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[Mujeres Inolvidables] Lenka Franulic: la historia de la primera mujer reconocida como periodista en Chile BRAGA

[Mujeres Inolvidables] Lenka Franulic: la historia de la primera mujer reconocida como periodista en Chile

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Natalia Espinoza C
Por : Natalia Espinoza C Periodista - Contacto: braga@elmostrador.cl / (sólo wsp) Fono sección: +569 99182473
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En 1957, Lenka Franulic, junto a Orlando Cabrera, fundaron el Círculo de Periodistas, el cual auspició la creación de la carrera de periodismo a nivel universitario. Ese mismo año Lenka ganó el Premio Nacional de Periodismo y, un año más tarde, el Premio de la Sociedad Profesional de Mujeres Periodistas de Estados Unidos, convirtiéndose así en la primera y única chilena en recibir este galardón. En honor a su carrera y legado, desde 1963 la Asociación de Mujeres Periodistas entrega el “Premio Lenka Franulic” a todas las profesionales que se han destacado en el rubro.


En un mundo en donde abrirse paso, hacerse escuchar y marcar trascendencia depende de muchos factores ajenos al talento, esfuerzo y dedicación, llega a ser verdaderamente sorprendente la fortaleza de aquellas personas que dicen “basta” y se dedican con pasión y perseverancia a construir un mundo mejor y equitativo para todos.

En este sentido, Lenka Franulic, la primera mujer en la historia de Chile en ser reconocida formalmente como periodista, no sólo combatió en contra de la desigualdad existente en este rubro, sino que sentó las bases del periodismo humano, de la narración que llega al corazón, promovió la calidez humana como un elemento fundamental en la labor informativa de la profesión. Su frase célebre “nunca hay que dejar de preguntar”, es uno de sus más grandes legados.

El Club de Tobi

Durante el Siglo XIX, el periodismo no era más que un panfleto político. Era un medio muy machista, concentrado en la masculinidad, en otras palabras, un clásico “club de Tobi”. Sin embargo, el paso de un siglo al siguiente trajo los primeros vientos de cambio en el rubro. Entre 1891 y 1920 surge una concepción moderna del periodismo: la empresa periodística. Aquí el periodista pasa de ser un propagandista para convertirse en un informador. Sin embargo, continúa siendo un Club de Tobi.

Luchadora desde la adolescencia

La periodista libró su primera batalla en 1923, a la edad de 15 años. Época en la que existía una regla que obligaba a las mujeres a cursar un año menos de Humanidades que los hombres en el colegio, bajo el argumento de que a esa edad ya era momento para “prepararse para realizar las labores del hogar”, en otras palabras, aprender a ser una buena esposa.

Sin conformarse ante esta injusticia, la orgullosa amante de los gatos realizó una petición especial al Ministerio de Educación, buscando que la dejaran a ella y cinco amigas más terminar el sexto año en el Liceo de Hombres de Antofagasta. Ese logro significó que por primera vez en Chile, hombres y mujeres compartieran el mismo salón de clases.

Esta oportunidad le permitió a Lenka emprender sus primeros pasos en el periodismo. Como escolar, publicó “Entre gallos y pollitas”, revista armada con hojas de cuaderno y que se pasaba de mano en mano por los estudiantes del liceo. Sin embargo, sus escritos no fueron firmados con su nombre. Bajo el pseudónimo Mitsuko, Franulic publicó cortas narraciones, columnas de opinión, chistes y avisos inventados.

Lenka y la revista Ercilla

Para continuar sus estudios, Lenka junto a su madre y hermana Drovila se trasladaron a Santiago. En la capital, Franulic ingresa al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile para aprender inglés. Cuando todavía estaba estudiando, un día llega a visitarla a su departamento -ubicado en Agustinas con San Martín- Aníbal Jara.

Él le propuso trabajar en la revista “Hoy” traduciendo artículos en inglés. Así fue su primer acercamiento formal al periodismo. Sin embargo, no fue hasta que se incorporó a la revista “Ercilla” en 1941 que comienza su reconocimiento en el rubro periodístico.

“La mujer se casa. Tiene hijos y debería dejar pronto el periodismo”

No fue sencillo abrirse paso en un mundo gobernado por hombres, ello requiere de un carácter fuerte y una voluntad de hierro. Tras haber trabajado tres años en “Ercilla” como traductora, en 1944, deseando trasladarse desde el área cultural a la de reportajes, se enfrentó al director del medio, el periodista peruano Manuel Seoane, quien le respondió incrédulo por la petición: “La mujer se casa. Tiene hijos y debería dejar pronto el periodismo”. Lenka no se quedó de brazos cruzados. “Es verdad que soy mujer, pero no soy casada ni tengo hijos, y además puedo probar que soy capaz de cualquier cosa”, le respondió.

Hacer posible lo imposible

Así, le llegó el primer desafío en la revista. El 10 de mayo de 1944 Seoane le encargó una tarea que consideraba imposible -probablemente esperando que fracasara y se desanimara-, entrevistar a Mariano Latorre, personaje conocido por no hablar con periodistas y que tenía jornadas de trabajo apretadas.

