En Chile más de 700 mil hogares están conformados por una familia monoparental con un hombre a la cabeza. Así lo evidenció una investigación de la consultora Etnográfica, la cual abordó el fenómeno de las «nuevas paternidades» donde los hombres ejercen activamente su rol parental en una esfera históricamente relegada a las mujeres. «Es muy importante entender que el avance en igualdad de género no sólo impacta en las mujeres, sino que también en los varones, los que se encuentran más libres de ejercer una paternidad activa, presente y corresponsable”, explica la antropóloga social, Carola Naranjo. Para Cristian Cornejo, director legislativo de «Amor de Papá», «el desafío para la sociedad está en abrir los espacios bilateralmente para hombres y mujeres en deberes y derechos».
«Tras una crisis matrimonial y una separación muy conflictiva, con ayuda de la psicóloga empecé a notar las evidencias de que mis hijas habían sufrido maltrato físico y psicológico con rasgos de alienación parental por parte de su madre«, relata a El Mostrador, Cristian Cornejo, director legislativo de la organización internacional «Amor de Papá».
El caso de Cristian Cornejo se suma a la lista de más de 700 mil hogares monoparentales a cargo de un hombre. Y es que en el transcurso de los últimos diez años, en Chile ha aumentado considerablemente la cantidad de familias monoparentales con un hombre a la cabeza.
Así lo evidenció un estudio de la consultora Etnográfica, que en base a los datos de la última encuesta Casen de 2017, analizaron el estado de la paternidad masculina en Chile. La investigación reveló que 711.431 hogares son monoparentales con jefatura masculina, datos que significan un aumento sustancial del 90,5% con respecto a la misma medición realizada el año 2006.
Cristian Cornejo, luego de obtener la tuición de sus hijas dictada por Tribunales de Familia, se convirtió en el director legislativo de la organización que impulsó la ley «Amor de Papá», también conocida como ley de tuición compartida.
Esta ley tiene el objetivo de igualar los derechos del padre y la madre, además de proteger a los menores del Síndrome de Alienación Parental (SAP), un conjunto de síntomas que se manifiesta en los hijos cuando un progenitor obstaculiza los vínculos y relaciones con el otro progenitor.
«La ley Amor de Papá fue un logro muy importante, que a partir de junio del 2013 logró equilibrar -aunque no del todo-, la balanza de deberes y derechos de hombres y mujeres ante la justicia de familia. Gracias a ella, hoy muchos hombres pueden asumir plenamente la paternidad en casos cuando la madre no tiene las posibilidades o aptitudes necesarias».
Este fenómeno reabre el debate acerca de las «nuevas masculinidades«, donde padres comienzan a ejercer activamente su rol en la esfera doméstica y de crianza, roles que históricamente se han relegado a la mujer.
«Es muy importante entender que el avance en igualdad de género no sólo impacta en las mujeres, sino que también, en los varones, los que se encuentran más libres para ejercer una nueva forma de paternidad que es activa, presente y corresponsable”, explica la antropóloga social y magíster en igualdad de género, Carola Naranjo.
Carola, al profundizar en su análisis, explica que esta situación podría cambiar la forma en cómo entendemos el concepto de familia completamente. “Debemos dejar de pensar que existe solo una única forma de hacer familia, y acá las nuevas masculinidades tienen mucho que decir, puesto que están aportando a que los hombres exploren otros roles y emociones que por las desigualdades de género les han sido negados».
Para Cristian Cornejo, «la lucha por la denominada igualdad de género poco ha avanzado en abrir paso a los hombres a roles tradicionalmente femeninos, como es por ejemplo la paternidad activa».
«Ahí hay un desafío de la sociedad: abrir los espacios bilateralmente para hombres y mujeres, en deberes y derechos, oportunidades y responsabilidades, en todas las esferas de la sociedad«, concluye Cornejo.