femenino» son algunos de los tantos nudos que limitan la libertad de expresión en el tejido sociocultural.
Sin embargo, el poder visibilizar y deconstruir estos roles de género son algunas de las prácticas que permiten desarrollar una mejor convivencia en una sociedad más inclusiva.
Y este es el debate que instala en la opinión pública la agrupación de «Hombres Tejedores». Un grupo de agentes de cambio que rompen con los estereotipos de género, y visibilizan a través del oficio de tejer, «las nuevas masculinidades» que surgen del feminismo.
«El tejido se ha tomado durante muchos años como parte del género femenino. Y nosotros tomamos esto como una bandera de lucha para dar a conocer que cualquiera puede desarrollar cualquier actividad más allá de los roles de género», comenta a El Mostrador, César Henríquez, el presidente de Hombres Tejedores.
En este contexto, la iniciativa que surgió en Chile y que inspiró a otras agrupaciones en Latinoamérica, se convirtió en un referente sobre «cómo debemos ir quitando los estereotipos de nuestro discurso diario y en nuestro actuar social«.
«La nueva masculinidad es un alero que está saliendo del feminismo, para demostrar que los hombres podemos demostrar sentimientos, podemos ser mas sensibles. No tenemos que cumplir ese rol de ‘macho proveedor’ que el patriarcado sigue fomentando», afirma Henríquez.
No sólo se juntan a tejer. Los Hombres Tejedores también proponen un acto político, social y reflexivo en torno a la opresión de la masculinidad.
Y es que el simple hecho de ver a un hombre tejer, es un acto que en sí mismo sorprende. Más aún si lo visibilizan colectivamente en espacios públicos.
Así lo recuerda el tejedor César Henríquez, que en el primer encuentro público realizado en el Día Mundial del Tejido, se generó un fenómeno a su alrededor.
«Allí se formó una dinámica muy bonita y extraña a la vez, porque dejaron a estos chicos tejiendo al medio y el resto de la gente se sentó alrededor de ellos como enmarcando», comenta.
«El video de este encuentro lo subieron a Facebook y causó una gran conmoción a nivel nacional y mundial. Con esto se dieron cuenta que podían realizar actividades o conformar una agrupación que tuviese un trabajo social tomando como base el tejido«, añade Henríquez.
Desde entonces que los Hombres Tejedores han trascendido el mensaje de que «con ganas y tiempo, uno puede realizar cualquier oficio sin ningún tipo de cuestionamiento». Entendiendo que «todos somos personas con los mismos derechos y deberes, por lo que no debiesen existir privilegios ni divisiones por género».
