Como destino turístico, nuestro país cuenta con una variedad de locaciones y ecosistemas que mueven millones al mes en concepto de turismo. ¿Pero cómo podría afectar el cambio climático a la industria?
Pocas industrias tienen una relación tan recíproca con la del medioambiente con el turismo: además de realizar actividades que se ven amenazadas por las transformaciones medioambientales (como el alza de precipitaciones en Machu Picchu o el lento pero constante hundimiento de Venecia), también es una de las industrias que más gases de efecto invernadero aportan al medioambiente.
Según una investigación publicada en la revista Nature Climate Change, entre el 2009 y el 2013 el turismo elevó de 3.9 a 4.5 gigatoneladas sus emisiones de CO2. Con cerca del 8% de las emisiones totales -principalmente por conceptos de transporte, a los que siguen actividades de alojamiento-, el turismo casi iguala al entre 8% y 10% emitido por el ganado bovino.
Y los efectos del cambio climático pueden ser variados dependiendo del clima y el entorno. Por ejemplo, el alza en el nivel del mar (en el orden de hasta 0,86 metros a finales de siglo de mantenerse las emisiones al nivel actual) y el calentamiento de las aguas afectarían la distribución de la fauna acuática en los mares, lo que a su vez golpearía el turismo relacionado tanto a la pesca recreacional como a la contemplación.
El turismo urbano también podría verse afectado, debido a la escasez de agua en grandes urbes: las 150 millones de personas que viven en ciudades con suministro limitado podrían aumentar a cerca de mil millones, potencialmente afectando ciudades turísticas importantes como Sao Paulo, Beijing y El Cairo. Pero principalmente lugares montañosos, áreas costeras y pequeñas islas son los más expuestos a los efectos del cambio climático, de los cuales Chile y la industria turística se benefician.
El problema es más latente cuando se considera que el cambio climático, aún logrando las metas propuestas en el Acuerdo de París del 2015 (COP21), significará que 4 mil millones de personas se verán afectadas por olas de calor, además de una disminución de hasta un 90% de los arrecifes de coral y que cerca de 115 millones de personas sufrirán los efectos de sequías al mes.
«El aspecto social de la crisis (climática) va asociado a que afecta con mayor fuerza a quienes menores responsabilidad tuvieron en provocarla. Hoy vivimos una realidad en la que hay una cantidad enorme de inmigrantes climáticos, personas que están siendo forzadas a migrar: es tan simple como que le cambien las condiciones de su entorno para que se agoten sus recursos hídricos, que se les acabe su capacidad de generar agricultura y se merme su subsistencia», comentó Gonzalo Muñoz, fundador de la empresa Triciclos y Campeón de acción climática de la COP25 en su reciente presentación en el Summit de Turismo.
Para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, Muñoz sugiere a los empresarios del turismo -y a la empresa privada en general- apostar a tres conceptos para repensar los modelos de negocios y planificación de operaciones. La primera es apostar a la juventud: basado en el revuelo comunicacional que ha generado Greta Thunberg y el movimiento ‘Fridays For Future’, el fundador de Triciclos hizo un llamado a hacer eco de la ansiedad que lleva a movilizarse a los adolescentes y jóvenes.
Junto con ello, Muñoz apuesta a confiar más en lo que declare la ciencia respecto al cambio climático, apoyándose en el compromiso que tomó el gobierno de Sebastián Piñera de alcanzar la carbono neutralidad al 2050. «Chile está diciendo en la mayorías de las negociaciones ‘la ciencia es un intransable’. Con esa sola actitud está marcando la pauta de conversaciones para todas las pautas del mundo», agregó Muñoz.
El último concepto es a potenciar los liderazgos femeninos en el área privada ya que al ser más afectadas por los efectos del cambio climático (sobre todo en pequeñas comunidades), también presentan menores índices de emisión de gases de efecto invernadero.
A pesar de que nuestro país sólo emite el 0,2% de los gases de efecto invernadero, durante los últimos años Chile ha tomado posiciones más agresivas para reducir sus emisiones de dióxido de carbono. Luego de Costa Rica (que está en una carrera propia por alcanzar la carbono neutralidad al 2021), Chile es el segundo país de la región en cuanto a fuerza de compromisos mediambientales, al comprometerse a reducir en un 30% las reducciones de CO2 antes del 2030, para eventualmente llegar a la carbono neutralidad al 2050.
«Es inmoral que cuestionemos el papel de un país cualquiera por tomar el liderazgo, y definir que hoy hacer las cosas bien parte por creerle a la ciencia. Si la ciencia dice que la carbono neutralidad tiene que lograrse al 2050, eso es lo que vamos a hacer. Y ese compromiso nos puso en una foto con Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, España. Pasamos a ser parte de un grupo de aquellos países que, independiente del tamaño o nivel de progreso están dispuestas a hacer la tarea», finalizó el fundador de Triciclos, que arengó a los empresarios turísticos a redoblar esfuerzos por reducir sus emisiones.