Sin embargo, la tarea era más difícil aún. Ese mismo día, Lenka se preparaba para recibir el Premio Nacional de Literatura. Con el tiempo corriendo en su contra, Franulic logró convencer a Latorre de darle una entrevista y redactar la nota. A las siete de la tarde el artículo estaba listo para ser publicado. A partir de esto, Seoane cambió su actitud. Desde entonces comenzó a encargarle a Franulic -quien era la única mujer del equipo periodístico- las tareas más complejas e importantes.

En 1957, Lenka junto a Orlando Cabrera, fundaron el Círculo de Periodistas, el cual auspició la creación de la carrera de periodismo a nivel universitario. Ese mismo año ganó el Premio Nacional de Periodismo y, un año más tarde, el Premio de la Sociedad Profesional de Mujeres Periodistas de Estados Unidos, convirtiéndose así en la primera y única chilena en recibir este galardón. Lenka pasó de ser una mujer juzgada como incapaz, a convertirse en una gran periodista y la directora de la revista Ercilla en 1960.

Lenka falleció la madrugada del jueves 25 de mayo de 1961, a los 52 años por cáncer de pulmón. En honor a su carrera y legado, desde 1963 la Asociación de Mujeres Periodistas entrega el “Premio Lenka Franulic” a todas las profesionales que se han destacado en el rubro.

Los recuerdos de la familia actual

Desde la ciudad luminosa, la familia de Milán Franulic Tarbuskovic viajó a la capital para visitar a sus parientes. “Veníamos del calor de Antofagasta y sentí que llegaba a un frío condenado”. En ese entonces él tenía 8 años y su tía Lenka, 48. Llegaron en auto hasta el Santiago Centro hasta un edificio antiguo de colores grisáceos. Recuerda haber entrado de la mano de su madre y haber visto a una mujer sentada al interior del living, rodeada de libros y gatos. “Me dio un beso cariñoso y me pareció algo muy extraño, porque yo no la conocía”, dice.

También recuerda que el interior del departamento tenía una luz tenue, a excepción de su estudio que daba a un patio de luz, ahí veía cómo caminaban algunos de sus ocho gatos. “Estuvimos como una hora ahí, dado que ella era una mujer muy ocupada y mi madre no quiso incomodarla”. Luego de esto, fueron a visitar a la hermana de Lenka, Dovrila. Ella tocaba el chelo en el Teatro Municipal de Santiago. Aquella visita le pareció bastante más alegre, dado que esta mujer era una rubia totalmente distinta a Lenka: “Era menos seria diría yo”, comenta. A pesar de eso, no deja de destacar que su padre Yerko Franulic, siempre comentaba con su madre sobre lo simpática que le parecía Lenka.

Quien también tuvo recuerdos de su infancia junto a ella es Jerónimo Iván Franulic Trujillo, su sobrino nieto. Los momentos en los que más alcanzó a compartir con Lenka fue entre sus 8 y 10 años. En ese entonces vivía en Antofagasta cerca de la mina Santa Elena, en la calle Curicó, frente a la cárcel.

Lenka trabajaba activamente para ayudar a Jorge Alessandri durante su campaña presidencial. Lo acompañaba a sus viajes a lo largo del país. Cuando anduvo por la pampa junto al candidato, ambos se quedaron en la casa en la que vivía Jerónimo. “Ella era muy dige y atenta, a pesar de ser una mujer seria” comenta. La describe como alguien distinguida para vestir, pero sencilla. Siempre destacaba por sus prendas rojas. Lo que la hacía bonita según él, era su cabello rizado bien cuidado. “Mi padre, Guillermo Franulic Crocker, era hermano del suyo”.

–    ¿Sabían de algún romance de ella?

–   Pero claro. Alessandri fue su eterno amor, yo creo que estuvieron a punto de casarse, en la familia siempre se comentaba de eso.

Hoy en día Jerónimo es el pariente vivo más cercano a Lenka y tiene 69 años. El 18 de marzo de 2018, para la visita de la presidenta de Croacia en Chile, fue invitado a comer con ella. Se hizo un homenaje a Lenka Franulic como una mujer croata destacada en Chile. A él le dieron una medalla por su parentesco.

Quien también coincide con la descripción de Jerónimo es Draga Glacinovic, quien es familiar de Lenka, aunque con un árbol genealógico más enredado: su padre era tío de su madre, y su madre, era prima de su abuelo.

Draga cuenta que esta relación se da debido a que la familia Franulic, al ser croata, era mucho más unida. “Hoy en día seguimos siendo tan cercanos como hace 100 años, nos juntamos para todas las fiestas en Antofagasta y todos están enterados de lo que le pasa a cada pariente constantemente”, dice. También cuenta que además de ser distinta de pensamiento con relación a su hermana -quien a pesar de estar ligada al mundo del arte y parecer abierta no participaba de lo político como Lenka- también era notoria la diferencia física de la periodista: “Siempre me llamó la atención que Lenka fuera no fuera rubia, al lado de Dovrila, el contraste era aún mayor”, recuerda.

  • [*] Esta nota corresponde a una adaptación del proyecto periodístico «Primera en el cuarto poder, Lenka Franulic Zlatar: La primera gran reportera y periodista chilena», realizado por las periodistas Natalia Espinoza C, Liliana Vega e Isabella Martínez con la guía del profesor Francisco Tagle en la Universidad de los Andes, Facultad de Comunicación».
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