Ana Llao, werken de la organización Ad Mapu, ex consejera de la Conadi y miembro del Trawun de Temucuicui, trabaja desde los años 80 activamente por la “recuperación de las tierras mapuche”. Actualmente además representa a muchas lamngen (mujeres) que han comenzado a buscar la igualdad de género dentro de las comunidades, quienes han tomado los espacios de conversación tocadas por el despertar feminista.
De paso por Santiago para participar de un seminario organizado por la Universidad de Chile, Ana Llao conversó con El Mostrador sobre feminismo, la participación de las mujeres en las comunidades indígenas, el rol de las mapuche y el machismo que afecta tanto a mujeres como a hombres.
-Con la situación que se vive hoy en La Araucanía, ¿cómo ves el rol de la mujer mapuche en las comunidades?
-El rol de las mujeres siempre está y hemos querido salir y mantener nuestro liderazgo, pero tenemos una fuerte represión, teléfonos intervenidos, allanamientos en nuestras casas, etc. por lo que es difícil que más mujeres participen masivamente, hay un temor muy grande, sin embargo existen muchas mujeres participando.
De hecho, con la entrevista que hicimos en el verano para Braga, se abrió el abanico, tanto que me han dicho “Ana, después de 30 años recién se habla del machismo”, y es que el temor de las mujeres a participar en la comunidades no sólo es por su pareja, sino de la sociedad que te juzgan por liberal cuando sales a exigir tus derechos. No podemos tener opinión. Cuando vas a los trawun (reuniones), en todos los temas siempre son los hombres los que opinan.
Las lagmien en las comunidades son conservadoras y ahí hay un papel de la iglesia que ha distinguido (sic) el rol de la mujer y el hombre: la mujer debe estar preocupada del hogar, pero el hombre sí puede ser dirigente, ir a reuniones y eso.
-¿Cuál es la cosmovisión mapuche respecto al rol de la mujer?
-Siempre dentro de una familia, la sabiduría mapuche pone la dualidad. Eso desde el punto de vista estructural se rompió y las mujeres mapuche somos parte de esa ruptura estructural, por eso tenemos que volver a tener un respeto mutuo, para que construyamos una sociedad sin estas brechas y para que las mujeres que plantean sus demandas no se vean como enemigas. lo bueno que cada vez hay más mujeres jóvenes en las comunidades alzando la voz. Las mujeres de ahora tienen otro contexto para mejorar.
-¿El feminismo?…
-Las cosas están cambiando, eso se notó el 8 de marzo cuando marchamos. Es verdad que faltan mujeres en la representación, empoderamiento no sólo de la más chora o menos chora, sino empoderarse de los espacios políticos. Han aparecido mujeres jóvenes, hay que apoyarlas entre todas. Desde lo práctico, no más mujeres haciendo sopaipillas y perdiéndose la conversación, porque, hasta ahora, las mujeres siempre estuvimos lejos, mientras los hombres estaban discutiendo los temas que nos afectan a toda la comunidad.
-Desde la mirada de la mujer indígena, ¿cómo se ha vivido este estallido feminista para las mujeres mapuche de tu entorno?
No tenemos una definición exacta para el feminismo, pero la estamos conversando y planteando, y de seguro debe nacer desde la familia.
La mujer en la comunidad se lleva el 100% de la responsabilidad de criar a los hijos, lleva toda la carga, el hombre sale afuera por razones laborales, se ausenta y de repente se ausenta para siempre, por eso la mujer tiene que educar a sus hijos en la igualdad, sacar la voz frente a su marido.
Hoy, poco menos que la mujer pasa a ser propiedad del hombre, es el que te da el visto bueno si hablas o no, o si puedes participar políticamente, culturalmente y socialmente.
Yo soy hija de madre soltera, mi madre se tuvo que arrancar del territorio por ser madre soltera, no era bien visto al interior de la comunidad, tuve que nacer en Talcahuano. Mi abuela quedó viuda con más de 12 hijos, yo también tuve a cargo sola la crianza de mi hijo, que hoy es abogado. Las mujeres nacimos para sufrir y para continuar sufriendo. Eso hay que pararlo, decir la cuestión “no es na así” por eso creo que el feminismo no tiene vuelta atrás.
-¿Cómo lo ven los hombres en las comunidades? ¿Se habla de mayor participación de las mujeres?
– Es una preocupación que hay dentro del mundo mapuche, me lo han manifestado no sólo hombres también mujeres, porque a veces las mujeres son más machistas que los hombres.
Cuando veo a algunos dirigentes que están hablando que es bueno que las mujeres participen, me pregunto ¿cómo van a participar la mujeres si están en la cocina, lejos de donde se está conversando?, si hay opiniones tan fuertes y rechazo a que las mujeres levanten la voz, ¿cómo haces tú para estar ahí metida en los tiburones?, pero yo digo “habrá que moverse como sirena en medio de lo tiburones”.