La iniciativa es una invitación a empresas e instituciones, sin importar el rubro, a promover la participación laboral femenina, contribuir a su autonomía económica y fortalecer sus capacidades.
Norma Chilena 3262: Igualdad de Género y Conciliación de la Vida laboral, Familiar y Personal. Ese es el nombre y apellido del sistema de gestión que reúne los esfuerzos por avanzar en igualdad de género y corresponsabilidad laboral, situando la reflexión dentro de las empresas, que además promete aumentar la productividad laboral.
La iniciativa que impulsó el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SERNAMEG), es una invitación a empresas e instituciones, sin importar el rubro, a promover la participación laboral femenina, contribuir a su autonomía económica y fortalecer sus capacidades.
Para concretar los objetivos de la normativa de carácter voluntario, es necesario que las empresas adopten un programa de prácticas que se enfoque en la corresponsabilidad laboral, familiar, personal y la equidad de género.
Los beneficios son muchos: mejoras en la capacidad de atraer y retener talentos, entregar productos y servicios, en el desempeño y la motivación para quienes son parte de la empresa y en ese sentido, mejora la productividad de la misma. Además, se logra reflejar una posición de vanguardia e innovación en el mercado, atendiendo al escenario actual.
Los cambios consisten en un conjunto de procedimientos y prácticas de gestión cuyo fin es alcanzar un cambio cultural para así reducir las brechas de género e incorporar medidas que favorezcan la conciliación y corresponsabilidad en las organizaciones, mediante la incorporación de medidas que promuevan la igualdad de oportunidades.
La norma establece requisitos mínimos que se deben cumplir dentro de las organizaciones para mejorar la eficiencia, eficacia y promover un mayor compromiso con el desarrollo y el bienestar de las personas, en pos de promover la igualdad de oportunidades dentro de la organización.
A juicio de la ONU Mujeres, al planeta le tomará 70 años cerrar la brecha salarial y equiparar la cancha para hombres y mujeres. Evidentemente, no podemos esperar tanto tiempo, y es por esta razón que el cambio lo tienen en sus manos las empresas y organizaciones. Esta iniciativa da ese primer paso.
“Esta norma de igualdad de género y conciliación laboral es toda una revolución en el ámbito de las empresas, puesto que se viene a hacer cargo de desigualdades laborales que son históricas, además promueve el buen trato laboral y ambientes libres de discriminación”, dice Carola Naranjo, especialista en políticas de igualdad de género de la Consultora Etnográfica+. “Es en esencia un sistema de gestión tremendamente moderno, que está acorde con los tiempos que corren”.
Durante el proceso de implementación de la NCh3262 es importante realizar acción, difundir, capacitar y sensibilizar a toda la empresa para lograr cambios profundos y que puedan ser perdurables. Para Naranjo, los cambios que se producen al interior de las organizaciones son notables, en nuestra experiencia como consultora que implementa esta norma, hemos sido testigos de cambios organizacionales y en las personas que se traducen en empresas más inclusivas, que valoran el talento diverso y sobre todo los trabajadores y trabajadoras sienten mayor apego y orgullo de su organización, finaliza la experta.
Realidad laboral: en los tacones de las mujeres
La Dirección del Trabajo dio a conocer en el año 2019 un incremento del 17% en las denuncias por acoso, mientras que las denuncias de acoso sexual aumentaron en 31% y las denuncias por acoso laboral subieron en 14% con respecto al primer semestre del 2018.
El SERNAMEG, en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social publicaron en enero el estudio “Radiografía de la Mujer en la Última Década”, el cual abordó distintas temáticas atingentes a las desigualdades de género en el territorio nacional. Un aspecto positivo corresponde al aumento de la participación laboral femenina en 4%. En el mismo sentido, el INE reveló que la brecha salarial entre hombres y mujeres cayó del 31,4% al 29,3% en el 2017.
Sin embargo, el ranking Imad 2019 (Mujeres Empresarias y UC) reveló que apenas un 15% de mujeres se encuentran en directorios y es más bajo en empresas nacionales que en multinacionales.
Estos datos se enmarcan en una triste realidad: Chile es el país con la cuarta participación laboral femenina más baja de los 36 países de la OCDE y uno de los peores posicionados en materia de brecha salarial de género y con una representación femenina en altos cargos que supera con dificultad, la cuarta parte.
En tanto, la investigación titulada “Do firms respond to gender pay gap transparency?” que fue elaborada por distintas universidades estadounidenses y europeas y concluyó que la brecha de género se reduce cuando las empresas hacen pública la información que la evidencia.
Según el estudio, si las empresas compartieran más información sobre cuestiones de género que las atañe, también podrían aumentar el número de mujeres contratadas, ya que propiciará un ambiente en el cual se puedan sentir seguras y comprendidas.